La NSA y sus “problemas de cumplimiento”

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Uno de los principios esenciales del buen gobierno en la sociedad es la idea de que la autoridad del derecho tendría que prevalecer sobre el poder bruto del pueblo, es decir, que la sociedad debería funcionar bajo el gobierno del derecho, no el gobierno de los hombres. Aristóteles escribió que “la ley tendría que ser suprema sobre todo” y argumentó que “donde las leyes no son supremas, aparecen los demagogos”. El principio tiene muchas ramificaciones importantes para la sociedad, pero el más importante es la opinión de que los agentes y agencias del gobierno deben obedecer las mismas leyes que sus ciudadanos.

Este principio es de gran importancia en los actuales escándalos de la NSA, especialmente a la vista de los recientes reconocimientos de la NSA de “problemas de cumplimiento” con las limitaciones legales que se supone que tiene la agencia. Para los ciudadanos normales, los “problemas de cumplimiento” con el derecho se conocen habitualmente como “delitos” (o tal vez faltas) y estos llevan a indemnizaciones judiciales, multas y posiblemente incluso cárcel, dependiendo de la gravedad de la falta de cumplimiento. Pero para los funcionarios públicos esas cosas son irrelevantes: los problemas de cumplimiento legal son solo algo sobre lo que se hace un informe y se envía a un burócrata superior en la cadena del gobierno, de forma que lo pueda enterrar en su mesa.

Po desgracia no es un fenómeno nuevo. La idea del estado de derecho es la fuente de una inagotable corriente de hipocresía en el estado moderno socialdemócrata del bienestar y la guerra. Es difícil encontrar a alguien que no hable grandiosamente del principio cuando se presenta en forma abstracta, aunque es al mismo tiempo raro encontrar a gente que realmente se tome en serio la idea cuando se aplica a situaciones concretas que impliquen delitos del gobierno. En el caso de la NSA, el principio del estado de derecho se ha tirado completamente por la borda y la agencia opera sin ninguna limitación legal en la práctica.

Recogida, almacenamiento y acceso a datos por la NSA
Las limitaciones actuales a las actividades de supervisión de la NSA son casi completamente tecnológicas o logísticas. La agencia se centra principalmente en revisar “metadatos” de comunicaciones telefónicas y de Internet, pero su capacidad de registrar el contenido de estas comunicaciones también está aumentando rápidamente. Según reportajes en los medios de comunicación, la agencia ha recogido más de un billón de registros de metadatos, y tiene nueva tecnología que permitiría grabar el contenido de voz de mil millones de conversaciones por teléfonos celulares al día. Los datos de Internet se están recogiendo y grabando continuamente por parte de la agencia y el volumen de contenido grabado es tan grande que actualmente solo puede almacenarse durante unos pocos días, mientras que los metadatos de Internet se almacenan durante treinta días. Esto permite a la NSA tener acceso a las actividades de Internet de un usuario, incluyendo su historial de navegación, así como a los contenidos de correos electrónicos y chats y posts en línea. Los datos de interés para la agencia se almacenan en una base de datos separada que tiene registros de hasta cinco años.

A lo largo del escándalo de la NSA, el gobierno de EEUU ha tratado de convencer al público de que sus actividades de vigilancia se dirigían exclusivamente contra los sospechosos terroristas y sus socios y que la recogida de de datos se usa exclusivamente para combatir el terrorismo, con estrictas limitaciones legales y supervisión para impedir una vigilancia en masa. Sin embargo, a pesar de las protestas iniciales en contrario, ahora es evidente que la NSA sí recoge y almacena indiscriminadamente metadatos y contenido de comunicaciones dentro de sus programas de vigilancia.

