El artículo 1, sección 8 de la Constitución lo ve de otro modo. Establece claramente que el poder para declarar la guerra descansa dentro del poder legislativo –el poder más representativo de la población–. Los fundadores eran personas cansadas de las guerras, y el requisito de una ley del Congreso para ir a la guerra fue intencional. Creían que no se debería entrar en guerras a la ligera, por ello se negaron a dejar tal decisión en manos de una sola persona. Se opusieron al poder bélico absoluto de los reyes. Sería increíblemente ingenuo pensar que un dictador jamás podría hacerse con el poder de este país.
Nuestros presidentes ahora pueden, por sí solos: ordenar asesinatos, incluyendo ciudadanos estadounidenses; operar tribunales militares secretos; torturar; encarcelar indefinidamente sin debido procedimiento; ordenar registros e incautaciones sin orden judicial; descuartizar la cuarta enmienda; ignorar la regla de 60 días para presentar ante el Congreso la naturaleza de cualquier operación militar, como lo requiere la War Power Resolution (Resolución Poder de Guerra); continuar con los abusos del Patriot Act (Ley Patriota) sin supervisión; iniciar guerras a su antojo y tratar a todos los estadounidenses como sospechosos de terrorismo en los aeropuertos, con los manoseos y los la máquina de Rayos-X de la TSA.
Quienes no se alarmen con todo esto no están prestando atención, o confían demasiado en los funcionarios del gobierno como para estar preocupados. Quienes estén en el gobierno hoy en día podrán ser personas confiables y maravillosas. ¿Pero qué hay de los líderes del futuro? Ellos heredarán todos los poderes adicionales que les cedemos a los actuales titulares del puesto. ¿Podemos confiar en que no se aprovechen de ello? Las mejores intenciones de hoy crean lagunas y oportunidades para los tiranos del mañana.
Mi colega, el Congresista Justin Amash, encabezó un esfuerzo para hacer que se elimine este lenguaje tan preocupante, pero desafortunadamente fracasó por una votación de 234 contra 187. Es realmente lamentable que tantos en el Congreso respalden una autoridad bélica ilimitada en manos del Poder Ejecutivo.
Tomado de http://ronpaulspanish.com/