¿Las burbujas se causan por problemas psicológicos?

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Según la forma popular de pensar, las burbujas son una causa importante de las recesiones económicas. La principal pregunta planteada por los expertos es cómo saber cuándo se está formando una burbuja. Se sostiene que si los banqueros centrales supieran la respuesta a esta pregunta, podrían ser capaces de impedir que se formaran burbujas y así impedir recesiones.

Sobre esto, en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el 17 de enero de 2010, el premio Nobel de economía, Robert Shiller argumentaba que las burbujas podían diagnosticarse utilizando la misma metodología que usan los psicólogos para diagnosticar la enfermedad mental. Shiller es de la opinión que una burbuja es una forma de fallo psicológico. Por tanto, la solución podría ser preparar una lista comprobación similar a la que usan los psicólogos para determinar si alguien está sufriendo, por ejemplo, de depresión. Los puntos clave que identifican una burbuja típica son, según  Shiller:

  1. Aumento brusco en el precio de un activo.
  2. Gran agitación pública por el estos aumentos de precios.
  3. Un consiguiente frenesí mediático.
  4. Historias de gente ganando un montón de dinero, causando envidia entre gente que no lo ha hecho.
  5. Un creciente interés por la clase de activos entre el público general.
  6. “Teorías” de una nueva época para justificar aumentos de precios sin precedentes.
  7. Una rebaja en los patrones de préstamo.

Lo que esquematiza aquí Shiller son diversos factores que sostiene que se observan durante la formación de burbujas. Sin embargo, describir una cosa no es siempre bastante como para entender las causas clave que causaron su aparición. Para entender las causas, uno necesita establecer una definición adecuada del objeto en cuestión. El propósito de una definición es presentar lo esencial, la característica distintiva del objeto que estamos tratando de identificar. Sobre esto, los siete puntos detallados por Shiller no nos dicen nada acerca de los orígenes de una burbuja típica. Todo lo que hacen estos puntos es proporcionar una posible descripción de una burbuja. Sin embargo, describir un aumento no es lo mismo que explicarlo. Sin una comprensión de las causas de un evento no es imposible combatir su aparición.

Definiendo las burbujas

Si el precio de un activo es la cantidad de dinero pagada por el activo, de esto se deduce que para una cantidad dada de un activo dado, un aumento en el precio solo puede producirse con un aumento en el flujo de dinero hacia ese activo.

Cuanto mayor sea la expansión de dinero o el globo monetario, mayor va a ser el aumento en el precio de un activo, en igualdad de condiciones. Pero la aparición de una burbuja o un globo monetario, no tiene que estar siempre asociada a un aumento de precios. Por ejemplo, si la tasa de crecimiento de los bienes se corresponde con la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, no tendrá lugar ningún cambio en los precios.

Creemos que lo que importa no es si la aparición de una burbuja se asocia con aumentos de precios, sino más bien con el hecho de que la aparición de una burbuja da lugar a actividades no productivas que desvían la riqueza real de los generadores de riqueza. La expansión de la oferta monetaria o el globo monetario, similar a una falsificación, permite el desvío de la riqueza real de las actividades generadoras de riqueza a actividades no productivas.

Al fortalecerse la inyección monetaria, el ritmo del desvío sigue el mismo camino. Calificamos a diversas actividades no productivas que aparecen a la espalda de la expansión del globo monetario como actividades de burbuja: se formaron por la burbuja monetaria. Advertir asimismo que estas actividades no pueden existir sin la expansión de la oferta monetaria que desvía hacia ellas la riqueza real de las actividades generadoras de riqueza.

De esto podemos inferir que las burbujas se relacionan con la expansión de la oferta monetaria. El resultado clave de esta expansión es la aparición de actividades que no generan riqueza.

Se esto se deduce que una burbuja no se refiere a fuertes aumentos en los precios de los activos, sino a la expansión de la oferta monetaria. De hecho, como hemos visto, las burbujas pueden tener lugar sin un aumento correspondiente en los precios. Una vez que hemos establecido que una expansión en la oferta monetaria es todo en lo que consisten las burbujas, podemos además inferir que el daño esencial que generan las burbujas es el aumento en actividades no productivas.

Además, una vez que se establece que la formación de burbujas se refiere a la expansión de la oferta monetaria, evidentemente son el banco central y la banca de reserva fraccionaria los responsables de la formación de burbujas.

Por tanto, para prevenir la aparición de burbujas, hay que detener la inyección monetaria del banco central y eliminar la capacidad de los bancos comerciales de realizar banca de reserva fraccionaria (es decir, prestar a partir de “la nada”). Una vez que el ritmo de la expansión monetaria se ralentice en respuesta a una postura más rígida del banco central o en respuesta a la ralentización de la expansión del préstamo de “la nada” de los bancos comerciales, se pone en marcha el estallido de las burbujas.

La llamada recesión económica asociada con el estallido de las actividades de burbuja es en realidad una buena noticia para los generadores de riqueza, ya que ahora queda más riqueza a su disposición. Un declive económico, que debilita las actividades de burbuja, crea las bases para un verdadero crecimiento económico.

Psicología y economía

La psicología se introdujo en la economía con la justificación de que economía y psicología son disciplinas interrelacionadas. Sin embargo hay una diferencia distintiva entre economía y psicología. Los psicólogos se ocupan del contenido de los fines. Por el contrario, la economía empieza con la premisa de que la gente sigue una conducta con un fin. No se ocupa del contenido particular de los diversos fines.

Según Rothbard:

Los fines de un hombre pueden ser “egoístas” o “altruistas”, “refinados” o “vulgares”. Pueden destacar el disfrute de “bienes materiales” y comodidades o pueden destacar la vida ascética. A la economía no le afecta su contenido y sus leyes se aplican independientemente de la naturaleza de estos fines.[1]

Mientras que

Psicología y ética se ocupan del contenido de los fines humanos; se preguntan por qué elige el hombre ese o ese fin y qué fines deberían valorar los hombres.[2]

Por tanto, la economía se ocupa de cualquier fin dado y de las implicaciones formales del hecho de que los hombres tienen fines y utilizan medios para alcanzar estos fines. Consecuentemente, la economía es una disciplina independiente de la psicología. Al introducir la psicología en la economía destruye la generalidad de la teoría y la hace inútil. Por tanto, el uso de psicología es contraproducente en lo que se refiere a los análisis económicos.

Resumen y conclusiones

Contrariamente a Shiller, para establecer que se está formando una burbuja, no tenemos que aplicar la misma metodología empleada por los psicólogos. Lo que necesitamos es el establecimiento de una definición correcta de qué son las burbujas. Una vez hecho esto, se descubre que frente al pensamiento popular, las burbujas no tienen nada que ver con algún tipo de fallo psicológico de los individuos: son el resultado de políticas monetarias laxas del banco central.

Además, una vez que observamos un aumento en la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, poder decir con seguridad que esto crea la base para actividades de burbuja, para un auge económico.

Por el contrario, una vez que observamos una disminución en la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, poder decir con seguridad que esto crea la base para el estallido de las actividades de burbuja, un declive económico.


[1] Murray N. Rothbard, Man, Economy and State [El hombre, la economía y el estado] (Los Ángeles: Nash Publishing), p. 63.

[2] Ibíd., p. 63.


Publicado el 19 de noviembre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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