Rothbard: Estos son los mejores divulgadores libertarios

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rothbard_harper.PNG[Este artículo es parte de una serie de posts ocasionales que indagarán en el inmenso tesoro de trabajos, discursos, memorándums, correspondencia y notas inéditos en los Archivos Rothbard del Mises Institute]

En 1961, F. A. Harper, del  William Volker Fund, y posteriormente fundador y presidente del Institute for Humane Studies, pidió a Murray Rothbard una lista y opinión sobre los “principales divulgadores libertarios de nuestro tiempo”. Rothbard respondía en una carta fechada el 9 de junio de 1961.

Rothbard interpretaba el término “formación” en el sentido de “influencias informales, así como formación formal” e identificaba nueve divulgadores principales y dos “marginales”, rechazando a varios otros eminentes candidatos. Para entender la lista de Rothbard, deberíamos tener firmemente en cuenta lo que este quería indicar con el término “divulgador” así como su definición y la de Harper de la palabra “libertario”. Harper por no estaba pidiendo, ni Rothbard estaba recopilando, una lista de economistas o, más en general, científicos sociales cuya obra contribuyera de manera importante a los fundamentos científicos de la libertad. Más bien trataba de identificar a aquellos cuyas publicaciones, enseñanzas o activismo inspiraran a otros para estudiar la ciencia de la libertad. Además, aunque tanto Harper como Rothbard eran defensores del anarcocapitalismo, la lista de Rothbard se extendía a quienes habían sobrepasado la indicación vieja y ad hoc del laissez-faire clásico buscando rigurosa y coherentemente una sociedad basada en la libertad, desearan o no una sociedad sin estado.

Rothbard parecía haber expresado sus elecciones en orden, de acuerdo con la importancia que él les daba. Listaba primero al propio F. A. Harper, calificándole como “con mucho, el divulgador libertario más importante que yo conozca”. Rothbard citaba la influencia de Harper a la hora de “crear un impresionante cuadro de estudiantes libertarios” mientras enseñaba en Cornell, por ejemplo, Paul Poirot, Ivan Bierly, W. M. Curtiss y muchos otros. También señalaba que Harper fue especialmente eficaz en educar a jóvenes libertarios mientras estuvo asociado con la Foundation for Economic Education (FEE). Lo más importante para Rothbard era que Harper “fue el líder de la evolución de la FEE del laissez faire pasado de moda a un libertarismo puro al 100%, un cambio que sin duda está destinado a ser uno de los más importantes en toda la historia del pensamiento libertario”.

Frank Chodorov era el siguiente en la lista de Rothbard porque “ansiaba exponer sus opiniones libertarias individualistas a los jóvenes y a través de su admirable pequeña revista Analysis”. Ludwig von Mises era la tercera persona elegida por Rothbard, debido al impacto tanto de sus libros, especialmente La acción humana como de su seminario en la NYU. Para Rothbard, “La acción humana, de Mises (…) fue una revelación sin parangón de un sistema coherente y unificado de economía y, más allá de lo económico, de pensamiento”. En su seminario, Mises enseñaba “su sistema intelectual completamente desarrollado y su larga experiencia” a sus alumnos y animaba cualquier señal de productividad investigadora que mostraran. Rothbard pensaba que podía “asegurarse que la mayoría de los libertarios del país son discípulos, o de Harper, o de Mises”.

Rothbard listaba a Albert Jay Nock no solo porque creara “un grupo de discípulos que artistas de derechas”, incluyendo a Chodorov, sino porque “sus escritos (Nuestro enemigo el estado, Memorias de un hombre superfluo) son magníficas obras libertarias que merecen 50 tomos de los Frank Knight y similares, ya que van directos al núcleo de la naturaleza del Estado”. Junto con las obras de Nock, las obras de H. L. Mencken ejercían la “influencia ‘liberadora’ única de llamar por su nombre a las cosas públicas”.

Loren “Red” Miller, un activista libertario de la época, tuvo mucho éxito a la hora de convertir a magnates empresariales como William Volker, Pierre Goodrich, Henry Weaver y Herbert C. Cornuelle a la causa libertaria. Rothbard listaba a Rose Lane Wilder e Isabel Patterson por sus influyentes escritos, particularmente The God of the Machine, de esta última. James M. Rogers estaba en la lista “por el gran éxito personal que obtuvo aparentemente en la educación del personal industrial en las ideas libertarias y por transformar Rockford, Illinois, en una comunidad plagada de ideas libertarias”.

