Matando la divisa

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No hay ningún caso en la historia económica de todo el mundo, en ningún lugar y tiempo, de una inflación grave y prolongada que no se haya visto acompañada y hecha posible, si no directamente causada por un gran aumento en la cantidad de dinero – Gottfried Haberler, Inflation, Its Causes and Cures (1960)[1]

La expresión “no vale un continental puede resultar vagamente familiar a los estadounidenses como un dicho viejo y extravagante, pero en el momento de la guerra de secesión, era un duro recordatorio de una pesadilla reciente. Para financiar la guerra, el Congreso Continental autorizó la emisión de dinero sin derechos de redención en monedas o metales preciosos (al contrario que otras divisas en circulación). En poco tiempo, se emitieron más de 225 millones de dólares en continentales sobre una oferta monetaria existente de solo 25 millones. Intercambiados inicialmente en una relación uno a uno con dólares el papel respaldados por monedas o metales preciosos, en solo cinco años, la divisa continental se había depreciado hasta no valer nada.[2] Fue el primer experimento importante de Estados Unidos con una moneda fiduciaria y costó a muchos estadounidenses recientemente liberados sus subsistencias y los ahorros de toda su vida.

Esa expansión de la oferta monetaria no se limita al pasado estadounidense. En respuesta a la crisis económica de 2008, según algunas mediciones, la Reserva Federal ha más que triplicado la oferta monetaria. Con una expansión tan pronunciada, ¿experimentará pronto EEUU una inflación importante de precios? y si es así, ¿cómo será de grave?[3] Respoder a estas preguntas requiere un examen de la oferta monetaria.

La oferta monetaria

La Reserva Federal crea dinero por tres métodos:

  • Comprando activos:

Respecto del efecto sobre el nivel general de precios, no importa qué activos se compren mientras se compren con dinero recién creado. Esta acción se lleva a cabo con “operaciones en el mercado abierto” de la Reserva Federal, que históricamente han consistido en comprar y vender títulos del Tesoro (y ahora incluyen una gran dosis de títulos con respaldo hipotecario). Comprar activos permite a la Reserva Federal aumentar instantáneamente la oferta de dinero y manipular tanto tipos de interés como los precios de los títulos mediante su selección de activos a comprar. Después de sucesivas rondas de “flexibilización cuantitativa”, la Reserva Federal anunció una postura autodescrita como “altamente acomodativa de política monetaria” el 13 de septiembre de 2012, en la que se comprometía a compras mensuales de activos por 85.000 millones de dólares.[4] Esta policía de plazo indefinido generará compras anuales de 1 billón de dólares (especialmente importantes si se comparan con el Producto Interior Bruto de EEUU de 2012 de menos de 16 billones de dólares).

  • Prestando dinero a bancos:

El tipo de descuento es el tipo de interés por el que los bancos comerciales pueden tomar prestadas reservas adicionales de la Reserva Federal. Es un tipo establecido por la Reserva Federal. Con tipos más bajos, los bancos están más inclinados a tomar prestado dinero, expandiendo así la oferta monetaria. Actualmente, el tipo está establecido a un mínimo casi histórico del 0,75%. Para destacar lo significativamente bajo que está, estuvo por encima del 6,00% tan recientemente como en 2006.

  • Rebajando los requisitos de reserva bancaria:

Aunque no se entienda habitualmente, puede tener el efecto más inmediato y profundo en la oferta monetaria y la economía respecto de cualquier otra herramienta de creación monetaria en posesión de la Reserva Federal. Los bancos comerciales, al prestar depósitos a la vista, crean dólares adicionales en el sistema por encima de las acciones de la Reserva Federal. La palabra “fraccionaria” en la reserva fraccionaria significa que solo guardan una fracción de lo que se les puede reclamar en cualquier momento concreto. Actualmente, los bancos solo tienen que tener un 10% de sus depósitos a la vista disponibles para su retirada por depositantes.[5] Esto significa que con un requisito de reserva del 10% los bancos pueden aumentar la oferta monetaria en un equivalente a 10 veces sus depósitos a la vista.

Estos tres métodos son sencillos a pesar de las afirmaciones de los funcionarios del Tesoro y banqueros de que acciones como la “flexibilización cuantitativa” con complejas. De hecho, la “flexibilización cuantitativa” es bastante fácil de entender: antes había una cantidad X de divisa y ahora hay X más Y.

