Dejar que fluyan los precios: El agua necesita mercados

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¿Cuál es el precio más alto que alcanza hoy el agua?

El precio de mercado más alto hoy para el agua potable se refleja en un objeto artístico. La botella contiene agua de manantiales en Francia y Fiyi y un glaciar en Islandia con una pizca de polvo de oro de 23 quilates en el agua. Es Acqua di Cristallo Tributo a Modigliani, y ha alcanzado los 60.000$en una subasta.

Pero los mundanos podemos sin embargo seguir gastando una barbaridad en agua. Comprad agua facial Evian. A 5$ un frasco de 1,7 onzas, el agua Facial Mister tiene un precio de 376$ por galón [unos 100$ el litro].

El agua embotellada es el caso más prominente de agua con precio de mercado. En la década de 1970 no se podía encontrar agua embotellada en Estados Unidos. Pero en 2009 el agua embotellada era un negocio de 21.000 millones de dólares. (Gastamos solo 29.000 millones de dólares al año en mantener todo nuestro sistema de agua pública en Estados Unidos).

El agua embotellada es el único producto acuático al que los estadounidenses han dado precio y vendido habitualmente. Ahora pagamos encantados hasta cuatro veces el coste de la gasolina por agua potable que podríamos tener gratuitamente de fuentes y grifos. Por supuesto, los economistas nos dirían que en realidad el agua embotellada no es el mismo bien. La botella cuadrada Fiji es una declaración atractiva y la ubicua botella de agua en la mano es una declaración de salud y comodidad. La valoración subjetiva determina el precio. Un mercado real en este producto del agua sí que existe.

Los mercados de otros productos del agua son, entretanto, prácticamente inexistentes. Normalmente no pagamos la mayoría de las demás formas de agua. Hasta recientemente, el agua ha sido vista y tratada como un bien gratuito por todos los pueblos de la tierra. Como pasa con todos los bienes gratuitos, el agua experimenta una demanda ilimitada. Pero el agua no puede atender una demanda ilimitada. El agua necesita precios para indicar su escasez e informar de su demanda. Distintas categorías de agua necesitan distintos precios para reflejar las distintas preferencias de los usuarios. Gratis ya no puede el precio del agua. Los días de gloria pródiga de agua ilimitada en todas partes parecen hacer terminado.

Mientras la atmósfera tenga moléculas de hidrógeno y moléculas de oxígeno, ¿por qué deberíamos quedarnos alguna vez sin agua?

A pesar de mi propia desinformación sobre esta química durante décadas, he sabido que solo porque existan moléculas de oxígeno e hidrógeno, estas no se junta fácilmente en moléculas de agua para resolver todas las escaseces de esta en el mundo. La reacción no es espontánea. Unir esos átomos requiere explosiones. Y aunque haya abundancia de oxígeno, el hidrógeno en su forma pura es bastante raro.

Así que, si las moléculas de hidrógeno y oxígeno simplemente no se juntan, ¿cuál ha sido el origen de nuestra agua? Hasta bastante recientemente, la creencia predominante ha sido que la oferta de agua de la Tierra  fue depositada inicialmente por cometas. Una nueva teoría sugiere que el agua ya estaba presente al nacer nuestro planeta.

Pero no se sabe cuánta agua hay en la Tierra. El 71% del planeta cubierto por agua representa una cantidad menor, quizá una décima parte, de la cifra total. Aparte de los estados normales de líquido superficial, vapor o hielo, existe mucha agua en rocas a cientos de millas de profundidad del manto terrestre. Capturada allí mediante subducción, es liberada por volcanes en erupción.

Aun así, nuestra agua es toda el agua que ha tenido siempre la Tierra. Toda la vida usa y reusa la misma agua. Algo de todo hay en nuestra agua, porque el agua es asimismo el disolvente universal. Ahora podemos detectar bien cualquier cantidad de cualquier cosa en todo. Sí, toda lata de té frío contiene algo del pis de Julio César.

Parece que hacen falta inundaciones o sequías para que el agua atraiga nuestra escasa atención

Como nación, hemos tenido esta año bastantes inundaciones y sequías. En la primavera de 2011, fueron inundaciones del río Misuri durante meses. El verano dio paso a “Sequías extendidas desde Florida a Arizona” como titular habitual. No solo habrá allí menos cosechas, sino que manadas enteras de ganado tendrán que sacrificarse porque sencillamente no pueden alimentarse. Con las sequías, los incendios forestales arrasan más hectáreas y la gente se raciona con resentimiento. Algunas regiones afrontarán más que un mero racionamiento. Bob Rose, de la Autoridad del Bajo Río Colorado, que cubre un área del centro de Texas, dijo que si la sequía continuaba durante el invierno, podrían empezar a prohibir el uso agrícola en la primavera de 2012 por primera vez en sus 77 años de historia.

Atlanta casi se queda sin agua potable en 2008, porque la ciudad no hizo ningún esfuerzo durante varias décadas para proporcionar agua a su creciente población. Atlanta tampoco contribuyó inicialmente con ningún dinero a la construcción de la reserva del lago Lanier, pero reclamó agua de ella cuando la necesitó la ciudad. La guerra legal del agua entre Georgia, Alabama y Florida ha durado 20 años. Cuando la ciudad estuvo a punto de quedar seca, la respuesta de Atlanta fue rezar para que lloviera. No veo que les haya funcionado muy bien.

