¿Mises contra Menger?

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Max Keiser, intentando demostrar que Mises cayó en errores en teoría monetaria debiendo sus desviaciones a Menger, ha publicado recientemente “Menger and Mises: The Essential Difference”. El post se atribuye a “adamsmith1684”; no sé si es el propio Keiser. Para complicar las cosas, el post empieza con una cita de Maurice Lagueux, de la Universidad de Montreal. Continúa con material adicional: tampoco sé si se aporta como explicación de la las ideas de Lagueux o como una línea independiente de pensamiento por parte de Keiser o adamsmith1684. (La cita está extraída de un trabajo de Lagueux, pero por desgracia no ha conseguido acceder a él). En lo que sigue, me ocuparé de estas dificultades ignorándolas. Trataré el post como una sola línea de pensamiento, con la aprobación de Keiser y quizá escrito por él.

Hablar de una “sola línea de pensamiento” es un eufemismo, ya que el post recuerda, supongo que no deliberadamente, el doblepensar del Profesor Irwin Corey. Si en lo que sigue he interpretado inapropiadamente las ideas de Keiser, he hecho en todo caso lo mejor que pude al aventurarme a descubrir su significado. Al contrario que Menger y Schrödinger, si hay que creer a Keiser, no tengo la ventaja de “gurús del Ganges” en mi búsqueda de comprensión.

El argumento que tenemos que evaluar, si lo he entendido, es este: Mises, al contrario que Menger, era un dualista metodológico. Pensaba que la ciencias sociales diferían de las ciencias físicas esencialmente en el método, pero Menger lo negaba. Menger pensaba que las ciencias físicas y las ciencias morales diferían solo en el grado. El método que Mises pensaba apropiado en praxeología era completamente deductivo e conceptual. Al ignorar el mundo empírico, el método de Mises paradójicamente le hacía incapaz de alcanzar una teoría subjetiva apropiada del valor. Una explicación correcta del valor subjetivo debe hacer uso de un contraste entre las evaluaciones del sujeto y el mundo objetivo. Como Mises, por su método conceptual, no podía hacer uso de este contraste, fracasó en su explicación del valor. Este error le llevó a más errores acerca de la teoría del interés y la naturaleza del dinero.

Ese es el alegato de Keiser, repito que suponiendo que yo haya entendido su actuación autista. No creo que sea sencillo. Empecemos por el contraste entre Menger y Mises sobre el método. Pues si este contraste fuera significativo, debe ser verdad que Menger y Mises diferían en el método. Pero esta diferencia no se deduce de la cita de Lagueux. Aunque Lagueux tuviera razón en que los dos pensadores difirieran sobre la similitud de las ciencias políticas y sociales, de ello no se deduce que Mises y Menger difirieran en absoluto acerca del método correcto en economía. En todo lo que demuestra la cita, podría ser el caso de que tanto Menger como Mises sostuvieran la misma opinión acerca del método en el economía, pero que Menger pensara que este método estuviera más cercano a los métodos utilizados en la ciencias sociales de lo que pensaba Mises.

De hecho, la opinión de Menger del método en economía se parece mucho a la de Mises. Menger pensaba que la economía teórica, como la llamaba, buscaba descubrir las relaciones necesarias entre fenómenos económicos. Al pensar esto, era esencialmente un aristotélico. Así, dice por ejemplo:

La economía teórica tiene la tarea de investigar la naturaleza general de los fenómenos económicos, no de analizar conceptos económicos y llegar a las conclusiones lógicas derivadas de este análisis. Los fenómenos, o ciertos aspectos de ellos, y no su imagen lingüística, los conceptos, son los objetos de la investigación teórica en el campo de la economía. (Carl Menger, Investigaciones sobre el método de las ciencias sociales, p. 37, cursivas en el original)

Aunque Menger considerara a la economía como una ciencia empírica, procede esencialmente de la misma forma deductiva que Mises cuando deduce los principios de la economía. Dice, por ejemplo:

Si los requisitos para un bien son mayores que la cantidad disponibles de este y alguna parte de las necesidades implicadas debe permanecer insatisfecha en cualquier caso, la cantidad disponible del bien no puede disminuir en parte alguna de la cantidad total, en ninguna forma que pueda advertirse en la práctica, sin hacer que alguna necesidad, previamente provista, no sea satisfecha en absoluto o solo menos completamente de lo que habría sido en otro caso. (Principios de economía política, p. 114)

No era un empirista en sentido moderno, es decir, alguien que niega la existencia de conexiones metafísicamente necesarias en la naturaleza.

