Un futuro de caminos y carreteras privados

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3416[Prólogo a The Privatization of Roads and Highways.Walter Block escribe: “Este libro se dedica a mis compatriotas estadounidenses, de los cuales 40.000 al año mueren innecesariamente en accidentes de tráfico. Espero sinceramente que bajo un sistema de caminos y carreteras privados este número se reduzca radicalmente”]

Defiendo la privatización completa, total y absoluta de todo camino, calle, carretera, desvío, avenida o cualquier otra vía para vehículos. Y hablo en serio, mortalmente en serio.

Esto se aleja tanto del análisis de las políticas públicas y de las preocupaciones de políticos, expertos y comentaristas, que poca gente se lo tomará en serio. No seas uno de ellos. Tu propia vida puede estar en juego. Pues más de 40.000 personas mueren cada año en las carreteras de la nación y tú o alguien a quieres podría algún día unirse a esta horrible lista.

Que no te engañen los comentarios habituales de que la causa real de las muertes en carretera es la velocidad, el alcohol, las averías en vehículos, los errores de conducción, etc. Son solo causas próximas. La causa última de que mueran como chinches en accidentes de tráfico es que quienes poseen y gestionan estos activos supuestamente en nombre del público, los distintos burócratas de las carreteras, no pueden ir más allá de la proverbial bolsa de papel. Son ellos y solo ellos los responsables de esta carnicería.

Esto no significa que si las carreteras fueran puestas en manos privadas, el peaje mortal sería cero. No lo sería. Pero al menos cada vez que la vida de alguien despareciera trágicamente, alguien en disposición de mejorar estas peligrosas condiciones perdería dinero y esto tiende, maravillosamente a centrar las mentes de los propietarios. Por eso no tenemos problemas similares con plátanos, canastas y bicicletas o la multitud de otros bienes y servicios que nos proporciona un sistema de (relativa) libre empresa.

Si las carreteras fueran empresas comerciales, como fueron en un momento de nuestra historia, y murieran más 40.000 personas al año, podéis apostar hasta vuestro último dólar a que Ted Kennedy y los de su calaña estarían realizando audiencia en el Senado sobre el tema. Se echaría la culpa al “capitalismo”, los “mercados”, la “avaricia”, es decir, a los sospechosos habituales. Pero son las autoridades públicas las responsables de esta matanza de inocentes.

¿Hay algo práctico que pueda hacerse para resolver este problema a corto plazo? Probablemente no. Pero no perdamos la esperanza. Justo antes del declive y caída del comunismo en Rusia y Europa Oriental. Pocos pensaban que este azote pronto desaparecería.

Otro beneficio del presente libro es que intenta demostrar la viabilidad, eficacia y, sí, la moralidad del sistema de empresa privada en ocuparse de un caso difícil. Si podemos establecer que la propiedad privada y el motivo del beneficio pueden funcionar incluso en “casos duros” como las carreteras, mejor será nuestra defensa  general en favor de la libre empresa.

El libro se organiza de acuerdo con el siguiente plan. Se expone la teoría básica de la privatización, específicamente aplicada a las carreteras. La defensa de la comercialización de este sector de la economía se realiza basándose en la mejora de la seguridad vial y la disminución de las congestiones de tráfico. Luego se aplica esta teoría a un grupo de asuntos relacionados, como el seguro de automóviles, la realización de desfiles en la vía pública y la inmigración. Nuestras disposiciones institucionales actuales se muestran como socialistas. Luego suponemos como dado el objetivo de privatizar las arterias de tráfico y nos centramos en el mismo proceso complejo de ir de aquí a allí: cuáles son los problemas de la transición, cómo pasarían las autoridades de una situación bajo su control a la determinación del mercado, etc. La siguiente parte del libro se dedica a ocuparse de objeciones a lo anterior. Se lanzan críticas a varios comentaristas, como Gordon Tullock, Lawrence White, Herbert Mohring y Robert Poole. El libro termina con una entrevista que me hicieron varios libertarios canadienses


Publicado el 16 de abril de 2009, Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe, El artículo original se encuentra aquí.

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