Entrevista: Stephan Kinsella

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Stephan Kinsella es un abogado de patentes, un teórico libertario desde hace mucho tiempo y un lector en la tradición Austro-anarquista-Rothbardiana. Kinsella también es Director del Centre for the Study of Innovative Freedom (C4SIF.org), Fundador y Director Ejecutivo de Libertarian Papers, blogger en The Libertarian Standard y tiene un podcast, Kinsella on Liberty. Los tópicos discutidos en esta entrevista incluyen Ayn Rand, Ética Argumentativa, Religión, Propiedad Intelectual y Bullying. 

Keir Martland: Muchas gracias Stephan por acordar tomar parte en la entrevista. ¿Podrías comenzar contándonos por qué eres un libertario y, quizás algo mas importante, cuál es tu definición de libertarismo?

Stephan Kinsella: Acerca de por qué soy libertario y cómo defino al libertarismo explico algo al respecto en Cómo Me Convertí en Libertario (publicado como  “Being a Libertarian” en I Chose Liberty: Autobiografías de Libertarios Contemporáneos, compilado por Walter Block; Mises Institute 2010) y también en  Qué Es Libertarismo .

Tengo 47 años y soy un abogado de patentes en Houston; nací en Louisiana. Siempre me interesaron la ciencia y la literatura, y durante la secundaria, aproximadamente en  11avo. grado, un bibliotecario de mi escuela católica me sugirió que leyera “El Manantial”.  Ello intensificó mi interés en la filosofía y generó mi interés en economía (Austríaca, en particular) y en teoría política. Esto ocurrió aproximadamente en 1980, hace 33 años, cuando yo tenía unos  15. Todo esto me fascinó rapidamente y cuando llegué a la universidad (a estudiar ingeniería eléctrica), devoré montones de trabajos sobre filosofía, economía, teoría política, incluídos los trabajos de Rand, Milton Friedman, Iuego Bastiat, Rothbard, los Tannehills. Para el tiempo en que concurrí a la escuela de leyes, en 1988, me estaba volviendo un anarquista-libertario-Rothbardiano-Austro-Misesiano y pronto fui muy influenciado por el pensamiento de Hans-Hermann Hoppe.

Al principio concebí la libertad y el libertarismo en terminos del principio o axioma de no agresión. A medida que aprendí mas sobre historia, economía, política, filosofía, anarquismo y ley, intenté refinar mis puntos de vista, y hoy pienso que el principio de no agresión es más un sumario o consecuencia de visiones más primarias. Pienso que el libertarismo se describe mejor como la filosofía política desarrollada desde la “normas básicas” de pro-paz, pro-cooperación, pro-valores de prosperidad como intuiciones económicas informadas.

Pienso que el libertarismo es la visión de que las únicas normas políticas que se justifican son aquellas compatibles con los valores que actualmente son sostenidos, y que necesariamente deben ser sostenidos por gente comprometida en la búsqueda civilizada, racional y pacífica de normas. El libertarismo se caracteriza mejor como la propiedad de uno mismo (en el sentido de propiedad del cuerpo) y la compatibilidad con la regla Lockeana de la apropiación de los recursos escasos sin dueño combinada con el derecho de transferir contractualmente esos recursos apropiados. El Principio de No Agresión (NAP) es una codificación sencilla de esto pero no es primaria sino dependiente o derivada. El punto de vista libertario básico consiste en: las reglas justificadas de conducta personal son aquellas que cumplen con la regla básica de que cuando hay un recurso escaso sobre el cual existe la posibilidad de un conflicto, debería existir una norma especificando un propietario a efectos de que el conflicto pueda ser evitado y el recurso pueda usarse pacíficamente y productivamente, y esta norma es: (a) en el caso de cuerpos humanos, cada persona tiene un mejor derecho sobre su propio cuerpo, simplemente porque tiene el control del mismo, al menos prima facie mientras y a menos que realice alguna acción (daño, contrato, crimen) que cambie esta presunción que se efectúa por defecto; (b) en el caso de los recursos externos, la persona que haya reclamado primero el recurso será quien tenga el mejor derecho al mismo. En otras palabras, el reclamo más antiguo sobre un recurso será el mejor reclamo. En otras palabras: la propiedad sobre uno mismo más el primer uso y el contrato  (junto a reglas especiales para solucionar conflictos de daños o crímenes). No agresión significa que usar o invadir los límites, del cuerpo o los recursos adquiridos a la manera Lockeana, de otro es algo prohibido a menos que el propietario lo autorice. Es por esto que la teoría de la propiedad es mas fundamental que la idea de agresión; no podemos saber si el acto de fuerza de “A” para tomar un objeto poseído/controlado por B es un acto de derecho o una agresión a menos que sepamos quién es el dueño de ese objeto.