Ahora llegamos a las “inclusiones marginales” de Rothbard en la lista: F.A. Hayek y Milton Friedman. Hayek se lista como marginal porque Rothbard consideraba “una acusación bastante grave para Hayek que en treinta años enseñando en las mejores universidades (…) no haya conseguido que ninguna (ninguna) persona pueda ser calificada como hayekiana”. También Rothbard pensaba que Hayek estaba “tan lejos de libertarismo purista que parece dudoso listarlo en absoluto”. Rothbard añadía la interesante especulación de que “la falta de firmeza [de Hayek] sumada a su indiferencia y desinterés por los estudiantes explica su incapacidad de tener discípulos”. Al final, Rothbard incluye a Hayek en su “lista de segunda fila, o ‘marginal’ solo debido al gran impacto sobre el público en general de su Camino de servidumbre, indudablemente el superventas cuasilibertario de nuestros tiempos”.

La degradación por parte de Rothbard a Hayek como marginal debería verse en su contexto. Recordemos que Rothbard estaba elaborando una lista de divulgadores libertarios importantes en el sentido antes descrito. Rothbard tenía un gran respeto por Hayek el economista, desarrollando sus propias teorías del capital y el ciclo económico en El hombre, la economía y el estado sobre las bases establecidas por los escritos económicos de Hayek en la década de 1930. De hecho, en su artículo de celebración de la concesión del premio Nobel a Hayek, Rothbard se refería a este como el “gran economista librecambista austriaco” y le calificaba como “el más eminente economista del libre mercado y defensor de la sociedad libre del mundo”.

La segunda y última “inclusión marginal” en la lista de Rothbard es Milton Friedman. Según Rothbard, Friedman, “por medio de su inteligencia y su entusiasta interés por los alumnos, se ha convertido en el decano de la ‘novísima Escuela de Chicago’, que tiene un buen espíritu de grupo y que ahora realiza los mejores trabajos económicos”. Sin embargo, Friedman no puede calificarse como un divulgador libertario “importante” porque la Escuela de Chicago y Friedman son solo libertarios en áreas estrechamente definidas”. Advirtamos que en 1961, Rothbard respetaba a Friedman como economista y como divulgador eficaz del movimiento libertario ampliamente entendido, aunque tenía desacuerdos importantes con mucha de la economía de la Escuela de Chicago. En 1963, la evaluación de Friedman por parte de Rothbard empezó a cambiar por razones que se explicarán en un post futuro.

Así que Rothbard presentó a Harper una lista de “ocho [más bien nueve] divulgadores de ‘primera clase’ y dos marginales”. Rothbard continuaba explicando la falta de inclusión de varios nombres importantes. No incluía al anarco libertario Robert LeFevre porque no podía juzgar el impacto que iba a tener la Escuela de la Libertad de LeFevre. Estuvo “tentado” de incluir a R.C. Hoiles, dueño y editor de periódicos “libertarios puristas” de la cadena Freedom Newspapers, pero tampoco sabía lo influyentes que serían los periódicos. Tampoco estaba incluido Frank Knight, porque para  Rothbard, Knight estaba “tan lejos de ser un libertario (mucho más lejos que Friedman o Hayek) que debe considerarse fuera de límites”. El influyente economista de la Escuela de Chicago Henry Simons fue rechazado porque era “todavía menos libertario que Knight”, igual que los exalumnos de Mises, Fritz Machlup y Gottfried Haberler por haberse “escorado [demasiado] a la ‘izquierda’”. Ayn Rand era rechazada porque, aunque era “muy influyente”, su influencia iba “predominantemente en dirección a construir una secta ignorante y fanática”.

Rothbard terminaba su carta con pensamientos acerca de los “factores” que distinguían a todos o la mayoría de los grandes divulgadores libertarios listados. Eran tres. Rothbard colocaba en primer lugar la “inteligencia”, sin adornos ni comentarios. El segundo factor es algo sorprendente: “el ‘amor’ en [su sentido] más amplio, incluyendo el amor por sus alumnos y una pasión por su asignatura”. El tercer atributo de los principales divulgadores libertarios, según Rothbard, era “una voluntad de ser ‘extremistas’ en su postura”. Identificaba las características definitorias del extremista comparándolo con los muy apreciados “moderados”. Rothbard escribía: “A pesar del hecho de que casi siempre se considera a los ‘moderados’ y no extremistas como la gente verdaderamente influyente y ‘práctica’ (…) todos alaban al moderado solo precisamente porque no tiene ninguna influencia real, precisamente porque solo reafirma a la gente de sus errores favoritos en lugar de liberarla en dirección a la verdad”.

Igual que esta carta su mentor libertario Harper, incluso los más informales de los miles de memorandos y cartas de Rothbard están escritos con un estilo brillante y llenos de ideas y pensamientos novedosos y provocativos. Vamos a compartir más agudeza, ideas y erudición sin parangón de Rothbard en posts futuros de esta serie.


El artículo original se encuentra aquí.

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