La Restauración y las leyes de la navegación

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[Conceived in Liberty (1975)]

Unas de las acciones de más largo alcance de los primeros años de la Restauración fueron una serie de leyes de la navegación por las que Inglaterra imponía restricciones mercantilistas a su imperio. Tratando de eliminar del comercio americano a la más eficiente navegación holandesa en favor de los mercaderes de Londres, el Parlamento Puritano en 1650-51 había prohibido comerciar con América a los navíos extranjeros: los bienes desde y hacia las colonias solo podían transportarse en barcos ingleses o coloniales o en barcos de los países originarios del cultivo o la manufactura.

Las importaciones y exportaciones de pescado en Inglaterra se limitaron a solo los barcos ingleses. Como parte del compromiso de la Restauración, Carlos II continuó premiando a los mercaderes de Londres y aprobó una serie de leyes de la navegación en el periodo 1660-63. De hecho, parte de las instrucciones de los comisionados eran verificar la aplicación de estas leyes.

Las nuevas leyes de la navegación restringían drásticamente y monopolizaban el comercio colonial americano en detrimento de las colonias.

Las leyes de la navegación de 1660-61

  1. Restringían todo el comercio colonial a los barcos “ingleses” (ingleses y americanos), es decir, a barcos construidos, poseídos y tripulados por ingleses.
  2. Excluía del comercio americano a todos los mercaderes extranjeros.
  3. Requería que ciertos artículos coloniales enumerados se exportaran solo a Inglaterra y las colonias inglesas.

Ya hemos visto el caos causado en las colonias del sur por hacer que el tabaco fuera uno de los bienes enumerados. Entre los demás estaban el azúcar, el algodón y varios tintes. La segunda ley de la navegación importante fue la Ley de Alimentos Básicos de 1663, que proveía que todos los bienes exportados desde Europa a América debían atracar previamente en Inglaterra. Solo unas pocas importaciones coloniales estaban exentas de esta prohibición: sal, sirvientes, diversos productos de Escocia y vino de Madeira y las Azores.

La Ley de Alimentos Básicos significaba que los barcos y mercaderes ingleses monopolizarían las exportaciones a América, mientras que los fabricantes ingleses que vendieran a América se verían privilegiados por impuestos adicionales fijados en puestos ingleses sobre exportaciones extranjeras a las colonias. La provisión de artículos enumerados aseguraba que estos alimentos básicos serían exportados solo por mercaderes ingleses y en barcos ingleses. La apropiación inglesa de Nueva Holanda estaba en parte pensada para complementar la ley de la navegación aplastando el comercio naval holandés con el Nuevo Mundo.

El impacto inmediato de estos actos en los mercaderes y la economía de Nueva Inglaterra no fue grande. Las importaciones de Nueva Inglaterra eran en buena parte bienes manufacturados en Inglaterra en todo caso y por tanto no se vio muy afectada. Y las restricciones (como los artículos enumerados y la prohibición de importaciones directas de vinos de las Islas Canarias) sencillamente se ignoraron. Los mercaderes de Massachusetts continuaron enviando alegremente artículos enumerados directamente a puertos europeos (por ejemplo, tabaco a Holanda) y a importar bienes directamente de Europa. Los mercaderes de Nueva Inglaterra fueron felizmente capaces de salvar al sur de la devastación inmediata a manos de las leyes de navegación, primero importando tabaco del sur a Boston y luego exportándolo directamente a países extranjeros.

De esta manera, el sur, por un tiempo, fue capaz de evitar la drástica carga de las leyes de la navegación. El distraído gobierno inglés no intentó forzar la aplicación de estas restricciones hasta que acabaron las guerras anglo-holandesas a mediados de la década de 1670. La postura de los mercaderes estaba completamente respaldada por el Tribunal General de Massachusetts, que declaraba que simplemente no estaba sujeto a “las leyes de Inglaterra igual que no vivimos en Inglaterra”. Sobre este tema, los mercaderes de Boston y la teocracia puritana eran aliados: los primeros para impedir las restricciones británicas a su comercio, los segundo para evitar que Inglaterra interfiriera con el régimen puritano en Massachusetts.

De hecho, los mercaderes de Massachusetts, capaces de evitar las restricciones de las leyes de la navegación, fueron también capaces de aprovechar los suministros abandonados por sus eficientes competidores holandeses. Los mercaderes de Londres, habiendo utilizado el poder del gobierno para aplastar a sus competidores holandeses, de repente descubrieron para su consternación que los mercaderes de Massachusetts les superaban en la venta de productos coloniales en Europa, en fletes y en suministrar a las colonias manufacturas importadas, incluyendo productos europeos que competían con bienes ingleses. El ingreso del rey se vio por supuesto disminuido por el comercio directo con Europa, porque se evitaban los impuestos recaudados en puertos ingleses.

El comercio más floreciente en Nueva Inglaterra durante las guerras holandesas de las décadas de 1660 y 1670 fue el suministro esencialmente no económico de los contratos de guerra para provisionar los intentos ingleses de conquista. Los aprovisionamientos más importantes de Massachusetts fueron los aparejos navales, especialmente mástiles, canalizados a través de Portsmouth, New Hampshire. Este se convirtió en el mayor negocio visto en Nueva Inglaterra hasta entonces. Otra vez fueron los mercaderes de Londres los empresarios clave en este comercio, utilizando su influencia para obtener contratos de guerra con el gobierno.

Los mercaderes más favorecidos de Massachusetts eran los que tenían conexiones con los contratistas de Londres. El principal proveedores de mástiles de Nueva Inglaterra era Peter Lidget, pero la industria de los mástiles de Massachusetts fue capaz de florecer en buena parte porque era altamente competitiva y no estaba organizada centralizadamente.

Por ejemplo, en 1670, Richard Wharton fue capaz de conseguir para su empresa un monopolio decenal del suministro de productos navales (incluyendo mástiles) en Massachusetts y Plymouth, pero el intento fracasó rápidamente porque la concesión del privilegio resultaba imposible de aplicar.

De nuevo el proceso de mercado era capaz de disolver incluso un monopolio creado por privilegio público.


Publicado el 23 de octubre de 2012. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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