Dado el método económica de Menger, apenas sorprenden que Mises lo alabara enormemente. Dice:

Carl Menger no solo ha proporcionado una teoría praxeológica irrefutable del origen del dinero. También ha reconocido la importancia de su teoría para dilucidar principios fundamentales de praxeología y sus métodos de investigación. (La acción humana, p. 402)

Igual que Menger, Mises buscaba descubrir las relaciones generales existentes entre fenómenos económicos. Tal vez Keiser piense erróneamente otra cosa porque Mises procede por deducción. Pero a Mises le preocupaba en praxeología, no con la investigación de palabras o ideas en su propia mente, sino con la naturaleza de las acciones reales en el mundo. Se considera demasiado a menudo que Mises seguía un proyecto cartesiano: ¿cómo puede estar seguro, me han preguntado muchos alumnos a lo largo de los años, de que las ideas que deduce de la introspección de sus propios pensamientos son también aplicables a otra gente? Hacer esta pregunta es esencialmente equivocarse n lo que estaba haciendo Mises. Él, igual que Menger, buscaba determinar las necesidades en el mundo, no pintar un mundo mental distinto del real.

La diferencia real entre Menger y Mises es que Mises rechazaba la visión aristotélica de las ciencias físicas. Para él, las ciencias físicas llegaban a simples correlaciones empíricas, no a relaciones necesarias. Así, dice:

Sin explicar de nuevo los esfuerzos por desacreditar la categoría de la causalidad y el determinismo, tenemos que destacar el hecho de que lo que está mal en el positivismo no es lo que enseña acerca de los métodos de las ciencias naturales empíricas, sino lo que afirma respecto de materias en las que (al menos hasta ahora) las ciencias naturales no han tenido éxito en contribuir con ninguna información. (Los fundamentos últimos de la ciencia económica, p. 119)

Mises, adoptando como hizo una visión humeana de la causación en las ciencias físicas, vería naturalmente la división entre economía y ciencia físicas como mayor que el aristotélico Menger, pero esto tampoco muestra ninguna diferencia fundamental en su visión del método económico.

Una vez apartado este punto fundamental, pueden ya aclararse las demás confusiones de Keiser. Keiser (o más bien adamsmith1684) afirma que Mises confundía “tiempo (un precipitado mental) con la definición de tiempo”. Apunta que “la definición de un segundo ha cambiado a lo largo de décadas”. Soy incapaz de entender qué quiere decir aquí Keiser. ¿Por qué piensa que el tiempo es un precipitado mental: no hay cambio y por ello tiempo en el mundo físico? “El tiempo es una medición del movimiento como dijo Aristóteles en el libro 4 de su Física. La relevancia del punto acerca del cambio de definición del segundo se me escapa completamente.

Keiser consigue hacer una afirmación coherente cuando objeta que la opinión de Mises de que la preferencia temporal determina el tipo original de interés basándose en que no hay una intensidad universal de preferencia temporal: “el pobre tiene una visión distinta de la preferencia temporal de la del hijo pródigo”. Sin duda, pero Mises no supone que todos tengan la misma preferencia temporal. Más bien tiende a prevalecer un solo tipo de preferencia temporal que, utilizando la palabra de Keiser es un “precipitado” de las diversas preferencias temporales de los individuos. El tipo original de interés “es una proporción de precios de productos, no un precio en sí mismo. Prevalece una tendencia hacia la igualación de esta proporción para todos los productos” (Mises, La acción humana, p. 523). Mises no adoptó la absurda opinión que le atribuye Keiser.

Keiser dice que negar a la productividad un papel en la explicación del interés es “lamentable” y “falso”, pero no tiene nada que decir acerca de la detallada explicación de Mises de sus razones para rechazad la productividad del capital como explicación del interés. Dice, por ejemplo:

La mayor productividad de métodos indirectos de producción que consumen más tiempo a la que se refieren Böhm-Bawerk y otros economistas posteriores en la explicación del interés, no explica el fenómeno. Por el contrario, es el fenómeno del interés original el que explica por qué se recurre a métodos indirectos de producción que consumen más tiempo, a pesar del hecho de que métodos que consumen más tiempo generarían una mayor producción por unidad de entrada. (La acción humana, p. 523).

Recomiendo que Keiser atienda a explicación de Mises en las siguientes páginas, suponiendo que los gurús del Ganges le concedan permiso para leerlas.

Solo queda aclarar una última confusión. Keiser cita de Mises el siguiente pasaje: “Un billete [bancario] es un bien presente igual que una moneda [de oro]” (La teoría del dinero y del crédito, pp. 304-305).

Sobre esto, dice: “Esta afirmación demuestra que piensa que un derecho sobre oro es equivalente al propio oro. Esto es patentemente falso”.

Por supuesto, la afirmación de Mises no implica eso. Decir que tanto los billetes de banco como el oro son bienes presentes no supone identificarlos. Hay un principio bien conocido que dice que objetos con exactamente las mismas propiedades son idénticos, pero algo más que precipitado afirmar que los objetos que comparten una propiedad son idénticos. Supongamos que estoy ahora intentando decidir cuál comer de los dos bienes ahora presentes ante mí, una manzana y una naranja. ¿Diría Keiser que al calificar tanto a la manzana como a la naranja como bienes presentes estoy afirmando que ambas son idénticas? Espero el veredicto de los gurús del Ganges.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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