La recogida de metadatos y contenido de comunicaciones se produce sin ninguna causa probable para creer que la gente objetivo sea una amenaza para nadie. También se produce en violación de la Constitución de EEUU y los ya muy generosos requisitos de la Patriot Act, que obliga para la solicitud para acceder a las grabaciones que haya “una declaración de hechos que muestre que hay bases razonables para creer que [las grabaciones] buscadas son relevantes para una investigación autorizada”. En un dictamen recientemente desclasificado (aunque aún duramente redactado) del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia en el Extranjero, el juez James Bates escribía que “A este Tribunal le preocupa que las revelaciones del gobierno respecto de la adquisición de la NSA de transacciones en Internet supongan el tercer caso en menos de tres años en que el gobierno ha mostrado una importante mala interpretación respecto del ámbito de un gran programa de recogida”. En una decisión anterior, el tribunal había encontrado que los requisitos legales para las búsquedas de datos habían sido “violados frecuente y sistemáticamente”.

La NSA ha tenido una respuesta doble a su defensa legal de sus actividades de vigilancia. Ha afirmado que puede recoger toda la información que desee sin ninguna concesión o restricción y que esto no constituye una “recogida” real de datos hasta que la base de datos se consulte posteriormente. En otras palabras, la recogida de datos no es realmente recogida de datos, mientras estos estén quietos y no se acceda a ellos. Se ha afirmado luego que consultar sus bases de datos solo se hace bajo orden judicial y solo bajo circunstancias en las que hay hechos concretos para tener una sospecha razonable de actividad terrorista. Esto es claramente falso a la vista de las búsquedas amplias y el mapeo indiscriminado de datos que se muestra en la documentación de la NSA.

Las operaciones de la NSA y sus “problemas de cumplimiento”
Después de un periodo de fervientes negaciones, la NSA ha reconocido que sus analistas han excedido a menudo sus límites legales, incluso bajo la interpretación más laxa de la Patriot Act por la propia NSA. Una auditoría interna de la agencia descubrió que en un solo año hubo 2.776 “incidentes” de recogida, almacenamiento, acceso o distribución no autorizados de comunicaciones de ciudadanos de EEUU, con muchos incidentes individuales afectando a un gran número de comunicaciones. Esto incluía la violación de órdenes del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia en el Extranjero.

En lugar de referirse a estos casos como los delitos que son, el director de la Inteligencia Nacional se ha referido a estas violaciones legales como “problemas de cumplimiento” con los programas. Ha tratado0d e destacar que este tipo de problemas se monitorizan y evalúan regularmente por el agencia y son esperables en un programa tan complejo. Una consecuencia de esta opinión es que no hay sanción real por actividad ilegal de la NSA. Si los “problemas de cumplimiento” son solo una parte esperada de las operaciones del gobierno, no tiene sentido que haya ninguna sanción para estos incumplimientos legales. Así que la agencia opera por encima de la ley, en el sentido de que sus agentes están preventivamente autorizados para delinquir, basándose en que se espera cierto grado de incumplimiento de la ley.
Incluso para el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia en el Extranjero, encargado supuestamente de supervisar judicialmente a la agencia, tratar de mantener a la NSA bajo el estadio de derecho ha sido una farsa. El juez principal Reggie Walton explicaba a la prensa que “El TVIE se ve obligado a confiar en la precisión de la información que se proporciona al Tribunal. (…) El TVIE no tiene capacidad para investigar asuntos de incumplimiento y en ese sentido el TVIE está en la misma situación que cualquier otro tribunal en lo que se refiere a obligar [al gobierno] a cumplir sus órdenes”.

La NSA tiene “problemas de cumplimiento” en sus programas de vigilancia de la misma manera que un asesino en serie tiene “problemas de cumplimiento” con la ley contra el asesinato: ninguno de ambos está dispuesto a cumplir con las normas. En una sociedad que respete el estado de derecho esto importa. Y mientras los demagogos saltan para defender las acciones de la agencia, es útil tener en mente lo que estos “problemas de cumplimiento” significan para el estado de derecho.


Publicado el 29 de agosto de 2013. El artículo original se encuentra aquí.

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