¿Qué es el Remanente?

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Mi boletín informativo relacionado con el tema de la inversión se titula Remnant Review. La gente me pregunta de vez en cuando: “¿Qué significa «remanente»? Esta no es una pregunta fácil de contestar en pocas palabras.

Obtuve el nombre del Rev. Edmund Opitz, quien fue miembro del Staff Ejecutivo de la Fundación para la Educación Económica (FEE, por sus siglas en Inglés), localizada en Irvington, a lo largo de la ribera del río Hudson, New York, a unas 25 millas al norte de la ciudad de Nueva York. En su tiempo libre, había reunido un pequeño grupo de ministros que estaban interesados en asistir a reuniones informales dedicadas a la discusión del tema de la relación que existe entre la religión y la sociedad libre. Él le llamó a su organización “El Remanente.”

El Rev. Opitz obtuvo el nombre de un ensayo escrito en el año 1937 por Albert J. Nock. Era un gran admirador de Nock, y había comenzado otra pequeña organización llamada la Sociedad Nockeana.

Fui contratado como miembro del Staff Ejecutivo de la FEE en el otoño de 1971. Allí discutí el concepto original del Remanente con el Rev. Opitz. Yo estaba impresionado por el entendimiento que Nock había tenido. Aunque no era ni Cristiano ni Judío, Nock había comprendido un aspecto descuidado de la labor del profeta en el antiguo Israel: servir como un faro luminoso para el Remanente invisible.

Hubo ocasiones en que el profeta iba a los caminos y senderos de la tierra, predicando la ley de Dios y las sanciones negativas que inevitablemente vendrían si el pueblo, especialmente sus líderes, seguían ignorando a Dios al ignorar Sus estatutos. Dios le había dicho que ellos no escucharían, pero se le dijo que predicara de todas formas.

Hubo otras ocasiones cuando el profeta se mantenía un poco al margen de todo, esperando que la gente lo buscara. El profeta no siempre andaba “por los caminos.” No siempre estaba involucrado en la confrontación directa con los gobernantes y el pueblo.

Se deben reconocer ambos aspectos del trabajo del profeta: confrontación, lo mismo que cuidar el jardín. Hay ocasiones en que un profeta debe estar “en la arena pública.” Hay otras cuando se queda en las sombras y hace su labor de forma silenciosa. El profeta debe conocer los tiempos y las ocasiones.

En alguna medida toda persona fiel es un profeta. Tiene una visión particular de Dios, el hombre, la ley y el tiempo la cual honra en su vida. Tiene un mensaje para otros. Pero su compromiso con esta visión de la vida no necesita ser pública siempre. Se supone que debe probarse a sí mismo, y a aquellos que se hallan bajo su legítima autoridad, que estos principios no solamente son verdaderos; también funcionan en el mundo real. Él no solamente es un predicador de la palabra; también debe ser un hacedor.

Los logros del justo debiesen ser visibles. “Por sus frutos les conoceréis,” dijo Jesús refiriéndose a todos los hombres. Un árbol bueno dará buenos frutos. Así, a medida que pasa el tiempo, otros comenzarán a hacerle preguntas al profeta con respecto a él mismo. Debe estar listo para darles respuestas basadas en principios.

Los inversionistas viven en un mundo de envidia política. Hay gente envidiosa a la que le encanta derribar a la gente exitosa, no para echar mano de su riqueza, sino sólo para asegurarse que nadie tenga nada extra. Así que, decidí muy temprano honrar esta norma: “Mantén tus principios visibles y tu riqueza fuera de la vista.” Le recomendé esta norma a cada uno de los miembros del Remanente. Nuestro buen fruto que otros ven son nuestras obras de caridad y servicio, no nuestra riqueza.

Segunda norma: durante las crisis que Dios enviará – tarde o temprano – a las sociedades moralmente rebeldes, se hace posible el liderazgo por parte del Remanente. El liderazgo justo requiere tres cosas: principios, capital y valentía. Así que, prepárese.

Cuando decidí entrar en el negocio de la publicación de boletines relacionados con los negocios en 1974, poco después de un año de haber salido de la FEE, le pedí permiso para usar el nombre al Rev. Opitz. Él estuvo de acuerdo. Mi visión para el boletín era específico: alentar a los lectores a aprender con respecto a la sociedad libre. Con conocimiento y riqueza viene la responsabilidad. Invito a mis suscriptores a hacerse parte del Remanente. No todos lo hacen, pero algunos sí. Se están preparando para las crisis en el extremo que se halla lejos de ellas.


Traducido por Donald Herrera Terán.

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