Centro Mises (Mises Hispano)

Los think fractals: El final de los think tanks promercado

– Texto Borrador

El surgimiento de Internet conlleva cambios en la forma de organizarse. El impacto de Internet no es simplemente un tema “tecnológico”, netamente de máquinas, sino que parte de la naturaleza de las organizaciones que requieren estar en un proceso de comunicación constante sobre sus integrantes y situaciones. Los integrantes de las organizaciones comunican tanto su nivel de compromiso, lo que hace que los miembros sepan que pueden seguir confiando en los otros, así como comunican sobre oportunidades y amenazas internas y externas. Internet es una tecnología para la comunicación, de allí sus particulares características para reinventar cómo organizarse.

Por otro lado los think tanks o centros de pensamiento surgieron en la era pre-Internet para ser focos intelectuales paralelos a las universidades, sobretodo como una alternativa o complemento a estas en su rol de hogar de intelectuales y ambiente de producción ideológica. A esto puntualizaré que no hay producción de conocimiento neutral, por lo que al menos en el ámbito de las ciencias sociales, la producción científica de las universidades dictaba el curso del establishment de las comunidades intelectuales. En la era donde hay Internet surge la posibilidad de rivalizar con las comunidades intelectuales que han establecido su hogar en las universidades. Esto no significa que la universidad pierda todo su sentido, pero al menos si pierde algunas de las características que ha tenido históricamente. Por ejemplo, un intelectual que se convierta en un bloguero popular puede tener más influencia social que un académico que publica en revistas científicas.

Dadas estas premisas, si Internet le quita su monopolio a las a universidades como focos de legitimación ideológica la importancia del think tank como complemento o alternativa a la universidad también se ve afectada. La posibilidad de convertirse cada intelectual en un think tank diluye la importancia de tener organizaciones que carguen con el peso de mantener sedes, permisos, personal a sueldo, eventos frecuentes, e intentando alcanzar relevancia social en medios de comunicación que a su vez importan cada vez menos – puesto que los medios de comunicación impresos y televisivos también están sufriendo los cambios que ha producido Internet como herramienta de comunicación.

¿Esto significa que ya no son necesarios los focos de producción ideológica? Esa sería una conclusión errada. Por división del trabajo necesitamos personas dedicadas a la producción y difusión ideológica la mayor cantidad de tiempo posible. Los principios de escasez de recursos del mundo físico y la vida humana no son alterados por Internet pero si permite gestionarlos de otro modo. Me atrevo entonces a enunciar una teoría que es a la vez un pronóstico, ceteris paribus, de las tendencias que emergen y deberían potenciarse: el fin de los think tanks y la emergencia de los e-centers, los círculos – y otros neologismos.

Propósito

El propósito: alcanzar la legitimidad ideológica. El movimiento de centros de pensamiento ha sido muy importante para ciertas tendencias ideológicas. En este caso me quiero referir al movimiento libertario. La producción intelectual con orientación ideológica debe ser el énfasis, para llegar a la mayor cantidad de mentes inquietas, no el convencer con cifras e informes a unos cuantos técnicos. Es la formación ideológica y no la formación tecnocrática la que un movimiento ideológico requiere. Si lo que se requiere es avanzar en los debates ideológicos superficiales o profundos, olvídese de las políticas públicas. Los institutos de políticas públicas solo sirven para los movimientos que tienen partidos políticos en el poder y que elaboran informes que los mismos van consumir. Quien esté interesado en cambiar el ambiente ideológico de una población, y con pocas posibilidades de captar el poder al momento presente, debe despreciar este desperdicio de recursos que son los institutos dedicados a informes de políticas públicas. Dirija sus recusos a financiar lo que se supone que le debería interesar si quiere ayudar al avance de sus ideas políticas: cambiar el clima ideológico de una sociedad.

Ya no es necesario tener institutos basados en territorio, con excepción que deberían ser muy bien justificadas, puesto que su nivel de impacto es cada vez menor no por su alcance cuantitativo (aunque habrá aquellos que tienen resultados paupérrimos y solo son un modus vivendi para sus directivos), sino en su relación costo-resultado. Mientras cada vez se puede hacer más con menos, costosos think tanks consumen recursos valiosos para una causa a la que no le sobran.

