Patrones “oro de los tontos”

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En un Mises Daily reciente, “A Golden Opportunity”, Barron y Bloom defendían que Alemania abandonara la unión monetaria combinándolo con un poderoso argumento de que “un marco alemán de oro es posible y deseable”. Esta recomendación puede ser un paso en la buena dirección, pero deja a Alemania con un banco central y con una política monetaria discrecional: “El Bundesbak sería responsable de la política monetaria, igual que antes de que Alemania se uniera a la UME”. Concluyen:

Un prerrequisito para la aceptación del mercado de cualquier dinero en oro sería la confianza en la integridad de la institución que lo patrocina. No solo se conoce al Bundesbank por su integridad y reverencia por una moneda estable: la propia Alemania tiene una reputación en todo el mundo por un estado de derecho, una arquitectura financiera desarrollada y un sistema político estable. Por estas razones, Alemania demostraría al mundo que una moneda respaldada por oro no solo es posible sino deseable. (Cursivas añadidas)

Joe Salerno, en “Gold Standards: True and False”, proporciona una buena guía sobre la discusión de una vuelta al oro. Lo que es deseable en último término es una vuelta a un dinero elegido por el mercado, que ha sido históricamente un material: dinero oro o plata, no dinero “respaldado” por oro plata. La advertencia de Salerno continúa siendo relevante. Argumenta:

Una evolución significativa en la actual polémica sobre el papel del oro en el sistema monetario de EEUU, que tiene potencialmente implicaciones importantes tanto para la teoría como para la política monetaria, ha sido olvidada en buena medida por parte de comentaristas en ambos bandos del debate. Me refiero a la aparición de una nueva defensa del oro que difiere esencialmente de del alegato tradicional a favor del patrón oro. Esta evolución se ha visto ocultada por la diversidad de planes para la reforma monetaria provenientes del bando del oro. Un examen más detallado de estas propuestas revela sin embargo que son de dos tipos distintos: no difieren solo en las razones que ofrecen para considerar deseable un patrón oro, sino asimismo en su concepción de qué disposiciones monetarias constituyen un “patrón oro”.

Primero, hay propuestas que encarnan los argumentos tradicionales de la “moneda fuerte” a favor del patrón oro. Estos argumentos se centran en la deseabilidad de un dinero-material del libre mercado frente a un dinero fiduciario en papel monopolizado por el gobierno. El valor esencial de las propuestas de moneda fuerte es hacer superflua la política monetaria pública al restaurar un genuino patrón oro bajo el cual la cantidad y valor del dinero se determinan únicamente por las fuerzas del mercado. El segundo grupo de escritores a favor del oro, cuyas propuestas han recibido la mayor publicidad, han evitado la defensa tradicional de la moneda fuerte y en su lugar  han creado un alegato bastante novedoso dando a entender que el oro puede proporcionar a las autoridades monetarias públicas un instrumento eficaz para gestionar el proceso de la oferta monetaria dentro del marco establecido de moneda fiduciaria. Para este grupo, la razón de ser de un régimen monetario basado en el oro es que facilita el logro de objetivos políticos monetarios del gobierno. No hace falta decir que el patrón oro contemplado por estos defensores orientados políticamente difiere bastante radicalmente del ideal del grupo de la moneda fuerte. El “gobierno del precio” del oro, que es la reforma monetaria preferida por la mayoría de los defensores del oro orientados políticamente, solo tiene un parecido superficial con la concepción tradicional del patrón oro. (Cursivas añadidas)

Dada la cuidadosa diferenciación del Profesor Salerno de los patrones oro propuestos como patrones verdaderos o falsos, una debe tener cuidado cuando evalúa cualquier propuesta de vuelta al oro. Temas de preocupación:

  1. ¿Será la propuesta, a corto plazo, un sistema monetario mejor con una mejor política monetaria que el sistema actual de monedas fiduciarias nacionalizadas (o “continentalizadas” en el caso del euro)?
  2. ¿Es la propuesta una que convierta al sistema con el tiempo a un verdadero patrón oro, un patrón moneda de oro?
  3. ¿Se convertirá la propuesta en algo como el patrón intercambio oro de entreguerras, un patrón falso que probablemente lleve a resultados económicos que desacrediten al oro (o la plata) como moneda?

