Le escribí aprobando su esfuerzo por “hacer algo” y aprobando también su idea de tratar de determinar la causa y la cura de la inflación en una sola página, pero le sugería que la sustituyera por la declaración siguiente:
La causa y la cura de la inflación
- La inflación es un incremento en la cantidad de dinero y crédito. Su consecuencia principal es la subida de los precios. Entonces la inflación – si empleamos incorrectamente el término para describir el aumento de los precios – está causada solamente por la impresión de más cantidad de dinero. Por esto, las políticas monetarias del gobierno son totalmente responsables.
- El motivo más frecuente para imprimir dinero es la existencia de un presupuesto desequilibrado. Los presupuestos desequilibrados se generan por los extravagantes gastos que el gobierno no puede o no está dispuesto a financiar mediante la subida de los impuestos. Los excesivos gastos son principalmente el resultado de los esfuerzos del gobierno para redistribuir la riqueza y el ingreso – en breve, para forzar al sector productivo a que sostenga al sector no productivo. Esto erosiona los incentivos al trabajo tanto de los entes productivos como de los no productivos.
- Las causas de la inflación no son, como suele decirse, “múltiples y complejas” sino simplemente el resultado de la excesiva impresión de dinero. No hay tal cosa como una “inflación de costos”. Si no existiera un aumento en el stock total de dinero y los salarios u otros costos fueran forzados a subir y los productores intentaran transmitir este aumento a los consumidores a través de la subida de los precios, muchos de ellos simplemente terminarían vendiendo menos bienes. El resultado sería una merma en la producción y la pérdida de puestos de trabajo. Los costos más elevados sólo pueden transmitirse a los siguientes eslabones de la cadena en la forma de precios más altos cuando los consumidores tienen más dinero para pagarlos.
- Los controles de precios no pueden ni frenar ni morigerar la inflación. Son siempre dañinos. Los controles de precios simplemente reducen o eliminan los márgenes de ganancia, distorsionan la producción y conducen a la aparición de cuellos de botella y escasez. Todo control de precios y salarios por parte del gobierno, o incluso su “monitoreo”, es simplemente un intento por parte de los políticos de echar la culpa de la inflación a los productores y vendedores en lugar de echársela a sus propias políticas monetarias.
- La inflación prolongada jamás estimula la economía. Al contrario, la distorsiona, la perturba y desorienta la producción y el empleo. El desempleo es causado simplemente por los niveles elevados de los salarios en algunas industrias, originados bien por las demandas extorsivas de los sindicatos, por leyes de salario mínimo (que mantienen a los adolescentes y a los trabajadores no calificados fuera del mercado laboral) o por un prolongado y excesivamente generoso seguro de desempleo.
- Para evitar el daño irreparable, el presupuesto debe balancearse lo antes posible y no sólo en cuestiones superficiales. El equilibrio debe conseguirse mediante el recorte del gasto imprudente y no mediante la subida de la carga impositiva que ya se encuentra socavando los incentivos y la producción.
Originalmente publicado en la revista The Freeman en el año 1978. Aquí la versión original.
Traducido del inglés por Iván Carrino.