Cómo causan desigualdad los bancos centrales

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La distancia entre ricos y pobres continúa creciendo. El 1% más rico tenía el 8% del pastel económico en 1975, pero ahora tiene más del 20%. Es un cambio sorprendente desde las décadas de 1950 y 1960, cuando su porción de todas las rentas era ligeramente superior al 10%. Un estudio de Emmanuel Saez determinaba que entre 2009 y 2012, las rentas reales del 1% superior aumentaron un 31,4%. El 10% más rico recibe ahora el 50,5% de todas las rentas, la porción mayor desde que se empezaron a registrar datos en 1917. Los más ricos se están convirtiendo en desproporcionadamente más ricos a un ritmo cada vez mayor.

La mayoría de la literatura sobre desigualdades de renta está escrita por profesores de departamentos universitarios de sociología. Han identificado factores como la tecnología, el reducido papel de los sindicatos, el declinar del valor real del salario mínimo y, la cabeza de turco favorita de todos, la creciente importancia de China.

Estos factores pueden haber desempeñado un papel, pero hay realmente dos factores principales que son la causa real de las diferencias de renta. Uno es deseable y justificable, mientras que el otro es todo lo contrario.

En una economía capitalista, precios y beneficios desempeñan un papel esencial en asegurar que los recursos e asignan donde más se necesitan y se usan para producir los bienes y servicios que mejor atienden las necesidades de la sociedad. Cuando Apple se arriesgó a fabricar el iPad, muchos comentaristas esperaban que fracasara. Su éxito trajo beneficios, enviando al mismo tiempo una señal a todos los demás fabricantes de que la sociedad quería más de este producto. Los beneficios fueron una recompensa por los riesgos asumidos. Es el motivo del beneficio el que nos ha dado multitud de nuevos productos y un nivel de vida siempre creciente. Aun así, beneficios desigualdades de renta van de la mano. No podemos tener unos sin los otros, y si tratamos de eliminar uno, eliminaremos, o reduciremos significativamente, el otro. Las desigualdades de renta son un resultado integral de la característica de pérdidas y ganancias del capitalismo, no pueden separase.

La primera ministra Margaret Thatcher entendía bien esta indivisibilidad. Una vez dijo que es mejor tener grandes desigualdades de renta y tener a todos cerca de lo alto de la escala, que tener pequeñas diferencias de renta y tener a todos cerca de lo bajo de la escala.

Aun así, la clase media se ha estado hundiendo en la pobreza: eso no es subir la escala. Durante el periodo entre 1979 y 2007, las rentas para el 60% intermedio aumentaron menos del 40%, mientras que la inflación fue del 186%. Según el estudio de Saez, el 99% restante vio aumentar sus rentas reales un mero 0,4% entre 2009 y 2012. Sin embargo, es no se acerca a recuperar la pérdida del 11,6% sufrida entre 2007 y 2009, la mayor bajada bianual desde la Gran Depresión. Con el ajuste a la inflación, los trabajadores de bajos salarios están realmente ganando ahora menos que hace 50 años.

Esto nos lleva a la segunda fuente indeseable e injustificada de desigualdades de renta, que es la creación de dinero de la nada, o falsificación legal, de los bancos centrales. No debería sorprender que la creciente diferencia en desigualdades de renta haya coincidido con la adopción de divisas fiduciarias en todo el mundo. Todo dólar que crea el banco central beneficia a los primeros receptores del dinero (el gobierno y el sector bancario) a costa del resto de receptores tardíos, los asalariados y los pobres. Desde la creación de sistema de divisa fiduciaria en 1971, el dólar ha perdido el 82% de su valor, mientras que el sector bancario ha pasado de ser el 4% del PIB a más del 10% hoy.

El banco central no crea nada real, ni recursos, ni bienes ni servicios. Cuando crea dinero hace que aumente el precio de las transacciones. La teoría cuantitativa original del dinero relacionaba claramente dinero con el precio de algo que pueda comprar el dinero, incluyendo activos. Cuando el banco central crea dinero, intermediarios, fondos de inversión y bancos (los primeros en la cola) se benefician del aumento en la variabilidad y tendencia al alza de los precios de los activos. Asimismo, los contratos de futuros y otros productos derivados de tipos de cambio o de interés eran innecesarios antes de 1971, ya que la actividad de cobertura era casi innecesaria. El banco central es responsable de este riesgo adicional, la variabilidad y el aumento en los precios de los activos no justificado por los fundamentales.

El sector bancario ha podido aumentar significativamente sus beneficios o derechos sobre bienes y servicios. Sin embargo, más derechos por parte de un sector que esencialmente no crea nada de valor real, significa menos derechos sobre bienes reales y servicios para todos los demás. Por eso es ilegal la falsificación. Por tanto, el banco central ha estado desempeñando un papel esencial como un “Robin  Hood invertido”, al aumentar el pastel económico que va a los ricos y hundiendo lentamente a la clase media en la pobreza.

Janet Yellen  dijo recientemente: “Espero que (…) la inflación vuelva hacia nuestro objetivo a largo plazo del 2%”, demostrando su compromiso con una política institucionalizada de robo y redistribución de riqueza. El Banco Central Europeo no es mejor. Su estrategia de operaciones de refinanciación a largo plazo fue dar plazos a más largo plazo a bancos sobre colaterales de riesgo para comprar bonos públicos, que giraron rápidamente y depositaron en el banco central para más préstamos baratos para más bonos públicos. Esto no tiene nada que ver con la liquidez y todo que ver con aumentar los beneficios bancarios. Aun así, todo euro que crea el banco central es un impuesto a todos los que usan el euro. Es un impuesto a las existencias de caja. Es tomar del trabajador para dar a los banqueros europeos ricos. Es claramente una monetización por la puerta trasera de la deuda, con el sector bancario actuando como intermediario y llevándose una jugosa comisión. La misma lógica es aplicable a la redistribución creada pagando intereses sobre reservas a los bancos de EEUU.

Preocupado por las desigualdades de renta, el presidente Obama y los demócratas han sugerido impuestos aún mayores a los ricos y aumentar el salario mínimo. Se centran erróneamente en los resultados, en lugar de en la causas de las desigualdades de renta. Si lo consiguen, estarán tirando al niño con el agua sucia. Si son serios respecto de reducir las desigualdades de renta, deberían centrarse en su causa principal, el banco central.

En 1923, Alemania volvió a su divisa anterior a la guerra y el patrón oro esencialmente sin oro. Lo hizo prometiendo no volver a imprimir. Deberíamos hacer lo mismo.


Publicado el 20 de enero de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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