Ninguno se atreve a llamarlo robo

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Las élites del euro no lo llaman hurto o robo o simplemente un impuesto ni mucho menos un total default de los bancos de Chipre. Ellos lo están llamando “tasa de estabilidad”, un plan que podría no conducir a la estabilidad, sino a un colapso tipo dominó del sistema financiero.

Fiel a la naturaleza de la propaganda del gobierno, el jefe de Estado chipriota, Nicos Anastasiades, afirma que “la tasa de estabilidad” es necesaria para evitar el “colapso total del sector bancario”. Es el mismo tipo de lenguaje que hemos escuchado en otoño de 2008 – una táctica de intimidación utilizada para conducir directamente al TARP y una serie de rescates interminables.

Lo más probable es que el plan para gravar todos los depósitos bancarios chipriotas un 6,75 – 10 % dará lugar a uno. O tal vez la conversación ya haya empezado. No podemos estar seguros, debido a que el Gobierno de Chipre ha declarado unas vacaciones a la banca, un término que significa que los ladrones descansan de tener que rendir cuentas por sus acciones.

Lo que señala este plan es bastante claro: Su dinero no está en el banco. Si llega rápido y retira lo que pueda, quizá usted sobreviva. Si se demora, todas sus apuestas están perdidas. Esto significa una corrida bancaria a la vieja usanza – la comprobación final de la solidez de la banca.

Otra forma de verlo: es un juego de sillas musicales, y la música se ha detenido. El propósito de las “vacaciones” es sacar a la gente para que no puedan encontrar su silla.

El impuesto es parte de un plan de rescate de 10 mil millones de dólares dispuestos por países de la eurozona, junto con el FMI. Hasta ahora, durante el largo, lento e implacable colapso de los sistemas bancarios del mundo en los últimos decenios, la idea de la confiscación directa ha sido algo que los gobiernos en general han tratado de evitar.

Resulta que a la gente no le gusta que le roben. Por lo general les gusta pensar que el dinero que ponen en el banco es accesible para ellos. Así que cuando Anastasiades exigió esto, obtuvo la oposición masiva de legisladores y depositantes.

Mientras tanto, la gente estaba luchando para conseguir dinero de los cajeros automáticos y tratando de enviar dinero a refugios más seguros. Fue entonces cuando llegó la sorpresa desagradable. Sus cuentas fueron bloqueadas y las transferencias se detuvieron.

Mientras escribo esto, los legisladores han dado marcha atrás a la propuesta de saquear absolutamente a todos por igual. En su lugar, centrarán los efectos más intensos del atraco en los más ricos. Esto puede hacerlo más aceptable para los legisladores, pero no necesariamente para la población en general. Los políticos pueden prometer tanto como quieran que esto es una “tasa única”, que nadie que no sea un necio se lo va a creer. Los ciudadanos pueden ser muy tontos en creer promesas políticas en general, pero cuando se trata de su propio dinero en el banco, su credulidad tiene límites.

Los estadounidenses pueden ser perdonados por haber pasado la mayor parte de su fin de semana haciendo caso omiso de las noticias de Chipre, un país del cual se sabe por última vez cuando se estudian las civilizaciones antiguas en el instituto. Un amigo mío de Chipre que vive en EE.UU desistió de explicar de donde viene hace mucho tiempo y ahora se conforma con decir a la gente que procede de Grecia.

En realidad, Chipre es uno de los países más prósperos del mundo, debido principalmente a su estatus como centro financiero mundial. Como me dijo Doug French, “esto es un banco con un país unido”.

Su población es mayoritariamente turista y fluctúa en función de la temporada. Sin embargo, su prosperidad durante los últimos 20 años se debe principalmente a los depósitos que recibe de toda la región, especialmente de Rusia. Esta es la razón por la que Vladimir Putin se ha involucrado en la controversia actual, denunciándolo como injusto e imprudente.

El problema es que Chipre tiene que reunir el dinero. Tiene que venir de alguna parte. El problema central es que esta propuesta, especialmente la idea de gravar los depósitos que se encuentran por debajo del límite máximo del seguro de los depósitos, socava esa cosa esquiva pero absolutamente esencial llamada confianza.