Keir Martland: Su idea de “normas básicas” es esencialmente consecuencialista. Usted lo ha escrito en alguna parte, mientras el utilitarismo es deficiente, el consecuencialismo es dejado de lado por los libertarios deontológicos o iusnaturalistas. ¿Podría usted decir que algún sistema deontológico debe ser compatible con las normas básicas de paz, abundancia y cooperación?

Stephan Kinsella: Acerca de argumentos consecuencialistas vs. argumentos deontológicos:  Concuerdo en parte con Randy Barnett en Of Chickens and Eggs’ (Sobre Pollos y Huevos) y en la introducción a su libro “The Structure of Liberty” (La Estructura de la Libertad). También concuerdo con la evaluación de Rothbard acerca de La Ética Argumentativa de Hoppe. La idea, como Rand misma lo notó, es que la moral es la práctica, y viceversa, por lo tanto no deberíamos esperar que el consecuencialismo y los principios argumentales sean opuestos, ellos deberían complementarse entre sí. (Tengo otros problemas con el utilitarismo mismo, como explico en “Against Intellectual Property” (Contra La Propiedad Intelectual), que puede verse en www.stephankinsella.com.)

Hoppe ve su argumento como una variante de los argumentos sobre los derechos naturales, pero enfocada en la naturaleza de la justificación argumentativa, no en la naturaleza del hombre per se –Rothbard concordaba con esto.  Creo que la construcción de un argumento “trascendental” como lo hace Hoppe, es una argumentación de derechos naturales pero que se edifica sobre alguna clase de normas básicas necesariamente presupuestas por algún posible participante en alguna discusión sobre qué normas son justificadas. Por ello es consecuencialista en un sentido, sobre las reglas y normas que uno debe privilegiar (si uno posee suficiente grado de honestidad, sinceridad y conocimiento de la economía) si uno favorece otros valores básicos o consecuencias como la paz, la prosperidad y otros. Como nadie puede proponer coherentemente una norma no pacífica en una actividad inherentemente pacífica como el discurso, los valores presupuestos pueden ser tomados como definitivos, indiscutidamente “dados”. Entonces tu los esquivas, con lógica y conocimiento de la naturaleza humana y de la economía y te das cuenta de que las únicas normas políticas o interpersonales que podrían ser justificadas, como posiblemente compatibles con las necesariamente presupuestas “normas básicas” o valores, son las normas libertarias. Todas las normas socialistas están en conflicto con las normas básicas que toda la gente civilizada necesariamente presupone y adopta en virtud de su participación en la sociedad y en el entablar un discurso sincero y racional.

También puedo ponerlo de un modo mas práctico. Menos trascendental, por así decirlo. Cada humano que es racional y crece en una sociedad que es la manifestación actual de la historia y civilización humana, puede observar, en su propia vida, los beneficios de formar parte de esa sociedad. Si un número suficiente de personas no conoce y no ha tenido nunca normas sociales como la empatía, no habríamos arribado al estado de sociedad avanzada que tenemos actualmente. Pero felizmente, un número suficientemente importante de humanos tienen (creo que por razones evolutivas y sociales) un grado suficiente de empatía por los otros y respeto por sus derechos, por lo que hemos tenido siempre un tipo de “libertarismo en acción”, a pesar de que no sea suficientemente consistente. Si solo tomas el mejor 80% de humanos, aquellos que respetan los derechos de los otros, luego si existe una pequeña minoría malévola, sociópatas, lo que sea, entonces tendremos que lidiar con ellos como un problema “meramente técnico”, como si se tratara de cualquier otro reto o amenaza en la vida. Sobre esto último recomiendo ver esto y también “The Division of Labor as the Source of Grundnorms and Rights” (La División del Trabajo como Fuente de Normas Básicas y Derechos) y “Empathy and the Source of Rights” (Empatía y la Fuente de los Derechos) citados en la nota 14 de “ What Libertarianism Is” (Qué Es Libertarismo).