La oferta monetaria puede medirse de varias maneras dependiendo de la definición de dinero. Tres mediciones de la oferta monetaria disponibles mensualmente desde 1959 incluyen: BASE (“Base Monetaria Ajustada”, M2 y MZM (“Dinero Madurez Cero”).[6][7][8]

  • BASE. Divisa en circulación y depósitos en posesión de instituciones locales de depósito en los bancos de la Reserva Federal.
  • M2. Divisa en circulación, depósitos de ahorro y participaciones en fondos mutuos en el mercado monetario.
  • MZM. M2 con la adición de fondos monetarios institucionales.

A partir de estas tres herramientas, ¿cómo aumentado recientemente la Reserva Federal la oferta monetaria respecto de sus acciones históricas? El gráfico siguiente describe, en porcentaje, los aumentos mensuales en cada categoría monetaria respecto de su nivel el 1 de enero de 1959.

Se aprecian tres tendencias en este gráfico:

  • Primero, independientemente de la definición del dinero, la oferta monetaria se ha expandido drásticamente con el tiempo, ya que los aumentos se miden en miles de puntos porcentuales.
  • Segundo, la expansión general parece haber empezado en serio en 1971 que no por coincidencia es el momento en que Nixon eliminó los últimos lazos del dólar de EEUU (y en la práctica, de todas las demás divisas) al oro.
  • Tercero, la oferta monetaria medida por BASE ha explotado desde 2008 (hasta un 245% desde el 1 de diciembre de 2007 al 1 de marzo de 2013), mientras que la oferta monetaria de las otras dos mediciones no he seguido el mismo grado de aumento (aunque también hayan experimentado un crecimiento acelerado).

¿Por qué los M2 y MZM no han seguido al BASE? Advirtamos que la definición de BASE incluye “depósitos en posesión de instituciones locales de depósito en los bancos de la Reserva Federal”, lo que no es parte de las clasificaciones del M2 ni del MZM. Tradicionalmente, para maximizar los beneficios, los bancos mantienen sus “reservas extraordinarias” lo más cercanas posibles a cero. Es decir, tienden a prestar rápidamente cualquier reserva que tengan por encima de su mínimo legalmente requerido.  Así que la diferencia en el BASE respecto de los M2 y MZM reflejan la actual falta de nuevos préstamos por los bancos comerciales.[9]

Como ha señalado el economista austriaco Mark Thornton vivimos en un especial

entorno económico y financiero en el que los banqueros temen prestar, los empresarios temen invertir y todos temen las divisas con las que se ven obligados a resistir.[10]

Salvo que esta diferencia se convierta en permanente (lo que no tendría precedentes), los M2 y MZM deberían experimentar aumentos importantes. Sin embargo es importante que el potencial de una inflación sustancial futura de precios no se basa en que M2 y MZM “atrapen” al BASE aumentado, pues cada una de estas categorías monetarias ha aumentado por sí misma desde el 1 de diciembre de 2007 (el M2 en un 61% y el MZM un 43%).[11]

Inflación de precios y oferta monetaria

Los aumentos en la oferta monetaria crean inflación de precios en igualdad de condiciones. ¿Pero qué no es “igual”? Es decir, ¿por qué la relación entre aumentos monetarios e inflación no es uno a uno? Hay varias razones esenciales.

  • Primero, al experimentar la economía un crecimiento real, la demanda de dinero aumenta debido tanto a la mayor cantidad de entidades con existencias de caja (es decir, se crean más empresas al crecer la economía) así como a la tendencia general de los actores económicos a aumentar las existencias de efectivo con mayores oportunidades económicas (es decir, bienes y servicios). El aumento de la demanda de dinero aumenta su valor, lo que disminuye los precios de todos los bienes y servicios. La mayor demanda de dinero ayuda a mitigar los efectos inflacionistas de los aumentos monetarios.
  • Segundo, hay temas de plazos entre el aumento en la oferta monetaria y la aparición de la inflación de precios. El retraso temporal no es constante en la historia y está influido por diversos factores.
  • Tercero, la economía de EEUU no es un sistema cerrado. En la medida en que los dólares circulan fuera de EEUU, ya sea como “petrodólares” o como la divisa nacional de hecho de un estado distinto, el desvío de dichos dólares de la economía de EEUU ayuda a aliviar la inflación de precios debida a los aumentos en la oferta monetaria.