Si la gente ya no cree en el sistema y ejecuta a los bancos, todo se puede deshacer rápidamente. En la mayoría de los países de hoy en día, existe un seguro de depósito que proporciona la ilusión de que los depósitos de las personas están a salvo. Lo notable de la “tasa de seguridad” es que equivale a un anuncio abierto de que no hay ninguna garantía de que el dinero tenga que venir de alguna parte, por lo que bien podría llegar desde el lugar más obvio.

Hubo  un tiempo en que los bancos operaban como empresas normales, realizando un servicio a cambio de un pago, delimitando claramente qué parte de los depósitos de la gente estaban en riesgo (y, por lo tanto, se pagaba una prima) y qué parte eran seguros (y, por lo tanto, se pagaba un servicio). Sin embargo, los bancos centrales y el dinero papel fíat han confundido la cuestión a favor del sistema financiero y en perjuicio de los depositantes, especialmente cuando se enfrentan a un momento de crisis como este.

Sin embargo, es un hecho sin precedentes, que se remonta a los días de los comienzos del New Deal, cuando Franklin D. Roosevelt cerró los bancos, suspendió el patrón oro, y francamente cambió la definición del dólar con el fin de rescatar al sistema bancario. Se supone que este tipo de cosas no sucede hoy en día. Se supone que los banqueros son más sabios y más sofisticados, utilizando las herramientas de lujo de la política monetaria para apuntalar continuamente la confianza en el sistema.

La sugerencia de que el sistema bancario sólo roba dinero a la gente – incluso si no lo hace también a través de la legislación – ha cambiado radicalmente la psicología de la banca en toda la eurozona. En las próximas semanas, los españoles, los italianos, los rusos, y muchos otros a lo largo de la región van a estar en silencio (o quizás no tan en silencio) probando lo mismo, tirando de depósitos y encontrando otras maneras de asegurar sus fondos.

La palabra temida por los banqueros centrales de todo el mundo: contagio. Esto significa la difusión de la verdad y de acciones basadas sobre esa verdad. ¿Podría ser Chipre la nueva burbuja que rompe el mundo? Es un buen momento para revisar el clásico de 1932 de nuestro amigo Garet Garret que conserva todo su poder explicativo: una burbuja que rompió el mundo.

Para los reguladores bancarios y los políticos, esta realidad equivale a un fracaso épico, incluso desde su punto de vista. No quieren que la apariencia de estabilidad y solidez quede al desnudo. Ellos quieren una población de depositantes felizmente inconscientes de la vulnerabilidad de los sistemas monetarios y financieros.

Usted puede preguntar, “si eres tan listo, ¿qué sugieres?”. Eso es fácil: quiebra y bancarrota.

Contrariamente a la sabiduría convencional, el caso de Lehman Bros. no es un modelo a evitar, sino a seguir. Dejemos que los bancos chipriotas que están bajo amenaza mueran de una muerte rápida, incluso si eso significa no pagar a aquellos a quienes creen que se les debe. Bajo estas condiciones, hay rendición de cuentas y una lección aprendida permanente.

Este enfoque – sí, es mucho más extenso y encuentra cero posibilidades de que realmente suceda – en realidad podría restaurar las sanas prácticas bancarias. Sólo imagínese un mundo en el que los bancos operan de como negocios honestos, solventes y autosuficientes, sin mentiras, sin estar al límite, sin depender del gobierno y los políticos y autoridades centrales. Parece un sueño, pero se puede llegar a través de un sencillo paso: deje que el fallo suceda.

¿Pero este enfoque podría desencadenar un colapso a escala del euro? Quizás. Parece ser algo que va a ocurrir con o sin esta  “tasa única de estabilidad”.

Mientras tanto, los bancos están cerrados. Nadie en la zona euro duerme bien por la noche. Y va a ser una semana salvaje.

La crisis del euro sólo podría explicar por qué el Bitcoin ha pasado de 15 a 48 dólares en tres meses. ¿Es posible que los depositantes más grandes de Rusia lo vieran venir y hayan movido el dinero poco a poco hacia el refugio digital? Nunca lo sabremos, porque las transacciones son anónimas (gracias a Dios). Pero hágase esta pregunta: ¿Dónde le gustaría tener su dinero? ¿En Bitcoin o en depósitos asegurados en Chipre?


Traducido del inglés por Álvaro Herráez González. El original se encuentra aquí.

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