Y, sí: Pienso que cualquier sistema deontológico o de principios debe ser compatible con las normas básicas de paz, abundancia y co-operación. Pienso esas maneras de verlo como un todo. Existe sólo una realidad, despues de todo; los ciegos que describen un elefante mientras detectan solamente partes de él desde diferentes perspectivas están hablando acerca del mismo elefante, despues de todo. Por eso pienso que el Kantianismo (el Kantianismo realista de tipo Miseseano-Hoppeano) no es incompatible con el Aristotelismo, por así decirlo; de hecho observo muchas similitudes en la manera en que Rand justificó sus conceptos “axiomáticos” con la manera en que nosotros podemos justificar las proposiciones “a priori”. Para ver mas sobre esto recomiendo Mises y Rand y Rothbard.

Keir Martland: ¿Por qué se apartó de las ideas de Rand a favor de las de Rothbard? ¿Fue debido a un problema con su epistemología o modo de razonar, o sus conclusiones? Alguno de ellos debió parecerle inconsistente con el otro para que Ud. haya encontrado insatisfactorio al Objetivismo.

Stephan Kinsella: Aquí es donde no concuerdo con Rand. En primer lugar el culto a su personalidad, la mentalidad cerrada, el rehúsar a enfrentarse a la corrientes, la falta de sentido del humor, la locura de elevar sus preferencias personales a alguna clase de Escritura Sagrada.

Aún estoy de acuerdo con los cuatro principales principios Randianos, pero no estoy de acuerdo en la aplicación que  ella hizo de estos principios. Sobre el “capitalismo” yo podría llamarlo libertarismo, en lugar de enfocar en un solo aspecto de las medidas económicas que podríamos esperar en una avanzada sociedad libertaria, pero esto es mas una especie de objeción cuántica. Me llamo a mi mismo austrolibertario o anarcolibertario, no anarcocapitalista, solo para tratar de ser claro y evadir las objeciones lanzadas en parte por los libertarios de izquierda que se ponen locos con la palabra “capitalismo”, ellos han triunfado en arruinarnos esa palabra.

Creo que ella se equivocó al pensar que su capitalismo –esencialmente, libertarismo- implicaba al estado. Muy equivocada. Y asoció esa visión al hablar sobre temas como la guerra, etc. Pero eso fué solo un error suyo en la aplicación.

Tambien pienso que se equivocó en su excesiva confianza en sus confusas ideas sobre la propiedad intelectual en su teoría de los derechos. Pienso que los cuatro pilares randianos –realidad, razón, autointerés, capitalismo- implican anarquía, individualismo, libertad de pensamiento, y que la propiedad intelectual es fascista. Ella no se dió cuenta de que sus principios básicos implican anarquía y que la propiedad intelectual es maligna. Se equivocó en esto.

También fui conducido al error por las admoniciones de Rand y sus seguidores acerca de no leer a libertarios como Rothbard, y por sus bizarras quejas acerca de que el libertarismo era incompatible con el “capitalismo”, al tiempo  que decía que Rothbard y otros “le robaron” la idea de no agresión (más de su manía de propiedad intelectual). Tambien estoy en desacuerdo con el punto de vista objetivista de que tienes que estar de acuerdo enteramente con su filosofía para ser un buen libertario. Es algo insensato. Yo estoy a favor de la razón y la realidad, seguro; pero en la medida en que alguien se oponga, sobre la base de principios suficientes, a la agresión, eso me hace felíz.