Aunque el plazo de aparición de la inflación de precios solo puede estimarse, la correlación con el crecimiento de la oferta monetaria es indiscutible.[12] Basándonos en el crecimiento de la oferta monetaria (por cualquier medición) desde 2008, es probable una importante inflación de precios. Y si la inflación de precios reproduce el crecimiento en dinero medido por la categoría BASE, la consiguiente inflación de precios no tendría precedentes desde el dólar continental.

Es importante advertir independientemente de cualquier recorte futuro de la expansión monetaria, las fuerzas inflacionistas ya están dentro del sistema. No importa si la Reserva Federal termina con su “postura altamente acomodativa de política monetaria”. Sus acciones pasadas tendrán un reacción futura pronunciada.

Conclusión

En EEUU, en lo últimos años, hemos sido testigos de una expansión sin precedentes de la oferta monetaria. Ni siquiera el fallido experimento de Estados Unidos con la divisa continental, que incluyó una expansión mayor de la oferta monetaria, es verdaderamente comparable. Porque en la época de la independencia de Estados Unidos, había disponibles divisas alternativas y estas se usaban en los negocios diarios, proporcionando así una medición de la capacidad de desentenderse del fracaso de la moneda continental. Pero hoy existen esas opciones para los estadounidenses que deben hacer sus negocios diarios en dólares de EEUU. Así que aunque el dólar continental fue desastroso, la situación futura del dólar actual puede resultar mucho peor.

Todo el contenido escrito en este artículo es solo para fines informativos. Las opiniones en él expresadas son únicamente de WindRock Wealth Management LLC y su personal editorial. Se cree que el material presentado viene de fuentes fiables; aunque no respondemos de su precisión o completitud. Toda información e ideas deberían discutirse en detalle con su consultor individual antes de implantarse.


[1] Haberler, Gottfried. Inflation, Its Causes and Cures (Washington, DC: American Enterprise Association, 1960), p. 16.

[2] Rothbard, Murray. A History of Money and Banking in the United States: The Colonial Era to World War II (Auburn, Alabama: The Ludwig von Mises Institute, 2002), pgs. 59-60.

[3] Los economistas austriacos generalmente prefieren la definición clásica de inflación que Mises indicaba como “el aumento en la cantidad de dinero y sustitutivos del dinero” y no “el aumento general en precios de productos y salarios que es la consecuencia inevitable de la inflación” (Planning for Freedom, 1952). Al utilizar esta definición clásica, los economistas austriacos intentan destacar el papel único del dinero en crear aumentos en los niveles de precios. Debido a la actual amplia aceptación de la definición de “inflación” como “el aumento general en precios de productos y salarios”, este artículo utiliza la expresión “inflación” como equivalente de su uso actual.

[4] (Nota de prensa de la Reserva Federal). 13 de septiembre de 2012.

[5] Técnicamente el requisito de reserva es escalonado, pero en general el requisito de reserva efectiva se aproxima al 10%.

[6] La oferta monetaria M2 aquí presentada es realmente la categoría “M2 menos depósitos a corto plazo”.

[7] Los datos se han presentado desde 1959, que es el primer año disponible para M2 menos depósitos a corto plazo y MZM. Los datos BASE están disponibles desde 1918.

[8] Federal Reserve Bank of St. Louis.

[9] Para una interesante explicación de datos que potencialmente indiquen este cambio, ver Murphy, Robert. “On the Brink of Inflationary Disaster”. Instituto Ludwig von Mises. 25 de agosto 2011.

[10] Mark Thornton, “¿Dónde está la inflación?”, Instituto Ludwig von Mises. 16 de enero de 2013.

[11] Hasta el 1 de marzo de 2013.

[12] Haciendo un aparte, algunos pueden argumentar que, además de la oferta monetaria, la inflación puede causarse por aumentos en la velocidad (de circulación) del dinero. Sin embargo, el argumento es el inverso: la velocidad del dinero no es una causa de la inflación, sino más bien un resultado de que la gente gasta más rápido al prever que la divisa continúe perdiendo valor.


Publicado el 27 de mayo de 2010. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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