¿Se debe el aumento en las órdenes de bienes de capital a las malas inversiones?

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Las órdenes de bienes no militares de capital en EEUU, excluyendo la aviación, aumentaron un 0,6% en agosto después de una disminución del 0,2% en julio para situarse en 73.200 millones de dólares. Observemos que después de cerrar en 48.000 millones en mayo de 2009, las órdenes de bienes de capital han tendido al alza.

La mayoría de los comentaristas consideran este fortalecimiento como evidencia de que las empresas están invierto tanto en el reemplazo de los bienes existentes de capital como en nuevos bienes de capital para expandir su crecimiento.

¿Respondiendo a los mercados o al banco central?

No cabe duda de que un aumento en la calidad y cantidad de herramientas y maquinaria (es decir, bienes de capital) es la clave para la expansión de los bienes y los servicios. ¿Pero es siempre bueno para el crecimiento económico? ¿Es siempre bueno para el proceso de generación de riqueza?

Consideremos el caso en que el banco central se dedica a una política monetaria laxa (es decir, inyección monetaria y una rebaja artificial de la estructura del tipo de interés). Esos tipos de políticas establecen la plataforma para diversas actividades no productivas o de burbuja.

Para sobrevivir, estas actividades requieren financiación real, que se desvía a ellos por medio de una política monetaria laxa. (Una vez en se pone en marcha un política monetaria laxa, esto permite la aparición de diversas actividades de burbuja).

Los diversos individuos empleados en estas actividades son los primeros receptores del dinero; ahora pueden desviar diversos bienes y servicios de las existencias de riqueza real.

Estas personas se están dedicando ahora al intercambio de nada por algo. (Las personas que se dedican a actividades de burbuja no producen riqueza en sentido real. Sin embargo, por medio del dinero inyectado, toman una porción de las existencias de riqueza real. Repito, adviértase que estas personas no contribuyen con nada a estas existencias).

Ahora bien, las actividades de burbuja, como cualquier actividad que no sea de burbuja, también requieren herramientas y maquinaria (es decir, bienes de capital). Así que los diversos bienes de capital generaos para estas actividades son de hecho un desperdicio de riqueza real. Esto pasa porque las herramientas y maquinaria que se generan aquí van a emplearse en la producción de bienes y servicios que, sin la inyección monetaria del banco central, nunca aparecerían. En otras palabras, ha aparecido una infraestructura errónea.

Estas actividades no suman a las existencias de riqueza real, en realidad las están disminuyendo. (Esto equivale a empobrecimiento económico). Cuanto más agresiva es la postura monetaria laxa del banco central, más disminución de riqueza real tiene lugar y menos riqueza real queda a disposición de los generadores de verdadera riqueza. Si esa política persiste demasiado tiempo, esto podría ralentizar o incluso disminuir las existencias de riqueza real y poner en marcha una grave crisis económica.

La fortaleza en las compras de bienes de capital en realidad apunta a una burbuja

Creemos que el fuerte rebote en las órdenes de bienes de capital desde mayo de 2009 se deba a una postura monetaria extremadamente laxa por parte de la Fed. Advirtamos que las salvajes fluctuaciones en nuestra medición monetaria AMS después de un plazo se ven seguidas por fuertes vaivenes en órdenes de bienes de capital.

Creemos que una tendencia a la baja en la inercia de crecimiento de la oferta monetaria desde octubre de 2011 está actualmente a punto de afirmar su dominio. Esto significa que varias actividades de burbuja es probable que pasen a estar bajo presión. Un crecimiento monetario más lento va a ralentizar el desvío de riqueza real hacia ellas desde actividades generadoras de riqueza.

Consecuentemente, las órdenes de bienes de capital van a estar bajo presión en los próximos meses. La construcción de una infraestructura errónea va a ralentizarse y se construirán menos pirámides.


Publicado el 15 de octubre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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