Estudia Camino de servidumbre

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[Tom DiLorenzo enseña The Road to Serfdom: Despotism Then and Now, un curso de 6 semanas en línea en la Academia Mises, a partir del 13 de junio de 2012]

“Toda economía tiene sus contradicciones. (…) Lo que importa son los resultados y no cabe duda de que el sistema soviético de planificación ha sido un poderoso motor de crecimiento económico”. – Paul Samuelson, Economía, edición de 1985.

“Al contrario de lo que muchos escépticos habían creído antes, el economía soviética es una prueba de que (…) una economía socialista dirigida puede funcionar e incluso prosperar”. – Paul Samuelson, Economía, edición de 1989.

“Dos tercios de siglo después de que se escribiera [Camino de servidumbre], la retrospectiva confirma lo inapropiada que resultaba ser su insinuación del futuro”. – Paul Samuelson, 2009.

En 1944, cuando Friedrich A. Hayek publicó su obra clásica, Camino de servidumbre, fue ruidosamente contestado por los defensores académicos del estatismo en Inglaterra, donde residía entonces, y en Estados Unidos. En el prólogo a la edición de 1976 del libro, Hayek apuntaba que un eminente filósofo llegó a denunciar el libro a pesar de admitir ¡que no lo había leído! Pero los ciudadanos normales sí lo leyeron. El libro fue un enorme éxito en Estados Unidos, vendiendo pronto más de medio millón de ejemplares. También se vendieron y leyeron ampliamente millones de copias de una versión condesada del libro del Reader’s Digest.

A los historiadores cortesanos en la universidad no les preocuparon las añejas advertencias de Hayek acerca los peligros que el poder político centralizado suponía para la libertad y la prosperidad, pues pretendían ser los beneficiarios de ese poder como asesores bien pagados del estado. Millones de ciudadanos normales no fueron tan entusiastas, especialmente los estadounidenses que, durante la guerra, habían experimentado impuestos opresivos y confiscatorios, la esclavitud del servicio militar obligatorio, el racionamiento de productos impuesto por el gobierno, constantes escasez de productos básicos y la interminable torpeza burocrática.

El motivo de Hayek para escribir Camino de servidumbre fue la sorprendente velocidad a la que muchos europeos (especialmente en Alemania) había sencillamente olvidado todo lo que habían aprendido a lo largo de siglos acerca de las virtudes de una sociedad libre, la necesidad de limitaciones al poder del gobierno, los peligros del poder centralizado y el funcionamiento del capitalismo como una red mundial de intercambios mutuamente ventajosos. Solo llevó unas pocas décadas de propaganda socialista convencer a los alemanes para que abandonaran sus raíces liberales clásicas y adoptaran el gran gobierno del peor tipo.

Hayek estaba profundamente preocupado por que las mismas ideas despóticas se estuvieran haciendo cada vez más populares en Inglaterra, Estados Unidos y otros países. Como demuestran las citas anteriores de Paul Samuelson, del MIT, mucha de la “élite” educativa de Estados Unidos estaba enamorada del comunismo soviético y la planificación centralizada. Samuelson llegó a decir en su libro de texto, que fue con mucho el más vendido de su tiempo, que “es un error vulgar pensar que la mayoría de la gente en Europa Oriental [durante el comunismo] vive miserablemente”.

Los paralelos con el mundo actual son inquietantes, como mínimo. Tal vez por esto Camino de servidumbre ascendió al número 1 en ventas de Amazon.com después de que Glenn Beck comentara el libro en su programa del canal de noticias de la Fox. Puede no haber un Hitler en el horizonte, pero el grado en que los gobiernos de todo el mundo han ignorado sencillamente las lecciones del pasado en respuesta a la crisis económica que ellos crearon con sus propias políticas monetarias y otras intervenciones es alucinante.

El gobierno de EEUU, en particular, respondió al declive del ciclo de auge y declive de la Fed de Greenspan con las políticas más destructivas económicamente (pero centralizadores políticamente): rescates millonarios de grandes empresas quebradas que crearán problemas de riesgo moral como nunca se han visto; un aumento en la oferta monetaria que minimiza la inflación monetaria de la Fed de Greenspan; una nacionalización al estilo soviético de empresas automovilísticas, bancos y buena parte del sector sanitario; regulación pública de los salarios a directivos; nombramiento de docenas de “zares” dictatoriales con un poder irresponsable para regular y regimentar multitud de sectores; déficits anuales de billones y una expansión de los poderes de la Fed. Y ahora tenemos un presidente que cree que tiene poder para despedir a los directivos de las grandes empresas, nacionalizar sectores y enviar bombarderos teledirigidos a cualquier país del mundo a capricho.

