El mito de la moneda bitcoin

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Muchos economistas y comentaristas financieros creen que en un mercado regulado de la economía de Internet pueden crearse nuevas formas de monedas que eviten la supervisión del banco central y el gobierno. La última novedad es la aparición de un nuevo medio electrónico de intercambio, Bitcoin (BTC). Bitcoin fue lanzada el 3 de enero de 2009 por su inventor, un programador llamado Satoshi Nakamoto.

La idea básica detrás de bitcoin es crear, por medio de un algoritmo matemático, un bien digital que sea escaso y fungible.

Nakamoto ideó un sistema de software que permitía a la gente obtener bitcoins como recompensa por resolver complejos problemas matemáticos. Las monedas resultantes se usan luego para el comercio en línea. Nakamoto también dispuso que el número de bitcoins no pueda exceder nunca de 21 millones.

Algunos expertos sostienen que bitcoin desplazará al dinero fiduciario existente y dará paso a una nueva era de banca libre, que finalmente eliminará la amenaza de inflación.

Por desgracia, es un sueño imposible. El dinero electrónico no reemplazará al papel moneda fiduciario. La creencia de que puede, deriva de no entender la naturaleza y función del dinero y cómo aparece en el mercado.

Para ver dónde se equivoca esta visión, veamos primero cómo se genera el dinero. El dinero deriva de las condiciones de trueque que permite formas más complejas de comercio y cálculo económico. La característica que distingue al dinero es que es el medio general de intercambio, desarrollado por la empresa privada a partir del producto más vendible. Sobre esto, Mises escribió:

Habría una tendencia inevitable para los menos vendibles de las series de bienes utilizados como medios de intercambio a ser rechazados uno tras otro hasta que finalmente quedara un solo producto, que fuera utilizado universalmente como medio de intercambio; en una palabra, dinero. (La teoría del dinero y del crédito)

En resumen, el dinero es la cosa por la que se cambian todos los demás bienes y servicios. Además, el dinero debe aparecer como un producto. Un objeto no puede utilizarse como dinero salvo que ya posea un valor de intercambio basado en algún otro uso. El objeto de tener un precio pre-existente por él para ser aceptado como dinero.

¿Por qué? La demanda de un bien deriva de su beneficio percibido. Por ejemplo, la gente demanda alimentos por la nutrición que ofrecen. Con respecto al dinero, la gente lo demanda no para uso directo en consumo, sino para intercambiarlo por otros bienes y servicios. El dinero no es útil por sí mismo, sino porque tiene un valor de intercambio, es intercambiable en términos de otros bienes y servicios.

El beneficio que ofrece el dinero es su poder adquisitivo, es decir, su precio en términos de bienes y servicios. Por consiguiente, para que algo sea aceptado como dinero, debe tener un poder adquisitivo pre-existente: un precio. El precio solo podría haber aparecido si tuvo un valor de intercambio establecido en el trueque.

Una vez que algo se convierte en aceptado como medio de intercambio, continuará siendo aceptado aunque desaparezca su utilidad no monetaria. La razón para esta aceptación es que la gente posee ahora información previa acerca de su poder adquisitivo. Esto a su vez les permite formular la demanda de dinero.

En resumen, la clave para la aceptación es el conocimiento del poder adquisitivo previo. Es este hecho el que hizo posible a los gobiernos abolir la convertibilidad del papel moneda en oro, abriendo así el camino a la introducción del patrón papel. Repito que aquí lo crucial es que un objeto debe tener un poder adquisitivo establecido para que sea aceptado como medio general de intercambio, es decir, dinero.

En el sistema monetario actual, el centro de la oferta monetaria ya no es el oro, sino monedas y billetes emitidos por gobiernos y bancos centrales. Consiguientemente, monedas y billetes constituyen el dinero estándar que conocemos como efectivo y que se usa en transacciones. A pesar de esto, es el enlace histórico con el oro el que hace al papel moneda aceptable en el intercambio.

Observad que un bitcoin no es una cosa: es una unidad de una divisa virtual inmaterial. Un bitcoin no tiene forma material, así que desde esta perspectiva la idea de que podría reemplazar de alguna manera al dinero fiduciario no es defendible.

Bitcoin solo puede funcionar mientras las personas sepan que pueden convertirlo en dinero fiduciario, es decir, en efectivo a la vista (ver, por ejemplo, Lawrence H. White “The Technology Revolution And Monetary Evolution”, 14ª conferencia monetaria anual del Instituto Cato, 23 de mayo de 1996).

Sin un marco de referencia o una vara de medir, no es posible la introducción de nuevas formas de realizar transacciones. Sobre esto, Rothbard escribió:

Igual que en la naturaleza hay una gran variedad de habilidades y recursos, hay una variedad en la mercabilidad de los bienes. Algunos bienes son más ampliamente demandados que otros, algunos son más divisibles en unidades menores sin pérdida de valor, algunos son más duraderos en el tiempo, algunos más transportables a larga distancia. Todas estas ventajas suponen una mayor mercabilidad. Está claro que en toda sociedad. Los bienes más vendibles serán seleccionados gradualmente como medios de intercambio. Al ser seleccionados cada vez más como medios, su demanda aumenta debido a su uso y por tanto se harán aún más vendibles. El resultado es una espiral que se refuerza: más mercabilidad genera un uso más amplio como medio que genera más mercabilidad, etc. Al final, uno o dos productos se utilizan como medios generales (en casi todos los intercambios) y a ellos se les llama dinero. (Murray N. Rothbard, What Has Government Done to Our Money?)

Fue a través de un prolongado proceso de selección como la gente estableció el oro como producto más vendible. Por tanto el oro se ha convertido en el marco de referencia para diversas formas de pago. El oro formó la base para el valor del dinero fiduciario actual.

Aparte, bitcoin no es una nueva forma de dinero que reemplace a formas previas, sino más bien una nueva manera de emplear el dinero existente en transacciones. Como bitcoin no es dinero real sino simplemente una forma distinta de emplear dinero fiduciario existente, evidentemente no puede reemplazarlo.

El hecho de que el precio de los bitcoins se haya disparado últimamente implica que la gente asigna un alto valor a los servicios que ofrece empleando el dinero existente. No es distinto del caso de un país que impone restricciones a llevarse fuera el dinero, en el que la gente aceptará pagar un alto precio por medios diversos para asegurarse su dinero.

Resumen y conclusión

Frente a la moda reciente, creemos que bitcoin no es dinero sino más bien una nueva forma de emplear dinero existente en transacciones. El hecho de que el precio de los bitcoins se haya disparado últimamente implica que la gente asigna un alto valor a los servicios que ofrece y nada más.


Publicado el 17 de abril de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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