Me siento atraído por algunos aspectos de la estética de Rand pero no considero que eso sea parte de su teoría política per se, y otra vez, ella fue muy estridente y dogmática sobre eso, elevando sus gustos personales a un injustificable status eminente.

Rand y sus seguidores tambien, desafortunadamente, celebraron a los Padres Fundadores y la Constitución americana. Escuché que ella estaba inicialmente a favor del dominio eminente porque así lo sugiere la 5ta. Enmienda; pero finalmente se opuso. Sospecho que lo mismo le ocurrió con las patentes y el copyright, a pesar de ello –como pequeña novelista en desarrollo con algún auto interés en los derechos de autor sobre sus trabajos- ella no era imparcial y nunca lo reconoció, desafortunadamente;  teóricamente, creo que su minarquismo reluctante y su adopción de la propiedad intelectual fueron sus mas grandes errores.-

Keir Martland: De hecho, dudo que hayan algunos libertarios que sean capaces de rechazar efectivamente los pilares del objetivismo. Me perturba la idea de que la religión sea odiada y condenada a partir de un área de los escritos de Rand, y probablemente de la mayoría de los teóricos libertarios a partir de ella. Razonablemente, cuanto mas odies y condenes al Estado, especular sobre el “noumen” no es irracional, sino solo no-falseable.

Stephan Kinsella: En realidad, a pesar de que Rand y los randianos son ateos explícitos, ellos parecen no hacer de la religión un gran cordero de sacrificio, a pesar de ello piensan que es una manifestación de colectivismo y de irracionalismo, y estoy de acuerdo en esto con ellos. Pero para mí, aunque la religión es completamente irracional, la reverencia al estado es aún peor.

Pienso que la idea objetivista es que si eres religioso estás aceptando ideas irracionales, y que eso puede disminuír o destruír tu habilidad de pensar coherente y claramente sobre otros asuntos. De todos modos, eso se da vuelta me parece, ya que la gente tiene la posibilidad de compartimentalizar. Es por eso que creo que en algunas formas el argumento para la libertad debe ser estrecho, y apelar a los puntos de vista que la gente ya tiene, no a un particular estilo o tipo de vida. No obtienes un buen trabajo por “ser un libertario”.

Keir Martland: Solo para aclarar: ¿En qué forma podrías decir que la religión es irracional? Mi tolerancia sobre la religión se ha acrecentadoa desde que consideré dos puntos acerca de la religión: que es una mera especulación sobre el “noumen” y no una mentira, per se; y que enseña algunas reglas morales a las cuales a menudo es bueno que la gente adhiera. Más mediatamente hay que observar que debilita al estado poniéndolo a la par con los individuos.

Stephan Kinsella: He sido un ateo estridente por más de 30 años. Pero creo que mi tolerancia se ha incrementado, y no soy “anti-religión”, realmente. Pero aún si la religión juega un rol social en ayudar a contrabalancear el poder del estado ello no significa que lo sobrenatural sea cierto. Creo que es irracional, principalmente, por las razones identificadas por Ayn Rand: los argumentos religiosos estan plagados de aserciones o saltos irracionales. Casi nunca veo un argumento sincero para explicar como cierto a un evento sobrenatural. Por ejemplo, los argumentos del siguiente tipo: ¿Cómo puedes vivir creyendo que mueres para siempre? Bien, este no es realmente un argumento; es una apelación del tipo “que desear lo haga realidad” a la cual Rand correctamente describió. Y los teístas rutinariamente generan argumentos bizarros y deshonestos, como que “Dios debe existir para explicar la existencia” –entonces ¿qué explica la existencia de Dios?- y existe una tendencia al conservadurismo moral y a la anti-ciencia (por ejemplo: creacionismo y anti-evolución, que para mí es algo completamente irracional), combinado con la buena voluntad de los cristianos (por así decirlo) de combinar sus puntos de vista teísticos con el nacionalismo pro-americano (tambien por así decirlo), lo que me enferma y probablemente habría disgustado también a Cristo, si éste hubiera existido alguna vez en la Historia.