Washington DC ya no reconoce ningún límite en absoluto a sus poderes para planificar socialmente todos los aspectos de la vida estadounidense. Este impulso totalitario no se limita a la política nacional. El alcalde de Nueva York cree que tiene el poder para regular todos los hábitos de comida y bebida de los neoyorquinos, incluyendo cuánta sal consuman en sus comidas y el tipo de bebidas refrescantes que puedan disfrutar.

El subtítulo de la edición de 1976 de Camino de servidumbre, publicado por University of Chicago Press, es “Una advertencia clásica contra los peligros para la libertad propios de la planificación social”. La explosión exponencial de poderes gubernamentales en respuesta a la crisis económica actual, generada por el gobierno, hace a Camino de servidumbre tan relevante hoy como siempre (como entendió instintivamente la audiencia de Glenn Beck). Por eso el Instituto Mises ofrece una clase especial en línea de 6 semanas, The Road to Serfdom: Despotism Then and Now, bajo mi dirección a través de la Academia Mises, empezando el miércoles, 13 de junio. El curso será un  examen y explicación en profundidad del análisis de Hayek, su relevancia en el mundo actual y cómo esas ideas pueden usarse para poner a Estados Unidos (y otras partes del mundo) de vuela en el camino de libertad.

Los escritos del mentor de Hayek, Ludwig von Mises, también serán parte integral del curso, que utilizará selecciones del propio clásico de Mises sobre tiranía gubernamental, Gobierno omnipotente. Explicaremos las ideas de Mises respecto de la naturaleza del estado, las mentiras del “nacionalismo económico”, los engaños de la “planificación” económica mundial, los “planes de paz” gubernamentales, como la ONU, los engaños de la burocracias de planificación del comercio exterior (por ejemplo, el NAFTA), las catástrofes causadas por la “planificación” monetaria y por qué el fascismo alemán y el socialismo marxista eran esencialmente la misma cosa.

Las ideas de Hayek eran notables y siguen siéndolo hasta hoy. Entendía y explicaba el poder de las ideas: El fascismo europeo nunca se habría adoptado sin una campaña de propaganda de 25 años contra el individualismo (respeto básico por el individuo), el liberalismo clásico y la economía del libre mercado. Apuntaba la “fatal arrogancia” de creer que los burócratas del gobierno puedan planear toda una sociedad. Explicaba por qué el socialismo (incluyendo su variante fascista) significaba poco más que “igualdad en restricciones y servidumbre”. “El marxismo ha llevado al fascismo y el nacionalsocialismo”, escribió, “porque, en todo lo esencial, es fascismo y nacionalsocialismo [es decir, nazismo]”.

Hayek veía a través de las argucias y trucos retóricos de los socialistas de su tiempo, uno de los cuales era el dicho constantemente repetido de que el socialismo y la planificación pública eran inevitables; por tanto es inútil oponerse a ellos. Tampoco cayó en la argucia de envolver el socialismo totalitario bajo el manto del dios de la democracia. La planificación pública es inherentemente incompatible tanto con la democracia como con el estado derecho a largo plazo, explicaba, y lleva a cierto grado de dictadura económica. Cualquier hombre de negocios que tenga que tratar con las docenas de agencias reguladoras públicas federales, estatales y locales sabe que la dictadura económica en una característica clave del actual sistema político estadounidense.

Los peores siempre llegan a lo alto del panorama político bajo un régimen de planificación pública, explicaba Hayek, pues son los que tienen menos remordimientos a la hora de actuar brutalmente contra sus conciudadanos y de privarlos de sus libertades. Todo esto solo puede sostenerse por lo que Hayek llamaba “El fin de la verdad” o los efectos de una propaganda pública masiva que demoniza la sociedad civil, el individualismo y el sistema de intercambio voluntario pacífico y la propiedad privada (el capitalismo), mientras glorifica todos los aspectos del estado.

El propósito de este curso, The Road to Serfdom: Despotism Then and Now, es formar a los alumnos acerca de los peligros actuales y armarlos con la munición intelectual que necesitarán para oponerse a ellos y defender en su lugar la libertad. Los socialistas totalitarios del principio del siglo XX entendían que no podían triunfar si no desacreditaban antes las ideas de la libertad. La única forma de detener a sus sucesores intelectuales (“los totalitarios en medio de nosotros”, como los llamaría Hayek) es combatir sus ideas totalitarias. Hayek fue un héroe de la sociedad a dejar de lado (durante la mayoría del resto de vida, resultó) su carrera como renombrado teórico económico para desarrollar una de las argumentaciones más elocuentes nunca realizada a favor de una sociedad libre. Debemos revisar y fortalecer estos argumentos si vamos a elegir el capitalismo y la libertad sobre el socialismo y la servidumbre.


Publicado el 25 de amyo de 2012. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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