Al Congreso le encanta imponer sanciones a regímenes extranjeros, ¿pero funcionan alguna vez?

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7154480266_78a9a4292e_z.jpgEl esperado voto de esta semana de la Cámara de Representantes para añadir más sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte es un buen ejemplo de la poca sensatez de la política exterior de EEUU. Las sanciones se han convertido en una especie de acción automática que lleva a cabo el gobierno de EEUU cuando sencillamente no sabe qué más hacer.

No importa cuál sea el problema, no importa en qué lugar de la tierra se produzca, la respuesta de Washington son siempre sanciones. Las sanciones se supone que obligan a los gobiernos a cambiar de política y hacer lo que Washington les dice que hagan o enfrentarse a la ira de su pueblo. Así que el objetivo de las sanciones es hacer la vida tan miserable como sea posible a los civiles de manera que estos traten de derrocar a sus gobiernos. Los líderes extranjeros y las élites no sufren bajo las sanciones. Esta política sería inmoral incluso si funcionara, pero no funciona.

¿Por qué el Congreso tiene tantas ganas de imponer más sanciones a Rusia? Los neocones y los medios han designado a Rusia como el enemigo oficial y el complejo militar-industrial y otros intereses especiales quieren continuar siendo ricos aterrorizando a los estadounidenses para que crean la propaganda.

¿Por qué solo semanas después de que la Casa Blanca afirmara que Irán está cumpliendo con sus obligaciones bajo el tratado nuclear el Congreso aprueba sanciones adicionales de todas maneras? Washington culpa a Irán de “desestabilizar” Siria e Irak, ayudándoles a luchar contra el ISIS y Al-Qaeda. ¿Tiene esto algún sentido?

¿Cuándo fue la última vez que Irán cometió un acto terrorista en nuestro territorio? No lo ha hecho nunca. Sin embargo, supimos por las 28 páginas desclasificados del informe del congreso sobre el 11-S que Arabia Saudita estuvo muy implicada en los ataques de 2001 contra Washington y Nueva York. ¿Quién ha financiado durante años a al-Qaeda y el ISIS? Arabia Saudita. Aun así, nadie habla de sanciones contra ese país. Es porque las sanciones no tienen que ver con nuestra seguridad. Tiene que ver con las políticas y los intereses especiales.

¿Por qué está el Congreso dispuesto a añadir aún más sanciones a Corea del Norte? ¿Quieren que el pueblo norcoreano sufra más de lo que ya está sufriendo? El PIB de Corea del Norte es la mitad del de Vermont, el estado de EEUU con el PIB más bajo. ¿Alguien cree que están a punto de invadirnos? Se habla mucho del programa de misiles balísticos de Corea del Norte, pero pocos hablan acerca de los 30.000 efectivos de EEUU en su frontera. Para Washington, nunca es una amenaza si se lo hacemos a otros.

He aquí una alternativa a hacer lo mismo una y otra vez: saquemos a las tropas de Estados Unidos de Corea después de 70 años. El nuevo presidente surcoreano ha propuesto conversaciones militares con Corea del Norte para tratar de reducir las tensiones. Deberíamos no interponernos y dejarles que resuelvan sus propios problemas. Si Irán y Rusia quieren luchar contra el ISIS y al-Qaeda por invitación de su aliado, Siria, ¿por qué interponerse? No podemos dirigir el mundo. No nos queda dinero.

El presidente Trump fue elegido para llevar a cabo un nuevo tipo de política exterior. Si cumple lo que dijo en la campaña, vetará estas absurdas sanciones y empezará a desmantelar el control neoconservador de su administración.


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