Que no nos engañe nuestra actual estabilidad de precios

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Mises Daily Aug 20 2015

La tasa interanual de crecimiento del índice de precios de gasto personal en consumo (GPC) ajustado a la alimentación y la energía se mantuvo en el 1,3% en junio, la misma cifra que en mayo. Advirtamos que desde el inicio de este año, la tasa anualizada de crecimiento se mantuvo en el 1,3%. Muchos economistas han expresado satisfacción por que la tasa interanual de crecimiento haya sido estable pese a que se mantuviera por debajo del objetivo de la Fed del 2%.

Entretanto, la tasa anualizada de crecimiento del deflactor de precios de gasto en consumo personal general se mantiene en -0,01% en junio, frente al -0,1% en mayo y el 1,4% en junio del año pasado.

La estabilidad en la tasa anualizada de crecimiento del GPC menos el deflactor de precios de alimentos y energía se considera como algo muy importante por la mayoría de los economistas. Se sostiene que un nivel estable de precios haría más visible el movimiento en los precios relativos de bienes y servicios, permitiendo así una asignación más eficiente de recursos.

Existe el peligro de que centrarse en la llamada estabilidad de precios haga que los economistas olviden el factor subyacente que es probable que ponga en marcha un declive económico. Sin embargo, este factor subyacente puede ser la disminución de la inercia de crecimiento de la oferta monetaria desde octubre de 2011 a octubre de 2013.

Advirtamos que desde 1927 hasta el final de 1928, el índice de precios del consumo de EEUU estaba mostrando una relativa estabilidad (ver el primer gráfico más abajo).

Esto hizo que muchos comentaristas sugirieran  que la economía de EEUU había alcanzado un estado de estabilidad económica e ignoraran el hecho de que la tendencia de crecimiento de la oferta monetaria cayó abruptamente desde febrero de 1925 a junio de 1927.

Esta abrupta baja puso en marcha un declive económico del mercado bursátil en octubre de 1929 y el posterior colapso de la actividad económica.

Según Murray Rothbard:

Una de las razones por las que la mayoría de los economistas de la década de 1920 no reconoció la existencia de un problema inflacionista fue la adopción extendida de un nivel estable de precios como objetivo y criterio de la política monetaria. (…) El hecho de que los precios generales fueran más o menos estables durante la década de 1920 decía a la mayoría de los economistas que no había amenaza inflacionista y por tanto los acontecimientos de la gran depresión les pillaron completamente desprevenidos.

(Advirtamos que para la mayoría de los economistas la inflación son aumentos persistentes en precios en lugar de aumentos en la oferta monetaria).

Observemos que la tasa anualizada de crecimiento de la producción industrial ascendió del 4,6% en febrero de 1927 al 16,6% en julio de 1929, después de hundirse al -31% en julio de 1932.

Es probable que la severidad de un declive esté dictada por el estado de las existencias de riqueza real, es decir, si hay todavía o no suficiente número de generadores de riqueza para soportar diversas actividades de burbuja que han aparecido a la espalda de la política monetaria laxa de la Fed.


 

Publicado originalmente el 20 de agosto de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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