Una maldición del rascacielos con características chinas

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[El Instituto Mises habló recientemente con Mark A. DeWeaver acerca de la economía china, malas inversiones, auges y declives y su nuevo libro Animal Spirits with Chinese Characteristics.]

Hay mucha confusión respecto de la economía china y su política comercial y monetaria y misterio respecto de su capacidad de generar tasas de crecimiento en dobles dígitos. Empiece dándonos una descripción de la economía china y si es socialismo o capitalismo en la práctica.

DeWeaver: China tiene mercados de productos bien desarrollados pero difícilmente puede calificarse de capitalista, dado que la mayoría de los medios de producción son propiedad del estado, al menos parcialmente. Al mismo tiempo, la economía china nunca ha estado realmente planificada centralizadamente. La mayoría de las decisiones económicas tienen lugar a nivel del gobierno local, cosa que ya pasaba en el periodo maoísta. El sistema podría describirse mejor como una aparente doble contradicción: capitalismo son propiedad privada limitada, socialismo con planificación limitada.

¿Cuál es la relación de su política monetaria y de tipos de cambio con su política comercial? ¿Es solo una forma moderna de mercantilismo o hay algo único acerca de la situación de China que deberíamos tener en cuenta?

DeWeaver: Sí, las políticas monetaria y comercial de China son claramente una forma moderna de mercantilismo. Las intervenciones del banco central en el mercado de tipos de cambio generan un tipo de cambio infravalorado, lo que a su vez ayuda a generar un superávit en la balanza de pagos de China con respecto al resto del mundo. En China, esta política parece estar motivada principalmente por el deseo de fortalecer el control del estado sobre la economía reduciendo la exposición del país a los caprichos de flujos internacionales de capitales.

En su libro, Animal Spirits with Chinese Characteristics, ¿qué es lo que hace diferente a China?

DeWeaver: El ciclo chino de inversión es diferente debido a que es principalmente un fenómeno del sector público. Los auges se originan a nivel del gobierno local, en el que los cargos están siempre dispuestos a promover la inversión para aumentar el crecimiento del PIB en su jurisdicción. Los declives los impone el gobierno central, que acaba teniendo que utilizar medidas administrativas para hacer que acaben las expansiones para suprimir la inflación controlar los préstamos morosos de los bancos propiedad del estado.

¿El nuevo liderazgo político chino cambiará de alguna manera esencial la política económica?

DeWeaver: Un cambio en la política económica tendría que implicar la privatización de activos de propiedad pública y un compromiso real con el estado de derecho. Ninguna de ambas son posibilidades ni siquiera remotas, porque socavarían la situación del Partido en el poder. Los planes de liderazgo, como los del gobierno soviético en durante la década de 1980, reclaman fortalecer el sistema existente, no una reforma genuina.

¿Cómo consiguen tasas de crecimiento en dobles dígitos? Oímos acerca de ciudades fantasma, exceso de capacidad de fabricación y construcciones bosques de rascacielos. ¿Son sostenibles tasas de crecimiento en dobles dígitos? Si no es así, ¿aparecerán los problemas por fuerzas internas o externas?

DeWeaver: En la década de 1980 y principios de la de 1990, las altas tasas de crecimiento eran principalmente el resultado de la liberalización económica. Sin embargo, desde finales de la década de 1990, Beijing ha tenido que confiar cada vez más en inversión liderada por el estado para mantener el crecimiento del PIB. Ahora la eficiencia de esta inversión ha disminuido hasta el punto de que ya no es posible que la economía crezca a tasas en dobles dígitos. China ha llegado al límite de del crecimiento liderado por la inversión, pero será incapaz de hacer una transición a un modelo liderado por la productividad mientras la economía continúe estando dominada por el estado.

Si la economía va a ralentizarse, ¿cuáles serán las consecuencias económicas y sociales? ¿Pueden conseguir un aterrizaje suave?

DeWeaver: El gobierno central puede impedir un crash, pero no será capaz de evitar un declive a largo plazo en las tasas de crecimiento. En último término tendrá que haber una transición a la propiedad privada, probablemente mediante privatizaciones de la “nomenklatura” al estilo ruso, que asegure el apoyo de los grupos de la élite, al permitirles quedarse con la propiedad del estado. Como en el caso de Rusia y Europa Oriental, la transición de China es probable que sea caótica e injusta, pero no violenta.

Si la economía tuviera un crash, ¿tiene el gobierno chino capacidad de “sacarse un conejo” de la chistera y salvara a la economía china? Si fuera así, ¿cómo lo haría?

DeWeaver: Relajar la supervisión de la inversión del gobierno local y el sistema bancario es el único conejo que ha sido capaz de sacar nunca el gobierno central. Fue la política que siguió, por ejemplo, después de la crisis financiera global de 2008. El resultado será otro auge más de inversión dirigida por los gobiernos locales, seguido por niveles aún mayores de exceso de capacidad y préstamos morosos en los bancos de propiedad del estado.

En términos de predicciones, China casi ha finalizado su rascacielos más alto. ¿Cree que esto dará una “señal” correcta en la maldición del rascacielos y “acusará” una crisis económica en China?

DeWeaver: Sí, creo que la crisis ya está aquí. China no solo es el hogar del edificio más alto del mundo, sino asimismo del 87% de todos los edificios de más de 152 metros ahora en construcción en todo el mundo. Esta locura de los rascacielos no es sino un ejemplo de la masiva mala asignación de recursos que ha creado la promoción indiscriminada de inversiones por parte de los gobiernos locales.

También hemos leído que han abierto el camino para un  proyecto para construir el rascacielos más alto del mundo y que lo terminarán en un tiempo récord. Esto sería una señal de una crisis económica mundial. ¿Qué ha oído acerca de esto y cree que completarán el proyecto?

DeWeaver: Este proyecto, conocido como Sky City, se detuvo pocos días después de su presentación porque el promotor no había conseguido las aprobaciones publicas necesarias. Aunque el gobierno local sin duda lo apoya, creo que es poco probable que el gobierno central permita que vaya adelante. La opinión de Beijing es evidente por un editorial del Diario del Pueblo, que calificaba a Sky City como “impracticable” e “irresponsable” e incluso citaba el hallazgo de [Andrew] Lawrence de que los rascacielos que baten récords son a menudo heraldos de crisis económicas.


El doctor Mark A. DeWeaver, dirige Quantrarian Asia Hedge, un fondo que invierte en títulos asiáticos y productos indiciados relacionados. También escribe un blog sobre inversión y finanzas para Iraq Business News. El artículo original se encuentra aquí.

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