Entrevista a Miguel Anxo Bastos Boubeta

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Miguel Anxo Bastos Boubeta es profesor titular del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Santiago de Compostela, donde imparte las asignaturas de «Políticas públicas» e «Instituciones políticas y movimientos sociales contemporáneos». Es licenciado en Ciencias Económicas y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela, además de licenciado en Ciencias Políticas por la UNED.

El profesor Bastos es autor de monografías especializadas —Da administración pública a gestión pública (EGAP, 1994) y Burocracia, burocratización y reforma administrativa (EGAP, 1998) — y de decenas de artículos de investigación y recensiones publicadas en las principales revistas académicas de su especialidad. También es miembro del claustro de profesores de la Universidad de Verano del Instituto Juan de Mariana y profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín.

Estimado profesor Miguel Anxo Bastos, he visto muchas de sus conferencias e intervenciones en la televisión española. Como también leído sus publicaciones e investigaciones. Pero, con su permiso, permítame jugar un poco a ser el abogado del diablo y tratar de ponerlo en aprietos para que así desarrolle o vaya más allá de lo que nuestros lectores esperan leer y tengan un mensaje contundente desde el punto de vista de la Escuela Austriaca de Economía con respecto a temas que nos aquejan a diario.

  1. Profesor Bastos ¿Podría desarrollar la idea “CAPITALISMO, AHORRO Y TRABAJO DURO” desde la Escuela Austriaca de Economía con respecto al crecimiento económico de un país.

En una conferencia, en 2012, en la UFM (Universidad Francisco Marroquín) que se titula: “Comparación entre capitalismo y socialismo”. Usted, trataré de presentar la idea brevemente, nos habla de la solución a la pobreza diciendo:

“La diferencia entre los trabajadores y su productividad en un país rico (Suiza) y un país pobre (El Congo) radica en la diferencia de tecnología (en Suiza con tractora y en El Congo con un buey) por lo que la producción de un trabajador Suizo vendría a ser exponencialmente mayor. Y finaliza con esta frase: CAPITALISMO, AHORRO Y TRABAJO DURO”.

 En la “Economía Mainstream” nos enseñan Modelos de Crecimiento Endógenos, tomaré como ejemplo  el Modelo de Solow-Swan, donde básicamente analiza las implicancias del capital y la fuerza laboral en el crecimiento de la economía para así llegar a conocer (o tener una aproximación) cuál de estas variables tiene una utilidad marginal mayor por unidad monetaria invertida.

Miguel Anxo Bastos: La idea es que el capitalismo se origina con ahorro, esto es con una serie de valores culturales que llevan a las personas a consumir por debajo de sus posibilidades, permitiendo por tanto la generación de capital. Las instituciones capitalistas (dinero, bolsas de valores, compañías de seguros, cámaras de compensación…) permiten que esos ahorros sean canalizados al mejor de sus usos posibles permitiendo un incremento sostenido de la producción. Ahorros han existido siempre, pero instituciones capitalistas no, por lo menos con la sofisticación de las actuales. Con el trabajo duro no me refiero a trabajar en condiciones duras sino a que el trabajador desempeñe su trabajo  a conciencia. Esto es que el trabajo esté bien hecho, a conciencia. Un informe bien redactado, una clase bien preparada o una pieza hecha cuidadosamente, a poder ser sin fallos serían ejemplos de esto. Es duro porque requiere concentración y esfuerzo. Con el trabajo duro quiero resaltar el papel del factor trabajo, muchas veces olvidado, en el proceso de desarrollo capitalista. Sin el trabajador capitalista los logros de este sistema no podrían haber sido conseguidos.

  1. Con respecto a la primera pregunta: ¿Por qué el análisis de los economistas austriacos sería más acertado o menos erróneo que el análisis que se hace desde la “Economía Mainstream”?

 

Miguel Anxo Bastos: Aun acertando en muchos aspectos el modelo neoclásico parece obviar el papel que juegan los valores en el desarrollo capitalista, probablemente porque estos no son formalizables. Frugalidad, diligencia, responsabilidad son factores fundamentales y difíciles de conseguir a corto plazo. No basta con invertir capital si este no se sabe usar y sobre todo si no se sabe mantener. Aprender estos valores llevó mucho tiempo y esfuerzo y a diferencia del capital no son trasplantables automáticamente. Pero son absolutamente necesarios. Lo bueno es que pueden ser adaptados por imitación y por educación. Es por ejemplo impagable el papel que han jugado los emigrantes retornados a la hora de difundir estos valores en sus sociedades de origen. Con esto no se quiere decir que unos valores sean éticamente mejores que otros, sólo que algunos valores favorecen más el desarrollo económico que otros, y si esto es lo que se quiere deben ser adoptados. Los neoclásicos ven el desarrollo económico como algo mecánico o resultado de alguna ecuación y no lo es.

  1. Entonces, profesor Bastos ¿Cuál es el verdadero problema con el Salario Mínimo?

En la mayoría de países, aunque no parezca, el salario mínimo vital (SMV) no se aumenta arbitrariamente. En mi país el Consejo Nacional de Trabajo incrementa el SMV bajo 3 variables que determinan el monto: Costo de vida, inflación y productividad (el problema de esta factor, es que por más que se calcule el PIB, no son cálculos confiables).