Veo a la religión moderna como el remanente de la filosofía primitiva; tu veías ascender al Sol, y asumías la existencia de un dios-Sol para explicar ese fenómeno, lo que no es ninguna explicación, pero era entendible para aquellos tiempos. Para mantener la religión en marcha, se debieron incorporar costumbres, morales, rituales, lo que terminó codificando una buena cantidad de sabiduría práctica, pero eso quedó tan enquistado en sus aspectos irracionales que no puedo ver cómo la religión pueda ser un mecanismo eficiente para esparcir y perpetuar normas sociales valiosas. Aún, a pesar de lo mala que la religión es, veo la religión moderna del estatismo como mucho peor.

A veces pienso que hemos evolucionado muy rápidamente – que bajamos de los árboles muy pronto. A veces temo que la razón por la que SETI no haya detectado señales de vida del espacio exterior se debe a que la vida eventualmente evoluciona hacia la inteligencia y luego pronto encuentra la manera de destruirse a sí misma en alguna forma de catástrofe –nanotecnológica, biotecnológica, nuclear, lo que fuere- y que ese es nuestro destino también.

Pero mi esperanza es que a medida que la humanidad continúe evolucionando y los mercados libres y la tecnología avancen, a pesar de los esfuerzos del estado y los estatistas para detenerlos, varias creencias como el estatismo, la religión, la superstición, la pseudociencia, el colectivismo y el racismo irán gradualmente desapareciendo y nos convertiremos en mas racionales, individualistas, científicos, tolerantes y cosmopolitas. Pero el estatismo es mi mayor preocupación.

Keir Martland: Ud. mencionó la Ética Argumentativa y se puso del lado de Hans-Hermann Hoppe en una buena cantidad de temas, desde la epistemología a la teoría de los derechos. “Estoppel” es una de sus contribuciones, que está basada cercanamente en la Ética Argumentativa: ¿Qué es “Estoppel” y cuál es su uso en la teoría libertaria de los derechos?

Stephan Kinsella: En relación a “Estoppel”: recientemente publiqué un podcast sobre esto (KOL 052 | Renegade Variety Hour: “Being Good Without God”) . Tengo links a este y mis otros escritos sobre estos asuntos en “Concise Guide to Argumentation Ethics” que mencioné previamente.

Como un novato libertario, y habiendo acabado de leer la Ética Argumentativa de Hoppe, en 1988 más o menos, y como un novato también en la Facultad de Leyes, tuve una inspiración durante la clase de contratos, cuando fuí expuesto a la idea de “estoppel” del common law. Esa idea consiste en que, en algunos casos, si tu normalmente tendrías una defensa contra quien te quiere forzar a cumplir un contrato (porque algunas formalidades no se han cumplimentado, etc.) la otra parte podría aún ganar si demostrase que estás haciendo un argumento o aserción, para defenderte a ti mismo de una demanda por la ruptura de un contrato, que es incompatible con alguna otra posición que tú has sostenido previamente durante el proceso o en tus negociaciones con el oponente. Si tu efectuaste una aseveración en la cual el adversario confió, en su propio detrimento, en tal caso tú “no serás oído” en cuanto a efectuar un reclamo que contradiga tu posición anterior. La ley básicamente requiere que seas consistente, lo que es un reconocimiento de la ley de no-contradicción.

Observé que este es el modo en que funciona el principio de no agresión, dado que la idea esencial del libertarismo es la reciprocidad o simetría: Tú no puedes iniciar la fuerza pero puedes usar la fuerza en respuesta a la fuerza. Fuerza en respuesta a la fuerza es algo correcto; fuerza en respuesta a acciones inocuas no lo és. Mediante el uso de la idea de “estoppel”, razoné que el agresor, quien ha usado (iniciado) la fuerza contra una persona inocente, no tiene permitido quejarse si la víctima responde usando la fuerza en retorno contra él. Mediante esta construcción mental puedes ver cuáles clases de demandas pueden ser justificadas y cuáles no pueden serlo. Una demanda objetando una agresión es justificada, pero un reclamo objetando la pena por haber cometido una agresión no es justificado porque es inconsistente; Tú eres parado (estopped) en cuanto a objetar ser proporcionalmente penado por tu víctima. El argumento se apoya, combina y complementa con aspectos de la ética argumentativa de Hoppe, especialmente el principio de universalibilización.

