Razón humana y economía a priori

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Jason Brennan ha rendido en posts en Bleeding Heart Libertarians un gran servicio a los defensores de la economía a priori al estilo de Mises y Rothbard, aunque quede lejos de su objetivo.[1] Por el contrario, trata de demostrar que una economía a priori es insostenible.

Cuenta una conversación con alguien al que llama “un tipo austriaco”. Brennan pregunta al tipo austriaco de qué manera este, como defensor de una economía austriaca a priori, se ocuparía de las acciones irracionales del tipo estudiado por la economía conductual. (Los ejemplos incluyen la “inclinación a la confirmación” y los “efectos engañosos”). En respuesta, el tipo decía que estos son ejemplos de comportamiento y no de acción: la verdadera acción es racional. Brennan comenta correctamente que el tipo ha cometido la falacia de “ningún verdadero escocés”. Pretende estar hablando de acciones, ya que esta idea se entiende generalizadamente. Ante un contraejemplo a su afirmación, el tipo cambia a una afirmación que pone en cuestión qué es una “verdadera” acción.

Brennan da cuenta del tipo austriaco, pero el tipo hizo una falsa afirmación acerca de la economía austriaca. Mises rechazaba explícitamente la opinión de que los actores nunca cometen errores al razonar. Cuando dice que toda acción es racional, busca algo mucho menos polémico. Tiene en cuenta solo que un actor considera los medios que selecciona como apropiados para alcanzar el fin que desea. El actor bien puede equivocarse al pensar que ha elegido los medios apropiados, pero piensa que lo ha hecho.

Mises dice: “Es un hecho que la razón humana no es infalible y que el hombre muy a menudo yerra al seleccionar y aplicar medios. Una acción inapropiada para el fin incumple las expectativas. Es contraria a su propósito, pero es racional, es decir, el resultado de una deliberación razonable (aunque defectuosa) y un intento (aunque sea inefectivo) de alcanzar un objetivo concreto”.[2]

Si no me equivoco, Brennan respondería que no le he entendido. Pretendía que el cuento acerca del tipo austriaco sería un ejemplo de una tesis general. Incluso si el ejemplo es malo, la tesis general sigue siendo buena. Si Mises hace una afirmación acerca de la acción, la afirmación puede tomarse en dos sentidos. Si es una afirmación acerca de acciones en el mundo, según nuestro concepto ordinario de acción, es una afirmación empírica. Solo podemos descubrir si la afirmación es cierta mediante observación. No podemos saber que sea cierta a priori. Podemos incluir en nuestro concepto de acción que una afirmación concreta acerca de la acción es verdad, pero entonces estaríamos cometiendo la falacia de ningún verdadero escocés. No podemos descubrir la naturaleza del mundo real solo pensando sobre él.

¿Es así? Brennan no nos ha dado razón para pensarlo. Mises pretende hablar, no de algún concepto artificioso de “acción”, creado para hacer verdaderas por estipulación sus afirmaciones acerca de la acción, sino más bien de acciones en el mundo como normalmente las entendemos. Precisamente su tesis es que podemos obtener conocimiento de las acciones, así entendidas, mediante pensamiento. Tenemos un conocimiento a priori que es aplicable al mundo.

¿Qué tiene Brennan que decir contra esto? Hasta donde puedo ver, no da ningún argumento. Simplemente indica su propia postura contraria. Mises dice que tenemos un conocimiento a priori de la acción y Brennan responde, en la práctica: “No, no lo tenemos”.

Muchos filósofos estarían de acuerdo con Brennan acerca del apriorismo. De hecho, algunos filósofos, como W.V.O. Quine y Michael Devitt, van más lejos y rechazan completamente el apriorismo. Pero el estatus del apriorismo, entre los que aceptan su existencia, es un tema polémico y la opinión que tiene Brennan de él no es en modo alguno la única en este campo. Por solo mencionar a unos pocos pensadores conocidos, Tyler Burge, Christopher Peacocke, Laurence BonJour, Alvin Plantinga y David Chalmers tienen opiniones mucho más sólidas que Brennan del ámbito de un conocimiento a priori.

Por supuesto, mencionar a estos filósofos no basta para demostrar que Brennan se equivoca y no pretendo aquí defender una visión propia del apriorismo. Sin mebargo, solo por dar una razón muy preliminar para pensar que no tiene sentido creer que tenemos un conocimiento a priori no limitado a conceptos definitorios, he aquí unos pocos ejemplos de afirmaciones que parecen ser al tiempo apriorísticas y darnos un conocimiento del mundo real: (1) Algo existe; (2) Ahora existo [dicho ahora por mí]; (3) Ahora sé que 2+2 =  4 [dicho ahora por mí].

Por el contrario, mi objetivo es más limitado. Es apuntar que si Brennan quiere rechazar el carácter a priori de la economía, tiene que hacer más que solo dar una opinión que niega que dicho conocimiento sea posible. Debe argumentar que tendría que adoptarse esta visión del apriorismo y esto, hasta donde puedo ver, no lo ha hecho.

Dije al principio que Brennan ha prestado un gran servicio a los defensores de la economía a priori y el servico en el que pienso es este. Ha sugerido una muy buena manera de evaluar las afirmaciones a priori acerca de la acción. Si hay aparentes contraejemplos para dichas afirmaciones y la persona que planteó la afirmación responde luego cometiendo la falacia de ningún verdadero escocés, hay buenas razones para pensar que la afirmación ha fracasado. Esta pruba no es en modo alguno dependiente de aceptar las opiniones de Brennan acerca de un conocimiento a priori.

Juzgado por esta prueba, ¿qué podemos decir del estatus a priori de la economía austriaca? ¿Responden los economistas austriacos de contraejemplos recurriendo a la falacia de ningún verdadero escocés? ¿Cuándo, por ejemplo, los economistas austriacos dicen que las partes de un intercambio no deberían realizarla salvo que cada uno espere beneficiarse de ella, se están usando “intercambio” y “beneficio” en sentidos especiales para inmunizar la declaración ante contraejemplos? No lo creo. Más bien estas palabras se están usando en una forma perfectamente habitual y la afirmación austriaca es que, entendida así, la declaración acerca del intercambio se sabe a priori que es verdadera. ¿Qué se supone que está mal en esta afirmación austriaca? De nuevo, cuando Mises dice; “No hay operación de la razón que pueda llevar de la valoración de una cantidad o número definido de cosas a la determinación del valor de un número mayor o menor”,[3] no está haciendo una afirmación empírica ni utilizando palabras en sentidos especiales. Está indicando una verdad a priori acerca de la valoración, un proceso en el mundo real.

Brennan no nos ha dado ninguna razón para pensar que los economistas austriacos cometan la falacia de ningún verdadero escocés. Mucho menos ha justificado la tesis más amplia de que buscar un conocimiento a priori del mundo real sea una búsqueda inútil.


[1] El post más importante está aquí: http://bleedingheartlibertarians.com/2013/10/extreme-austrian-apriorism-as-the-no-true-scotsman-fallacy/.

[2] Human Action [La acción humana], Scholar’s Edition (Auburn, Ala.: Mises Institute, 1998), p. 20.Muchos economistas neoclásicos tienen criterios más estrictos para la racionalidad que Mises. Los criterios más estrictos se usan a veces para demostrar que consumidores y productores en el mercado libre actúan irracionalmente y se reclama que el estado arregle estos presuntos problemas.

[3] Ibíd., p. 122.


Publicado el 11 de noviembre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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