La guerra contra el efectivo es antigua

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La guerra contra el efectivo es ahora un fenómeno global: bajo el pretexto de perseguir la actividad criminal, los gobiernos en todas partes están aplicando mano dura contra el comercio no monitorizado o controlado.

Sin embargo, los resultados de esta guerra revelan su verdadero propósito: perseguir a los ciudadanos y su renta imponible.

La guerra contra el efectivo es en realidad una guerra contra el comercio o, más bien, contra cualquier comercio que no pueda ser monitorizado y controlado por el gobierno. Los gobiernos sobreviven y crecen basándose en la productividad del resto de la sociedad y como consecuencia tratan de restringir la creación de riqueza a solo aquellas áreas donde puede ser registrada y redistribuida.

Esta guerra contra el efectivo está atrayendo una amplia atención. Sin embargo, mucha gente no sabe que esta guerra es solo la versión más reciente de políticas públicas que han estado existiendo durante mucho tiempo. Programas similares han aparecido a lo largo de la historia, algunas remontándose incluso a la antigüedad.

Un ejemplo notable se produjo en China durante el periodo de los “reinos combatientes”. Esta era produjo algunas de las mayores contribuciones chinas a la filosofía y la tecnología, pero, por desgracia, fue también un periodo de guerras constantes y centralización política, que acabó llevando a la unificación Qin de China en el 221 aC.

A lo largo de esta era, las ideas “legalistas” fueron cada vez más prominentes e inspiraron una serie de “innovaciones” en las políticas públicas, incluyendo leyes y regulaciones similares a la actual guerra contra el efectivo.

Legalistas como Shang Yang (en el estado de Qin) estaban principalmente preocupados por aumentar el poder del estado, especialmente a través de la rígida organización y control de los ciudadanos. Eran especialmente hostiles a la clase de los mercaderes, a la que oprimían. Como explica el profesor Mark Lewis, de Stanford:

Shang Yang (…) inició una serie de reformas para estimular la agricultura, que aprovisionaban al ejército y proveían las bases económicas del estado, y desanimar el comercio, que resultaba menos fácil de gravar. [El libro de Lord Shang] también recoge medidas contra los comerciantes, incluyendo el registro de los servidores de corvea de los mercaderes , altos impuestos al mercado e impuestos a los bienes en tránsito y el registro de las familias de mercaderes como “gente inferior”. Como tal, no se les permitía vestir seda o montar caballos y estaban sometidos a periodos extensos de servicio militar en la frontera. (Lewis, 1999, p. 613)

Ante un crecimiento comercial que no contribuía directamente al crecimiento del estado, Shang Yang y otros buscaban castigar y estigmatizar la clase mercantil, mientras aseguraban que se registraran y gravaran tantas transacciones como fuera posible.

Curiosamente, los legalistas fueron también en buena parte responsables de instituir la propiedad privada de tierras en parte de China. Pero esta reforma aparentemente de laissez faire era en realidad una estratagema: poseer tierra requería registro público, lo que a su vez permitía a los gobiernos monitorizar la población y registrar a la gente para el servicio militar. La propiedad privada fue por tanto un precio que los estados estaban dispuestos a pagar. Igualmente, un capítulo perdido de El arte de la guerra de SunTzu indica que en este periodo la propiedad de la tierra se intercambiaba por impuestos, llevando así a los terratenientes bajo el control del estado (Sawyer, 1994, pp. 248–256).

Hay mucho más que podría decirse acerca de esta era o de la política de la guerra contra el efectivo a lo largo de la historia. Pero el problema subyacente suele ser el mismo: los estados no pueden sobrevivir o crecer sin la capacidad de gravar sistemáticamente a sus ciudadanos. Por esa razón, siempre tienen los ojos puestos en el historial financiero de tanta gente como sea posible. Resulta importante que esto también significa que proteger dicha información de ojos depredadores puede ser un poderoso control sobre el poder del estado.


Publicado originalmente el 24 de mayo de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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