El coste real de un rescate completo

0

Hay un estudio reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) que tiene nula credibilidad. Cifra las probables pérdidas de los contribuyentes en los rescates de Fannie Mae y Freddie Mac en 25.000 millones de dólares. Para quienes recuerden la historia, merece la pena recordar que el rescate de S&L llevaba una etiqueta de precio de 160.000 millones de dólares. Las cifras son tan distantes de la realidad como para carcajearse. Es gracioso, claro, salvo que la estimación de la CBO demuestre una desconexión voluntaria de las consecuencias reales de las acciones del gobierno federal.

Como se demuestra a continuación, el coste real de los rescates excederá fácilmente los 1,3 billones de dólares. De hecho, el coste real probablemente se sitúa entre 1,3 y 1,6 billones de dólares y no es improbable que alcance los 2,5 billones.

Entre 2001 y 2007, Fannie y Freddie compraron o avalaron 700.000 millones de dólares en préstamos Alt-A y subprime. Dados los porcentajes de impago de estos préstamos (y el hecho de que el precio de la vivienda que es el título último de los préstamos, por razones que se mostrarán luego, caerá al menos un 30%), solo esto implica una pérdida para Fannie y Freddie del orden de los 210.000 millones de dólares.

Fannie y Freddie reconocen en su balance préstamos ya dudosos por 19.000 millones, para los que han utilizado contabilidad creativa para evitar eliminarlos de la cuenta de los accionistas. Esto significa que a Fannie y Freddie les quedan como máximo 64.000 millones de dólares en capital.

Dadas las pérdidas inevitables en la porción de Alt-A y subprime de su cartera, podría ser que si el gobierno federal, como está haciendo, garantiza la solvencia de Fannie y Freddie, la diferencia entre la pérdida y el capital a cubrir por el gobierno (es decir, por los contribuyentes) se igual, no a 25.000 millones, sino a 147.000 millones de dólares.

Sólo esto significaría que la CBO está creando una cortina de humo con sus cifras estimadas de coste y si recordamos el coste de 160.000 millones de dólares de S&L, no es un resultado sorprendente. La imagen real es tanto peor que es bastante evidente que la CBO está inventando cifras a toda máquina sólo para hacer que los políticos lleguen a noviembre.

La historia real es sencilla. Hemos sido testigos de la mayor burbuja de precios de activos en la historia de EEUU, haciendo que la burbuja tecnológica parezca una subida semanal grandecita.

Cuando miramos el gráfico del índice inmobiliario residencial Case-Schiller, un índice que data de 1890 a hoy y que mide el costo de la vivienda en comparación con otros bienes, lo primero que vemos es que la burbuja de 2001 a 2006 parece un cactus gigante en un campo de margaritas. Sencillamente nunca ha habido algo parecido antes.
Cuando sabes qué estás viendo (la mayor burbuja de la historia), da miedo.

Para ser precisos, el Índice Case-Schiller en toda su historia de 110 años nunca había cruzado los 140 hasta la burbuja reciente. En 2006 llegó a 210. Toda burbuja inmobiliaria en el pasado se ha visto seguida en el mejor de los casos por una retrocesión al menos al nivel 110 en la era de la posguerra, aunque la burbuja procedente de la Gran Depresión mostró una caída a 60.

Esto significa que en el mejor escenario, los precios inmobiliarios tienen que caer de media a largo plazo a casi la mitad.

Consideremos ahora a Fannie y Freddie. Mirando sólo a sus carteras en el balance sin los avales, aceptemos (sin ninguna razón concreta más allá del deseo de que el lector duerma mejor esta noche) que los precios inmobiliarios sólo caen un 30%.

Bueno, como el Tío Sam ahora se compromete a “hacer lo que haga falta”, hay aquí una pérdida de 1 billón de dólares. Este compromiso de mantener abiertos los mercados financieros como es habitual se realiza a pesar de la abrumadora evidencia de que lo que se nos ha enseñado que es normal es en realidad una ilusión, dado que Fannie y Freddie poseen 3 billones y pico en hipotecas.

La CBO no es tonta de capirote, así que evidentemente, igual que en el fiasco de S&L en 1988, está inventado cifras que los políticos puedan deslizar hasta noviembre y luego anunciar ¡Caramba! Nuestras cifras eran un poco bajas.

El escenario más realista es realmente peor. Fannie y Freddie poseen y avalan un total de más de 5 billones de dólares en hipotecas.

Dado el probable equilibrio históricamente razonable de los valores de los inmuebles residenciales encarnados en el Índice Case-Schiller, eso significa que la pérdida para el contribuyente alcanza indudablemente los 1,3 billones, llegando fácilmente hasta los 1,6 billones de dólares.

Por desgracia, esta es la buena noticia. La mala noticia es que si los precios inmobiliarios reprodujeran la Gran Depresión (como indudablemente ocurriría en el caso de que los instrumentos de inversión de Fannie y Freddie fueran a quebrar debido a la quiebra de la contraparte, y dadas las primas de riesgo absurdamente bajas en los CDS en lo alto de la burbuja, que consideraban que un evento así no podía ser probable), el Índice Case-Schiller nos dice que la pérdida para los contribuyentes podría exceder los 2,5 billones de dólares.

No sé qué toma esa gente en Washington para dormir por las noches después de todos estos ejercicios contables y financieros condicionados electoralmente, pero puedo deciros qué va a hacer para mantener abierto el negocio del gobierno: imprimir una enorme cantidad de dinero.

El presidente Bernanke tiene abierta la ventanilla del descuento a cualquier colateralización que no valga el papel en el que está escrita, así que en la práctica tiene a los helicópteros listos para lanzar billetes de cien dólares sobre Wall Street, como es sabido que describió el instrumento político definitivo de un sistema de moneda fiduciaria.

Por supuesto, si hace eso, tendrá que cambiar su apodo de Helicóptero Ben a Hiperinflación Ben, lo que responde a la pregunta de quién corre con los gastos de rescatar a Fannie y Freddie: cualquiera que tenga dólares.

Producid un montón de algo y valdrá menos. Y dadas las pérdidas de Fannie y Freddie, la garantía del contribuyente y el inicio de la jubilación de los baby boomers, sólo el impuesto de la inflación funcionará para pagar para mantener a flote a Fannie y Freddie.

Os guste o no, vamos a entrar en tiempos interesantes y es muy malo que nuestros supuestos servidores civiles profesionales en la CBO hayan dejado de decir la verdad al emperador: que está denudo en la quiebra y listo para llevarse con él a un montón de gente.

La única esperanza es (1) aceptar afrontar una caída del 20% en los niveles de vida estadounidenses para gente que ha vivido por encima de sus posibilidades los últimos veinticinco años con las ilusiones que hizo posible la moneda fiduciaria y (2) discplinar simultáneamente a la criatura de Jekyll Island, alias el Sistema de la Reserva Federal, para que no cree nuevo dinero para producir burbujas en precios de activos.


Publicado el 22 de agosto de 2008.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email