En el otoño de 2007, a solo 150 millas de Atlanta, el pequeño pueblo de Orme, Tennessee, se quedó completamente sin agua. Se proporcionaron temporalmente tres horas de agua cada tarde transportándolas en camiones de forma cara. La conducción de agua se restauró 128 días después- Todos los miembros de la comunidad habían dado por sentada su agua.

Como podemos ver en el pago de Orme para transportar agua por camión al pueblo, el agua es frecuentemente gratis, pero el transporte de esta cuesta muchísimo. En Georgia, el sistema que usó un granjero para conseguir agua del suelo utilizaba combustible diésel. Su factura de combustible para mayo y junio de 2011 fue una suma inaudita de 88.442$.

El Valle Imperial de California es parte del Desierto de Sonora. Apenas caen 7 centímetros de agua al año. En perspectiva, esto hace de este lugar una opción poco evidente para un gran condado agrícola, a pesar de tener ventajas en cultivos para la irrigación en terrenos desérticos. El valle sigue esperando agua barata y subvencionada enviada desde el río Colorado, independientemente de lo loco que sea hacer de un desierto un jardín o lo sobredistribuida que esté la decreciente agua en el Colorado.

El precio para los granjeros es allí una tarifa plana de 19$ por acre-pie o 19$ por 325.851 galones [1.233.480 litros] de agua. Los hogares estadounidenses medios pagan 10.592$ por ese volumen de agua. Pero los hogares estadounidenses no están pagando precios de mercado por el agua, porque los mercados del agua aún no existen. Incluso a 19$ por acre-pie, 19$ no es el coste del agua, es simplemente el coste de transportar el agua. El agua sigue siendo gratuita. California gasta el 20% de los costes de la electricidad del estado en transportar o tratar el agua.

¿Qué hay que hacer para crear mercados que funcionen para que las comunidades puedan esperar tener el agua que necesitan?

Los gobiernos han gestionado recursos del agua durante los últimos cien años. Entregándolos libremente a sus sectores amigos y favorecidos, los políticos han dictado todos los aspectos del agua y su transporte, cosa de la que debían haberse ocupado los mercados para dar una respuesta apropiada a su creciente escasez. No es un misterio que la calidad, cantidad, asequibilidad y disponibilidad de agua sigan siendo misterios en 2011. No ha habido ningún mercado que proporcione información y cálculos.

Y no, ninguna economía dirigida puede simular un mercado. No hay tercera vía. Solo la propiedad privada y el estado de derecho pueden crear un mercado viable: las órdenes burocráticas solo pueden conseguir escaseces, mayores costes y menor calidad.

La sobreasignación gubernamental del agua del Lago Mead, ubicado en Nevada y Arizona amenaza ahora la misma existencia del lago.

Sin un mercado de soluciones, una zarina del agua con estilo dictatorial ha aparecido en el terreno evaporador del desierto llamado Las vegas. Pat Mulroy se ha estado abriendo paso con muchas acciones legales agresivas y, hasta ahora, solo ha perdido una importante, después de haber reclamado derechos sobre agua no utilizada en cuatro condados. No se apea de planes para solicitar derechos de aguas subterráneas en los condados del norte de Clark, Lincoln y White Pine.

Mulroy obligó sin rodeos a los ciudadanos a usar menos agua. Sus mayores tarifas del agua redujeron la carga fija, pero aumentaron los costes de los volúmenes más grandes. Su “cash for grass” [“dinero por hierba”] era un incentivo amable para el xeriscape en lugar de césped verde. Ha creado su propia potencia acuática regional.

Y para un uso inteligente del agua, Mulroy ha distinguido dos tipos de agua en sus usos finales. Puede parecer algo nimio, pero la mayoría de Estados Unidos usa su agua potable para todo tipo de quehaceres. ¿Agua para un campo de golf? Use su agua potable. ¿Erigir una fuente impresionante? Use su agua potable. Mulroy se aseguró de que el agua tratada no potable fuera a todas las extravagancias llamativas exteriores e interiores de Las Vegas. El 90% del agua usada en los interiores en Las Vegas es ahora reciclada. La ciudad devuelve cientos de miles de acres-pie de agua residual tratada de vuelta al Lago Mead cada año.

Mulroy no cuenta con la lluvia o la oración. Cuenta con la ingeniería y el hecho de que ha hecho que los funcionarios de Las Vegas piensen distinto acerca del agua. Pero Mulroy necesita a los mercados para hacer todas las cosas que ella no puede hacer en solitario.

Los mercados podrían capturar y desviar inundaciones a Nevada. Pero ese coste sería de decenas o centenares de miles de millones de dólares. Los mercados podrían crear nuevos negocios vendiendo cuencas y cisternas donde caiga la lluvia. Podrían aparecer mercados en plantas desaladoras construidas en las costas. (Mulroy considero una de estas). Los mercados podrían generar toda una industria de microcontroladores del uso del agua para encontrar reparaciones necesarias de las múltiples filtraciones en las tuberías de distribución. El control podría convertirse en tan respetado que en lugar de ver el agua fluyendo por una tubería, los usuarios empezaran a ver dólares fluyendo.

Como saben los economistas basados en capital, el coste del agua es el coste de la siguiente unidad de agua. La siguiente unidad de agua podría ni siquiera existir si no somos lo suficientemente inteligentes como para usar bien nuestro propio suministro. Por eso se necesita un mercado: para encontrar, garantizar y proporcionar la siguiente unidad de agua a la siguiente mayor demanda de agua.


Publicado originalmente el 18 de agosto de 2011. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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