Keir Martland: Es grandioso que Ud. y Jeffrey Tucker estén de acuerdo con Stefan Molyneux en que la agresión por un padre hacia su niño es una agresión como cualquier otra. Más allá de ello, también me gusta la analogía hecha tanto por Tucker como por Molyneux acerca de que el estado es el perfecto ejemplo de “permitir a un padre hacer lo que se le ocurra con sus hijos”. Algo hacia lo que estoy menos inclinado a acordar con Ud. es acerca de su “teoría del bullying”.  Más específicamente, la posición de que Ud. demandaría a los padres de un chico que golpeara a su hijo. ¿Por qué no al mismo golpeador?

Stephan Kinsella: Buen punto, no puedo sostener seriemente este comentario informal. Para justificarlo plenamente uno necesitaría una teoría totalmente desarrollada de estrictas obligaciones y responsabilidad vicaria, que nadie que yo conozca ha desarrollado, para mi satisfacción (en lo que me incluyo). Podría ser que el niño que hostiga sea el demandado. Mi punto no consistía en que una demanda legal sea el remedio institucional apropiado ya que podría ser una respuesta irrazonable o desproporcionada, en la mayoría de los casos. Mi punto consistía en enfatizar que los niños que son hostigadores están literalmente cometiendo una agresión, y creando víctimas; y sus acciones no deben ser tomadas para la risa o perdonadas diciendo “¡Oh, niños, tú sabes cómo son!”. Es apropiado poner el foco sobre la víctima y condenar la agresión. Las respuestas institucionales a esto, sus detalles, son de menor importancia. En realidad, en una sociedad libre, espero que estas cosas sean mucho menos comunes y sean manejadas rápidamente por las prácticas y acuerdos privados –por ejemplo: la escuela contactaría a los padres del hostigador y les haría saber que esa conducta de su hijo no será tolerada, etc.-

Keir Martland: Hablando de Stefan Molyneux, cuyos lectores de “The Libertarian” espero harán una rápida recuperación, ¿hasta qué punto es “Comportamiento Universalmente Preferido (Universally Preferable Behaviour) la misma teoría que la “Ética Argumentativa?

Stephan Kinsella: Creo que el UPB, al menos como lo entiendo, está tomando de algún modo las mismas percepciones que se encuentran en la ética argumentativa. Creo que es menos riguroso y coherente, así como hay otros argumentos en los que simpatizan, a los cuales aludo en mi artículo “Concise Guide”, pero considero que está empujando en la misma dirección.

Keir Martland: ¿Qué o quién, lo convenció finalmente de lo absurdo de la propiedad intelectual? Y desde una perspectiva menos seria ¿Qué tan doloroso resulta ser un abogado de patentes cuando está liderando a los libertarios contra la propiedad intelectual?

 Stephan Kinsella: Honestamente, no puedo recordarlo. Creo que fue una combinación de Tom Palmer, Wendy McElroy, quizás Sam Konkin, y en algún grado Murray Rothbard, más mi creciente apreciación por el rol de los recursos escasos/necesidades en acción a partir de la lectura de gente como Mises y Hoppe. Creo que siempre supe que era un bogus; el argumento de Rand sobre la propiedad intelectual nunca tuvo sentido para mí. Desde que me inicié en la escuela de leyes y luego desde que comencé la práctica de propiedad intelectual volví mi atención a ello más debido a que sabía que tenía que poner en orden mis ideas. Luego me dí cuenta de que las cosas encajaban en su lugar cuando rechacé la propiedad intelectual; y haber clarificado estas cosas en mi mente me ayudó a reorganizar mi aproximación a las materias relacionadas en teoría legal y política.

