Anarquismo sin guiones

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Sólo hay una especie de anarquista. No dos. Sólo una. Un anarquista, el único tipo, definido por la tradición y la literatura de la propia posición, es una persona opuesta a la autoridad impuesta por el poder jerárquico del Estado. La única expansión a esto que me parece razonable, es decir que un anarquista se opone a toda autoridad impuesta.

Un anarquista es un voluntarista.

Ahora, más allá de eso, los anarquistas también son personas y como tales tienen millones de facetas de referencia humana. Algunos son anarquistas que marchan, voluntariamente, a la Cruz de Cristo. Algunos son anarquistas que acuden, de forma voluntaria, a las comunidades de las figuras amadas, padres de inspiración. Algunos son anarquistas que buscan establecer los síndicos de la producción industrial voluntaria. Algunos son anarquistas que buscan establecer voluntariamente la producción rural de los kibutzim. Algunos son anarquistas que voluntariamente buscan desestabilizar todo incluyendo sus propias asociaciones con otras personas, los ermitaños. Algunos son anarquistas que negocian voluntariamente sólo en oro, nunca cooperan ni arremolinan sus capas. Algunos son anarquistas que voluntariamente adoran al Sol y su energía, construyen cúpulas, comen sólo verduras y  tocan el dulcimer. Algunos son anarquistas que adoran el poder de los algoritmos, juegan juegos extraños y se infiltran en los templos misteriosos. Algunos son anarquistas que sólo ven las estrellas. Algunos son anarquistas que sólo ven el barro.

Surgen de una sola semilla sin importar el florecimiento de sus ideas. La semilla es la libertad. Y eso es todo lo que es. No es una semilla socialista. No es una semilla capitalista. No es una semilla mística. No es una semilla determinista. Es simplemente una declaración. Podemos ser libres. Después, todo son oportunidades y elecciones.

Anarquismo y libertad son palabras que no te dicen nada acerca de cómo se comportará la gente libre o qué tratos harán. Simplemente nos dicen que las personas tienen la capacidad para hacer tratos.

El anarquismo no es normativo. No dice cómo ser libre. Sólo dice que la libertad, la libertad puede existir.

Recientemente, en una revista libertaria, leí la afirmación de que el libertarismo es un movimiento ideológico. Es muy posible. En el concepto de libertad, ella, ellos, tú, nosotros o cualquier persona tiene la libertad de participar en una ideología, en cualquiera que no coaccione a otro negando su libertad. Pero el anarquismo no es un movimiento ideológico. Se trata de una afirmación ideológica. Nos dice que todas las personas tienen la capacidad para ser libres. Dice que todos los anarquistas quieren libertad. Y luego se calla. Después de la pausa de ese silencio, los anarquistas a continuación, montan las etapas de sus propias comunidades y de su historia y proclaman sus ideologías no anarquistas -ellas dicen cómo, cómo los anarquistas harán sus normas, sus eventos, celebran la vida y trabajan.

El anarquismo es la idea-martillo que rompe las cadenas. La libertad es lo que resulta. En libertad, todo lo demás depende de las personas y SUS ideologías. No le corresponde a LA ideología. El anarquismo dice, en efecto, que no hay ningún caso superior que domine la ideología.

Se dice que las personas que viven en libertad hacen su propia historia y sus propios acuerdos con y en ella.

Una persona que describe un mundo en el que todo el mundo debe o debería comportarse de un modo único, marchando a un solo tambor, simplemente no es un anarquista. Una persona que dice preferir tal camino, aun deseando que todos lo prefieran, si luego dice que todos deberían decidir, sin duda puede ser un anarquista. Probablemente lo es. La libertad es la libertad. El anarquismo es el anarquismo. Tampoco lo es el queso suizo o cualquier otra cosa. Ellas no son propiedad. Ellas no tienen derechos de autor. Son las viejas, disponibles ideas, que forman parte de la cultura humana. Pueden ser escritas con guiones, pero ellas de hecho no tienen guiones. Ellas existen en sí mismas. La gente agrega guiones e ideologías complementarias.

Yo soy un anarquista. Necesito saber eso y usted también debe saberlo. Después de eso, yo soy un escritor y un soldador que vive en un lugar determinado, por ciertas luces y con ciertas personas. Y, para que sepas también, no hay guion después del anarquista.

La libertad, finalmente, no es una caja en la que las personas son forzadas. La libertad es un espacio en el que las personas pueden vivir. No les dice cómo van a vivir. Dice, siempre, tan solo que es posible.


Este breve texto apareció en la revista “The Dandelion” en 1980. Traducción por Oscar Rosales Krumdieck.

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