Solo traigan las tropas a casa

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Una de las cosas más asombrosas de la política exterior de Estados Unidos es cómo muchos estadounidenses permanecen atascados en el paradigma intervencionista. Caso en punto: Oriente Medio. No importa cuánto haya fracasado el intervencionismo estadounidense en esa parte del mundo, la gente simplemente no puede salir de la caja intervencionista. Siguen convencidos de que los Estados Unidos no tienen más remedio que permanecer atascados en el continuo fracaso, muerte y destrucción en esa parte del mundo. Y siguen esperando que tal vez – sólo tal vez – todo funcione a largo plazo.

Por lo tanto, es muy reconfortante para mí cada vez que encuentro a otros que reconocen que realmente hay un solo curso de acción correcto para los Estados Unidos: retirar todas las tropas y devolverlas a casa. Ese es el mensaje de una excelente opinión editorial en el Boston Globe por Jeffrey D. Sachs, que enseña en la Universidad de Columbia y que será uno de los oradores en la próxima conferencia de FFF [Future of Freedom Foundation] el próximo 3 de Junio  titulada “El Estado de Seguridad Nacional y JFK”.

El título del artículo de Sachs lo dice todo, de manera clara, sucinta y directa: “Los militares estadounidenses deben salir de Oriente Medio” [¨US Military Should Get Out of the Middle East¨]. Esa es la única línea de acción realista, práctica y moral, especialmente después de varias décadas de fracaso, muerte y destrucción. Recomiendo encarecidamente que todos lean el artículo de Sachs y lo compartan con sus amigos.

¿Por qué cierta gente no puede ver que una retirada completa de Oriente Medio es el único curso de acción correcto para que los Estados Unidos tomen? ¿Por qué no pueden finalmente salir de la caja intervencionista? ¿Por qué no pueden ver que no importa lo que el Pentágono y la CIA hagan en Oriente Medio, sólo va a empeorar la situación?

Consideremos el hecho de que el ejército estadounidense y la CIA, dos de los principales componentes del establishment de seguridad nacional, han estado interviniendo directamente en  Medio Oriente durante más de medio siglo. Todo el mundo sabe cómo esos más de 50 años de intervención han resultado – fracaso, muerte, destrucción, impuestos, deuda y pérdida de libertad y privacidad para el pueblo estadounidense.

¿Por qué cualquier persona racional pensaría que otros 10 a 50 años más de intervención van a producir resultados diferentes?

En 1953, funcionarios estadounidenses diseñaron un golpe de estado que derrocó al primer ministro electo democráticamente de Irán e instalaron, entrenaron y apoyaron a un tirano sucesor. ¿Cómo resultó eso?

Durante la década de 1980, funcionarios estadounidenses se asociaron y apoyaron a Saddam Hussein en su guerra contra Irán. ¿Cómo resultó eso?

Durante la década de 1990, funcionarios estadounidenses se volcaron contra su socio Saddam e iniciaron una guerra no declarada contra Irak, durante la cual bombardearon intencionalmente las instalaciones de agua y alcantarillado de Irak, sabiendo muy bien que eso ayudaría a propagar enfermedades infecciosas entre la población. ¿Cómo resultó eso?

La Guerra del Golfo Pérsico fue seguida por 11 años de brutales sanciones, que, entre otras cosas, impidieron que las plantas de tratamiento de agua y alcantarillado de Iraq fueran reparadas. Cuando la portavoz oficial de Estados Unidos, Embajadora de los Estados Unidos en la ONU, Madeleine Albright, dijo a Sesenta Minutos que la muerte de medio millón de niños iraquíes de las sanciones “valió la pena”, expresaba el sentimiento de otros funcionarios estadounidenses. ¿Cómo resultó eso?

En 2003, los Estados Unidos invadieron Irak para lograr el cambio de régimen que las sanciones no habían logrado después de 11 años de muerte y destrucción, especialmente entre los niños iraquíes. La invasión y ocupación de Estados Unidos arrojó al país entero en todavía un mayor caos y desorden. Cientos de miles, sino millones, de iraquíes encontraron un hoyo infernal perpetuo de muerte, lesiones, mutilación, tortura, abuso, encarcelamiento, destrucción o exilio. ¿Cómo ha resultado eso?

Miremos hoy a Mosul, Irak. ¿Alguien ha olvidado el papel prominente que la ciudad desempeñó en la muerte y destrucción resultantes de la invasión y ocupación estadounidenses de Irak? A pesar de la gloriosa denominación de “Operación Libertad Iraquí” [¨Operation Iraqi Freedom”] que caracterizó la ocupación estadounidense, hoy Mosul no es más que un infierno de muerte y destrucción, donde multitudes mueren a diario, algunas en las manos de oficiales estadounidenses que siguen lanzando bombas y misiles en la ciudad en el proceso de destrucción de ISIS, entidad que la invasión de EE.UU. y la ocupación de Irak trajo a la existencia. ¿Cómo está resultando eso?

Después de que 241 soldados estadounidenses murieron en el bombardeo de los cuarteles de la Marina en el Líbano, el presidente Reagan no pidió negociaciones, tratados de paz, ni discusiones internacionales para resolver la cuestión. Reconociendo que la mayoría de la gente simplemente no le gusta un ocupante extranjero, Reagan ordenó el retiro de todas las tropas estadounidenses del Líbano. No dejó que la preocupación porque se lo llamara “suave contra el terrorismo” le disuadiera de hacer lo correcto.

¿Eso detuvo la lucha en el Líbano? ¡Por supuesto no! Pero significaba que Estados Unidos ya no estaba echando combustible en el fuego, y que el gobierno de Estados Unidos ya no sacrificaba a los soldados por nada, como lo hizo en la Guerra de Vietnam.

Y eso es lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo en Oriente Medio. Después de  haber iniciado él mismo algunos de los incendios, el Pentágono y la CIA están echando combustible en los numerosos fuegos en expansión- desde Irak, a Libia, a Siria, a Yemen, a Somalia.

¿Cómo va todo eso?

Todo ha fracasado. Aún peor, con cada nueva intervención la situación sólo ha empeorado. Eso es lo que sucede cuando uno vierte combustible en un fuego -el fuego empeora.

No sólo han iniciado los incendios y vertido combustible en los incendios en Medio Oriente, sino que han utilizado esos incendios como excusa para suspender las libertades civiles aquí en casa, supuestamente para mantenernos “seguros” del blowback terrorista que producen sus incendios ahí. También está la bancarrota inminente del gobierno de los EEUU debido al gasto fuera de control y la deuda federal a considerar.

¿Qué se necesita para que el pueblo estadounidense finalmente abandone una política perdedora? Jeffrey Sachs tiene razón: Traigan a las tropas a casa ahora. No hay otra solución práctica o moral.


Traducido por Miguel Duranti. El artículo original se encuentra aquí.

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