[Este artículo se ha extraído de The Pure Time-Preference Theory of Interest (2011)]

Como ser temporal, el hombre distingue entre antes y después. Puede, por tanto, juzgar el valor de alcanzar un fin antes de forma distinta que alcanzarlo después. Igual que el principio de preferencia está implícito por la finitud del hombre, la preferencia temporal está implícita por su temporalidad. Los seres temporales prefieren la satisfacción de un fin antes a la misma satisfacción después. El hombre da una prima a la satisfacción presente sobre la satisfacción futura. Como la preferencia temporal se refiere solo a la diferencia en valor de la satisfacción de un fin antes en lugar de la misma satisfacción después, el descuento que da una persona al futuro será uniforme a lo largo de todas las acciones con la misma estructura intertemporal. Además, el descuento se aplica a todas las acciones independientemente de cuándo elija una persona asumir cualquiera de ellas. Al elegir realizar una acción después, una persona está demostrando que el valor de la acción en el futuro excede a su valor en el presente, incluso cuando se aplica el descuento del futuro. Así que su elección temporal es conforme con el principio general de la acción, con el que elige una alternativa mejor valorada y renuncia a una menos valorada. Economiza sus acciones a lo largo de todos los aspectos de la acción sujeta a elección: fines, medios, lugar y tiempo.
En resumen, la mente humana integra todos los factores que afectan a la acción humana en un todo sistemático, reconciliando las características objetivas y técnicas del mundo, incluyendo el tiempo, mediante juicios de valor de una forma que produce la máxima satisfacción de fines.
La economía de mercado realiza esta integración para la sociedad. Los precios están determinados por las preferencias subyacentes de compradores y vendedores. Los factores objetivos no tienen un efecto independiente en los precios, sino que influyen en los precios solo mediante preferencias. Los precios de los bienes d consumo están determinados directamente por las preferencias que los consumidores tienen para ellos, expresadas en sus demandas de bienes. Los precios de los bienes de producción empleados para producir cada bien de consumo están determinados indirectamente por las preferencias de consumo al generar ingresos para el empresario que justifican la demanda que éste expresa de los mismos. Los empresarios pagan por cada factor de producción el valor monetario de su contribución a la producción.
Si el pago del factor se hace antes de que se reciba el ingreso por la venta del producto fabricado, entonces el pago se descuenta debido a la preferencia temporal. Este descuento de dinero futuro en relación con el dinero actual es el interés y determina el tipo puro de interés, o preferencia temporal. De esto se deduce que todos los bienes presentes que generen dinero futuro tendrán determinados sus precios descontando el dinero futuro por el tipo de interés para obtener la cantidad equivalente de dinero actual. Este proceso de capitalización genera un tipo de interés uniforme como la diferencia entre el dinero presente empleado para adquirir factores de producción y el dinero futuro obtenido por la venta del producto fabricado. Los precios así determinados son la base del cálculo económico, que permite a los empresarios evaluar las líneas de producción e inversión que la gente considera más valiosas.
Publicado el 28 de noviembre de 2012. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.