Hice una dedicada prosecución de patentes durante una sólida década, 1992-2002 aproximadamente, luego quedé exhausto con ello, fundamentalmente porque es solo un drenaje. Pero luego, también, porque comencé a odiar el sistema de patentes y propiedad intelectual cada vez más y más. Así que aún si actualmente ayudo a mis clientes a adquirir patentes, y a pacificarme ayudándolos a defenderse a si mismos contra los agresores de patentes en un sistema horrible, aún no es placentero. Imagínate que tomo cincuenta mil dólares como abogado defensor de los parientes de un chico acusado de vender cocaína, podría saber que estoy haciendo algo bueno pero aún me siento incómodo sobre ello. En cualquier caso, trato de enfocarme hoy solo en proyectos, para mis clientes, en los cuales me siento moralmente justificado; rehúso a ayudar activamente a alguien que usa patentes para atacar a víctimas inocentes. La semana pasada rechacé un cliente informándole que no podría ayudarlo a obtener una patente si intenta usar la misma ofensivamente contra sus competidores.

Keir Martland: ¿Qué tan optimista eres acerca de que una sociedad sin estado vea la luz durante tu tiempo de vida o el de la próxima generación? ¿Existe algún think-tank realmente radical, consistente y efectivo, al respecto en algún lugar del mundo?

Stephan Kinsella: Soy en cierto modo optimista en que el libre mercado y la tecnología continuarán avanzando a pesar de los esfuerzos de los estatistas por detenerlos. Y esto traerá un incremento gradual en la apreciación de los mercados libres y desdén por el estado. No veo ningún cambio binario ni radical, sino más bien gradual. Afortunadamente el estado se irá quedando relegado más y más hacia el fondo. Con respecto a los think-tanks –bueno, soy un creciente fan de las soluciones “agoristas” o privadas a los desafíos privados que gradualmente invaden el territorio del estado y lo van socavando; sólo piensa en lo que el email les ha hecho a los servicios postales estatales; lo que Skype les ha hecho a las llamadas internacionales de larga distancia del servicio telefónico. Durante mucho tiempo fui escéptico en relación a los proyectos libertarios que tenían los pies en el cielo, como las naciones flotantes y otros similares, pero mi corazón se ha encendido por algunas ideas más prácticas y recientes como General Governance, en la cual estoy involucrado y que busca explotar algunas anomalías constitucionales con relación a las tribus indias de U.S.A. y esparcir enclaves libres dentro de los U.S.A., el proyecto Blue Seed, y aún el caído pero probablemente revivido proyecto de ciudades libres hondureñas.

Keir Martland: Finalmente, Margaret Thatcher fue el único Primer Ministro del Reino Unido en proclamar orgullosamente su propiedad sobre una copia de “The Constitution of Liberty” de F.A. Hayek.   Mientras muchos libertarios consideran que ella fue sorprendente, otros, como Sean Gabb, han criticado duramente sus políticas. ¿Tiene Ud. algunos pensamientos acerca de la “Dama De Hierro”?

Stephan Kinsella: Mi primer voto, en 1984, cuando tenía 19 años aproximadamente, fue por Ronald Reagan. Ese fue mi último voto para un Republicano. Posteriormente voté al Partido Libertario o me abstuve y, últimamente, no pierdo mi tiempo votando. Así que aún mientras tenga algún afecto nostálgico por Reagan y Thatcher y por algo de sus retóricas, no puedo decir que realmente admire mucho a algún político. Veo a los políticos como inherentemente corruptos, deshonestos, superficiales y malvados. Así que no, no tengo debilidad por Thatcher. No puedo vero cómo cualquiera que asciende hasta una posición de poder en el estado social democrático moderno pueda ser decente o dotado de principios.

Keir Martland: Gracias, una vez más, por participar, Stephan.

Stephan Kinsella:  ¡Gracias a ti! Lo disfruté.


Traductor Diego Aguirre. El artículo original se encuentra aquí.

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