¡Dejen a Ucrania en paz!

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La semana pasada, Ucrania tuvo su peor ola de violencia desde la desintegración de la Unión Soviética hace más de 20 años. Los manifestantes que ocupan la plaza principal de la ciudad capital, Kiev, se enfrentaron con la policía dejando muertos a muchos manifestantes y policías y heridos a muchos más. Es una tragedia en curso y parece que no hay final a la vista.

El conflicto actual se debe a una división entre el oeste, que busca una relación más estrecha con la Unión Europea, y la parte oriental del país, que tiene lazos históricos estrechos con Rusia.

Los intervencionistas habituales en los EE.UU. se han entrometido por largo tiempo en los asuntos internos de Ucrania. En 2004 fue el dinero del gobierno EE.UU. que ayudó a financiar la Revolución Naranja, pues fueron organizaciones no gubernamentales financiadas por Estados Unidos las que favoreciendo a un grupo político sobre el otro, fueron capaces de cambiar el régimen. Estas mismas personas no han renunciado a Ucrania. Siguen promoviendo su propia agenda para Ucrania tras las bambalinas, mientras incluso ridiculizan cualquier persona que mencione tal participación de EE.UU.

Una reciente conversación telefónica filtrada entre dos altos funcionarios del gobierno dejó en claro que EE.UU. no solo estaba involucrado en los disturbios de Ucrania, sino que en realidad también buscaba determinar ¡Quiénes deben constituir el próximo gobierno Ucraniano!

El senador John McCain, quien ha realizado varios viajes a Ucrania recientemente para reunirse con la oposición, escribió la semana pasada que EE.UU. debe ponerse de pie para apoyar la integridad territorial de Ucrania, incluyendo Crimea.

¿Por qué los funcionarios del gobierno estadounidense tienen tantas ganas de decirle a los ucranianos lo que deben hacer? ¿Alguien se ha tomado la molestia de preguntar a los ucranianos? Tal vez la violencia actual podría aliviarse si los ucranianos decidieran volver a convertir al país en una laxa  confederación de las regiones. Quizás si Ucrania participara en el comercio pacífico con países tanto al oeste y al este todos se beneficiarían. Pero las potencias extranjeras parecen estar luchando en una guerra de poder, con Ucrania sufriendo la peor parte.

Si usted preguntara a la mayoría de los estadounidenses cómo se sienten, mi apuesta es descubrir que están hartos de que el gobierno de EE.UU. se involucre en todas las crisis que surgen. Ciertamente el pueblo estadounidense no está a favor de esta intervención. Ellos comprenden, como las encuestas recientes han demostrado, que nuestra política exterior intervencionista sólo está creando más enemigos en el extranjero. Y también entienden que estamos sin dinero. No podríamos darnos el lujo de ser los policías del mundo, incluso si lo deseáramos.

Y apuesto a que si le preguntamos a los ucranianos, una gran mayoría de ellos preferiría que los EE.UU. – y Rusia y la Unión Europea – se mantuvieran al margen de sus asuntos y respetaran su soberanía. ¿Es tan difícil de entender por qué a la gente le molesta recibir lecciones y sobornos de gobiernos extranjeros? Todo lo que necesitamos hacer es ponernos en el lugar de los ucranianos y preguntamos cómo nos sentiríamos si estuviéramos en medio de un muy fuerte tira y afloja entre Canadá por un lado y México por el otro . Eso nos molestaría también. Así que ¡mantengamos nuestras manos fuera de Ucrania y dejemos que los ucranianos resuelvan sus propios problemas!


El artículo original se encuentra aquí. Traducido del inglés por Mario Chávez.

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