Sin embargo quiero alertar del fenómeno ‘contrario’. El intelectual online que quiere lanzar su proyecto en solitario y como es previsible sus obligaciones cotidianas se hacen presentes y estos proyectos poco planificados perecen y se convierten en archivos de Internet inactivos, que no dejan de ser útiles para la lectura formativa, pero que sin embargo no deben ser el ideal de un movimiento que necesita focos vivos de producción ideológica.

e-Centers
La respuesta: los e-center o centros ideológicos en línea. En cierto modo no dejan de ser think tanks en un sentido muy amplio. Pero crean y difunden material formativo en filosofía social y política de orientación libertaria – en varios ámbitos del conocimiento, puesto que es mejor tener la mayor cantidad de científicos sociales interdisciplinarios posibles (usted quiere gente erudita, especializada en un tema, pero no ignorante en todo lo demás). Deben publicar periódicamente como una revista, pero también ofrecen una biblioteca en línea, y no quedarse atrás con las tendencias y tener un canal de videos para clips educativos y conferencias, e incluso algún podcast. Son centros porque son puntos de encuentro, referentes formativos, donde las mentes con inquietudes intelectuales, metafóricamente, se reúnen a su alrededor.

Todo esto requiere el consurso de un equipo, no puede ser levantado por una sola persona. Requerirá formar un directorio y un tener un staff, el orden necesita jerarquías, también puede tener más colaboradores con menos responsabilidades. Los puestos de mayor responsabilidad pueden buscar financiamiento para al menos poder trabajar en los e-centers a medio tiempo a medida que se incrementan las actividades, puesto que que más gente al ver su éxito se querrá unir antes que hacer proyectos en solitario que no disfrutan de los beneficios de la división del trabajo y de la sensación de pertenencia a una tribu. Los colaboradores de menos responsabilidades pueden ser voluntarios que donan su tiempo libre. El trabajo que realiza un centro no necesita de una oficina formal, así que una sede territorial es cada vez menos necesaria, existen herramientas para tener oficinas colectivas en línea sin mayor presupuesto.

El e-center debe ser lugar preferido de lectura de la inteligentzia, que para nosotros incluye a cualquier mente inquieta en busca de profundidad, no hay que perder de vista el objetivo. Se podría decir que los think tanks en ocasiones tienen bibliotecas físicas para consulta de textos, pero en estos tiempos es más efectivo, si uno quiere ser un estudioso de un tema, hacer el esfuerzo de ahorrar para comprar una impresora para poner en papel los ensayos y artículos online y hacer una biblioteca en casa.

Dado que los e-center requieren menos presupuesto que un think tank convencional, y si la temática es internacional, los e-centers no son abundantes por ideología e idioma pero son altamente efectivos en su relación costo-impacto. Para fundar un e-center hay que tener un buen motivo parano unirse a uno ya hecho. Si no tiene un buen motivo, considere trabajar en equipo donando su tiempo o su dinero,

Círculos

Un crítica ligera que se puede hacer a esto es que se pierde el intercambio de criterios en persona y qué sucede con las actividades presenciales que parecerían quedar abandonadas. Pues todo lo contrario, la existencia de los e-centers favorece la actividad presencial, pues libera a cientos de coidearios de la necesidad de promover su ideología fundando costosos think tanks con sede física y personal a sueldo y actividades de poco impacto. Los simpatizantes de una idea que quieran promoverla presencialmente pueden formar círculos de estudio y de divulgación usando los contenidos que provee el e-center. Cada persona o agrupación territorial no tiene necesidad de levantar revistas, bibliotecas, canales, o podcast ideológicos online, y pueden esta persona o grupo enfocar su militancia en otras actividades, principalmente tertulias entre los conocedores, conferencias en diferentes auditorios, y realizar alguna actividad presencial ingeniosa, y asimismo buscar la manera de asegurar su continuidad haciendo mucho con poco presupuesto.