Los comentarios de Salerno son igualmente aplicables a otras discusiones actuales respecto del oro que han aparecido recientemente en el Wall Street Journal. Seth Lipsky, en “The Gold Standard Goes Mainstream”, apunta que, como consecuencia de la influencia de Ron Paul, “En la agitación dentro del Partido Republicano, hay una creciente comprensión de que el sistema estadounidense de moneda fiduciaria es parte del problema económico”. Concluye:

No es poca cosa que el programa de Romney pida una comisión del oro y una auditoría de la Fed. El último republicano en llevar un programa reclamando un dólar “sobre una base completamente convertible en oro” fue Dwight Eisenhower, que dejó de lado una vez en el cargo. Es un eror estratégico de Romney, si quiere ganar en noviembre. (Cursivas añadidas)

En una crítica de una vuelta al oro, John H. Cochrane, de la Universidad de Chicago, concluye: “Ningún sistema monetario puede absolver a una nación de sus pecados fiscales”.

Ron Paul, en “Why Monetary Freedom Matters”, refuerza la advertencia de Salerno sobre la verdadera reforma, un dinero determinado por el mercado, frente a las reformas, que aunque sean tal vez mejores que una “falsa confianza en el dinero fiduciario” dejarían demasiadas posibilidades de daños monetarios.  Paul indica: “Desde la Comisión del Oro (1982), he defendido el oro”. Pero no cerraría el banco central: legalizaría la competencia entre monedas, derogaría las leyes de curso legal y eliminaría todos los impuestos a las compras de oro y plata y permitiría las acuñaciones privadas. Esencialmente, su propuesta es

Similar a aquella de la que había hablado F.A. Hayek (1976, 1978). ¿por qué no desnacionalizamos el dinero, legalizamos la competencia, permitimos que funcionen los mercados libres y permitimos que funciona la banca del libre mercado?

Armados con el fuerte alegato de Salerno a favor de un verdadero patrón oro, podréis juzgar. En mi opinión, Ron Paul va por el buen camino; Cochrane se ve confundido por falsos patrones oro y la propuesta de Barron y Bloom, aunque atractiva a corto plazoes más probable que sea un paso en dirección equivocada (si no se ve acompañada por las reformas sugeridas por Paul en Estados Unidos y otros lugares).

Los defensores de la moneda fuerte deberían estar animados por el interés que se ha generado actualmente por la reforma monetaria. La discusión debería realizarse con unas pocas cosas en mente:

  1. Las preocupaciones de Gerald P. O’Driscoll Jr. acerca de la abolición de los bancos centrales,[1]
  2. El patrón oro de Salerno: verdadero o falso y
  3. La advertencia de Paul de que

Otros piensan sobre ella [la reforma monetaria], pero a algunos les gustaría internacionalizar algo distinto del patrón reserva dólar. Les gustaría tener una divisa fiduciaria y una supuesta alianza con el oro y quieren trasladar el control sobre una nueva divisa global al FMI y el Banco Mundial. Creo que sería un desastre. (Cursivas añadidas)

Esperemos que el optimismo de Lipsky respecto de la comisión del oro se haga realidad en una “comisión del oro bien concebida y con buen personal” (preferiblemente una dominada por economistas influidos por los austriacos) que resuelva los asuntos a favor de la competencia entre divisas y una evolución hacía un patrón moneda de oro al estilo del esquema proporcionado por Paul.[2]

[1] Ver “Central Banks: Abolish or Reform”. HT a Kurt Schuler en Free Banking.

[2] Para legislación que incluya las sugerencias de Paul, ver “Free Competition in Currency Act of 2011″ (H.R. 1098).

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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