Miguel Anxo Bastos: Que perjudica  a los sectores menos productivos de la población, normalmente los más débiles y les impide incorporarse al mercado laboral, y por tanto adquirir las habilidades que les permitirían progresar laboralmente. Es de hecho una forma de protección de los ya instalados frente a los que se quieren incorporar. Son también una forma de proteger a las empresas grandes y capitalizadas frente a las pequeñas y poco capitalizadas que sólo pueden competir con salarios bajos. Es una forma de expulsar a los más débiles del mercado laboral, y sólo por eso deberían ser abolidos. Estos factores de indexación que usted apunta sirven precisamente para mantener el valor real del salario mínimo y que este no pierda su negativa eficacia.

 

  1. ¿Cuáles son las características estilizadas de esta política gubernamental “llena de buenas intenciones” que termina por perpetuar y condenar a la pobreza?

Me explico, el salario mínimo es recibido en gran parte por quienes recibieron tan mala educación que su producción en buena hora justifica el SMV, pero una aumento podría mandar al desempleo a este trabajador que tiene familia y que sus hijos no podrán educarse mejor que el padre, entonces para cuando tenga que salir al mercado laboral en unos años y el salario esté ya por lo cielos, será aún peor. 

Miguel Anxo Bastos: Habría que ver si son buenas intenciones o resultado de la presión de los sindicatos que defienden a los trabajadores ya establecidos de la competencia o de patronales que buscan defender a las empresas más poderosas. Las consecuencias ya as apunta usted, impiden a los hijos de los más pobres iniciarse en el mercado laboral y generan más pobreza entre los ya desfavorecidos por su falta de educación o cualificación. Trabajar es algo vital. Allí se adquieren relaciones, capacitación y hábitos muy importantes en la vida. Impedir que estos se adquieran es lo más negativo de este tipo de leyes tan supuestamente positivas y que no lo son si las observamos fríamente.

 

  1. Situación hipotética: ¿Seguirían los impuestos siendo un robo al ciudadano y éticamente aberrante? ¿Por qué? ¿Cuál es el fundamento trascendental para los economistas de la Escuela Austriaca para estar en contra de los impuestos?

Casi todos los liberales y quienes seguimos la línea de la Escuela Austriaca de Economía, tenemos el mismo pensamiento sobre los impuestos: Son un robo al ciudadano y es éticamente aberrante. Pero, como bien sabe que estoy jugando al abogado del diablo, imaginemos esta situación (porque no sé si existan estos cálculos, pero en cualquiera caso sería una investigación interesante):

“Imaginemos que todos los servicios netamente públicos de los que ahora gozamos (hablo de servicios en buen estado) pasaran a ser servicios privados y tengamos que pagar por ese uso. Entonces ahora resultase que el precio total mensual (la suma del pago de los servicios ahora privados que necesitamos todos los días: calles, pistas, alumbrado, etc) estaría por encima del dinero que se nos saca mensualmente mediante impuestos. Esto significaría, en este caso hipotético, que los impuestos juegan un rol de subsidiar nuestras actividades y generarían impáctos positivos en la sociedad”

 Miguel Anxo Bastos: Los estados prestan obviamente servicios, pero estos son prestados de forma genérica y más o menos homogénea. Los servicios de mercado serían de naturaleza muy distinta, pues serán modulados de acuerdo con los gustos y necesidades del consumidor. Podrían ser hipotéticamente más caros (algo que dudo pero que podría ser) pero estarían desde luego adecuados a la demanda de cada consumidor de los mismos y por tanto serían distintos de los prestados por los estados. Todos podríamos estar dispuestos a pagar más por un producto de superior calidad, o en todo caso adaptado a nuestras necesidades. La crítica al impuesto es derivado de que nos obliga (sino no sería impuesto) a pagar por algo que no queremos o necesitamos. El pan, los autos o los teléfonos móviles se venden sin necesidad de forzar a nadie. ¿Por qué los servicios públicos necesitan de forzar a las personas  a pagar por ellos? Será porque no son atractivos, porque no son ofertados en la cantidad o calidad demandada, será porque mucha gente no los ve necesarios.  El impuesto es criticado porque precisa de la fuerza para ser recaudado y esto parece implicar  que la gente realmente no los quiere tal y como están planteados y que estos sólo responden a las preferencias del productor. Imaginemos que se nos fuerza a financiar por la fuerza autos, zapatos o cualquier tipo de bien sólo para satisfacer a sus productores. No lo veríamos bien ¿No? Pues, lo mismo podría ser aplicado a la producción de servicios públicos. Pero para ello es necesario definirlos previamente de una forma especial, esto es como bienes públicos, de mérito, etc.

Estimado profesor, muchas gracias por darme parte de su preciado tiempo y responder a estas cuestiones. Le extiendo mi mayor admiración y deseos de seguir leyendo siempre que pueda.

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