Un círculo necesita jerarquía, necesita aportantes fijos aunque de cantidades bajas, no requiere personal a sueldo – a menos que su nivel de actividades sea tal que requiera un organizador de eventos permanente. Así, gracias a su bajo presupuesto y conciencia organizativa, los círculos pueden multiplicarse para hacer lo que Internet no puede: generar conversación cara a cara, crear vínculos sociales fuertes.

Sinergia: los ‘think fractals
Los e-centers están emergiendo ya en el movimiento libertario, el prototipo es idológicamente cercano: la labor del Mises Institute de Alabama y su publicación Mises Daily, junto con su biblioteca online, conferencias digitalizadas, que es un referencia internacional gracias sobretodo a la posibilidad de acceder por Internet. Claro que el Mises Institute también es un círculo en sí mismo, pero actualmente surgen los Mises Circles o los Mises Seminar en ciudades distintas a la sede del Mises Institute, organizaciones aliadas intelectualmente al Mises Institute que se dedican a organizar actividades territoriales y no a crear otro centro de pensamiento por cada territorio. Y eso sin contar los proyectos por idioma que se han dado alrededor de la idea de Mises Global: los e-centers Mises Suecia, Mises Brasil y por supuesto Mises Hispano donde constamente recibimos información de personas que en solitario o en grupo usan nuestros contenidos para formarse y no siguen demasiado a los institutos que puedieran pensar más afines y físicamente cercanos, desde ya vemos los ejemplos de cómo los e-centers tendrán más impacto que los institutos con presencia local y mayores presupuestos.

Mientras, los círculos de algún modo siempre han estado pero ahora tienen la oportunidad de potenciarse al liberarse de la necesidad de convertirse en centros y enfocarse en su actividad de generar conversaciones (el modelo son los privatseminar de los intelectuales austrolibertarios como Böhm-Bawerk, Mises, o el Circle Bastiat de Rothbard). Y de todo esto, mi pronóstico es que deberá surgir una sinergia entre los centros y los círculos, a manera de círculos identificados con los centros de los que más se provee de contenidos. En esta sinergia los círculos sin los costos de un think tank a sus cuestas pueden expandir su influencia, y el centro al tener varios círculos que se identifican con él, tendría más presencia que cualquier think tank presente. El resultado a mediano o largo plazo podría ser algo como una “organización franquiciada” pero en el campo de la producción intelectual. Donde cada círculo de base replica al centro online, como una estructura de fractales donde los elementos son similares uno a otros, a partir de un elemento.

He escogido deliberamente usar de ejemplo el fractal versus el concepto de tanque (tank) para insistir en una estructura flexible versus una rígida. No es un canto a la descentralización total, pues la organización eficiente necesita un centro. Existe un centro (e-center) que es la unidad original en torno a la que giran los demás elementos que replican el mensaje (lectores aislados o círculos), pero en ella los seguidores obtienen los recursos para convertirse ellos mismos en replicadores del mensaje. En sentido los elementos receptores son iguales al elementos generador.

En el presente existe una organización de círculos franquiciados en el ambiente libertario,  SFL, sin embargo su rol no es de producción intelectual ni su perfil es formar a los líderes intelectuales del movimiento sino a más bien líderes en comunicación y organización estudiantil. El panorama futuro del movimiento libertario en su ámbito intelectual se puede parecer la lo que ya van dibujando el Mises Institute y sus amigos de los Mises Circles y Seminars, los e-center actuales de Mises Global que a su vez pueden entenderse como círculos en torno al Mises Institute, la organización franquicia estudiantil SFL, y alguna otra iniciativa de la cual no estoy enterado.

Esta teoría y pronóstico debería interesar mucho a los donantes tradicionales de think tanks, quienes deben reevaluar sus contribuciones monetarias y considerar apoyar a aquellos proyectos que planteen su estrategia al estilo e-centers, círculos, y fractales. La pregunta por default deberá ser, antes de levantar un emprendimiento intelectual en físico: “¿esto puede ser hecho vía Internet?”. Porque, para qué financiar caros institutos y eventos sin repercusión si puedes aportar a sitios como Mises Hispano donde se logra mucho con poco.

Si la innovación afecta a emprendimientos comerciales por qué no habría de afectar también a los emprendimientos intelectuales. ¡Muerte a los think tanks, larga vida a los think fractals!

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