Corea y Venezuela: Las dos caras de la misma moneda

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Al sugerir que podría ordenar una invasión de Venezuela para cambiar su régimen, el presidente Trump ha mostrado inadvertidamente por qué Corea del Norte ha estado tratando de desarrollar armas nucleares desesperadamente: para servir como disuasión o defensa contra una de esas famosas operaciones de cambio de régimen del estado de seguridad nacional de EEUU. De hecho, no sería sorprendente ver que Venezuela y, en ese sentido, otros países del Tercer Mundo que se enfrentan al Imperio de EEUU tratar de poner sus manos obre armas nucleares, ¿Qué mejor manera de disuadir una operación de cambio de régimen de EEUU?

Recordemos la crisis de los misiles de Cuba. El estamento de la seguridad nacional de EEUU había iniciado una misión militar en Cuba en la Bahía de Cochinos, había exhortado al presidente Kennedy a bombardear Cuba durante esa invasión y luego había recomendado que el presidente creara un pretexto fraudulento (la llamada Operación Northwoods) para una invasión militar a gran escala de Cuba.

Por eso Cuba, que nunca inició ninguna acción de agresión contra Estados Unidos, quiso que se instalaran misiles soviéticos en su país. El líder de Cuba, Fidel Castro, sabía que había forma de que Cuba pudiera derrotar a Estados Unidos en una guerra convencional. Todos sabes que el estamento militar en Estados Unidos es tan grande y tan poderoso que puede aplastar fácilmente cualquier nación del Tercer Mundo, incluyendo Cuba, Corea del Norte, Iraq, Afganistán y Venezuela.

La estrategia de Castro funcionó. Los misiles nucleares soviéticos instalados en Cuba llevaron a Kennedy a rechazar las vehementes exhortaciones del Pentágono y la CIA para bombardear e invadir Cuba. La manera en que el Pentágono y la CIA veían la situación era que Kennedy tenía su justificación para realizar una operación violenta de cambio de régimen en Cuba. La manera en la que Kennedy veía la situación era que una operación violenta de cambio de régimen mediante bombardeos e invasión podía generar fácilmente una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Resultó que Kennedy tenía razón. De lo que no se dieron cuenta el Pentágono y la CIA en ese momento es que los comandantes soviéticos sobre el terreno en Cuba tenían armas nucleares tácticas completamente preparadas a su disposición y la autoridad militar para usarlas en caso de bombardeo o invasión de la isla por EEUU. Si Kennedy hubiera seguido los dictados del Pentágono y la CIA, casi con seguridad el resultado habría sido una guerra nuclear abierta entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Hay que agradecerle eternamente que Kennedy llegara a un acuerdo por el que prometía que Estados Unidos se detendría y desistiría de invadir Cuba a cambio de la renuncia de la Unión Soviética a sus misiles nucleares en Cuba.

Se trata de esto: Si el Pentágono y la CIA no hubieran tratado de lograr un cambio de régimen en Cuba, Cuba nunca hubiera sentido la necesidad de conseguir esos misiles soviéticos. Fue el compromiso del Pentágono y la CIA con el cambio de régimen en Cuba lo que nos trajo la crisis de los misiles cubanos.

Igualmente importante fue que la resolución de la crisis demostró que si un régimen recalcitrante del Tercer Mundo quiere protegerse de una operación de cambio de régimen del estado de seguridad nacional de EEUU, lo mejor que puede hacer es conseguir armas nucleares. Así, la crisis actual por la intención de Corea del Norte de conseguir armas nucleares para disuadir una operación de cambio de régimen por EEUU se basa en cómo disuadió Cuba al régimen los intentos del estamento de la seguridad nacional de EEUU en 1962.

Los estadounidenses harían bien en ver las operaciones de cambio de régimen en Corea del Norte y Venezuela en el contexto de la política exterior general del gobierno de EEUU de imperio militar e intervencionismo.

Recordemos ante todo que el gobierno de EEUU tiene un largo historial de intervencionismo en Latinoamérica, donde no ha traído más que muerte, destrucción, sufrimiento, miseria y tiranía. Nicaragua, Guatemala, Chile, Brasil, Panamá y Granada son buenos ejemplos.

De hecho, la situación en Chile que ocasionó la intervención de EEUU era bastante similar a la situación actual en Venezuela. En Chile, se eligió democráticamente a un socialista y este empezó a adoptar políticas socialistas, que causaron caos económicos y crisis. La CIA y el Pentágono intencionada y secretamente hicieron todo lo que pudieron para empeorar las cosas. Los cargos de EEUU incluso se dedicaron al soborno, el secuestro y el asesinato en Chile. Incitaron y animaron un golpe de estado que consiguió acabar con el socialista democráticamente elegido y remplazarlo por un general militar “procapitalista”, cuyas fuerzas procedieron a detener, secuestrar, torturar, violar o ejecutar a decenas de miles de personas, incluyendo el asesinato de dos estadounidenses, todo con el apoyo y la complicidad del Pentágono y la CIA.

¿No hemos visto los mismos tipos de resultados con las operaciones de cambio de régimen de EEUU en Iraq, Afganistán, Libia, Yemen, Siria y otros lugares? Muerte, destrucción y caos, por no mencionar una gigantesca crisis de refugiados en Europa.

Y observad lo que el sistema intervencionista a favor del imperio ha hecho al pueblo estadounidense. Crisis constantes y eternas y caos, con Corea solo como último ejemplo. El gasto y la deuda federales fuera de control que están amenazando la nación con la quiebra financiera y las crisis económicas y financieras. Poderes de tipo totalitario ejercitados por el presidente y su estamento de seguridad nacional, incluyendo asesinatos, torturas y detenciones indefinidas. Actos extraños y gratuitos de violencia que reflejan la misma falta de respeto por la vida humana que muestran los dirigentes de EEUU en países lejanos.

No es necesario nada de esto. Es completamente posible para los estadounidenses llevar vidas, normales, sanas y libres. Todo lo que hace falta es un cambio de dirección: alejarse del imperio y el intervencionismo y dirigirse hacia una república con un gobierno limitado y un no intervencionismo en los asuntos de otras naciones. Esa es la forma de alcanzar una sociedad libre, próspera, armoniosa y amigable.


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