El futuro está descentralizado

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The Future Is Decentralized[Este artículo aparece en el número de septiembre-octubre de 2015 de The Austrian]

Los costes de centralizar información son mayores de lo que piensa la gente. Hasta que no han trabajado en organizaciones reales que tienen misiones como luchar en una guerra u obtener un beneficio, la gente tiende a infravalorar lo caro que puede ser centralizar información.

Si nuestra imagen mental del mundo es como la del jefe con el cabello de punta de los dibujos de Dilbert, tenderemos a favorecer las instituciones donde el conocimiento viene de la frontera del conocimiento y luego se traslada a la oficina central, donde los directores se sientan y deliberan. Luego los directores mandan ideas estúpidas de vuelta a la frontera.

Y eso describe bastante bien la forma en que los colectivistas quieren organizar el mundo. No quieren que haya consentimiento entre iguales, porque piensan que pueden ahorrar una buena cantidad de tiempo y costes si puede centralizarse todo.

Hayek entendía bien esto, especialmente en su artículo de 1945 “El uso del conocimiento en la sociedad”. Este artículo influyó en la obra de Thomas Sowell en sus libros  A Conflict of Visions y Knowledge and Decisions. Todas estas obras influyeron en mí.

Gracias a las obras de Hayek y Sowell, me he dado cuenta de que, ya estemos hablando de negocios o de asuntos sociales, la vida se resume en evitar los costes de centralizar información para algún poder superior que luego dispara órdenes.

Cómo crear organizaciones resistentes que usen información descentralizada

Sé que lo último que quiero ser es el director de Dilbert que se sienta en el rincón y piensa que tiene todas las respuestas. Conozco a la gente inteligente que este en primera línea, a la gente inteligente con las ideas, a la gente que entiende el mercado y el cliente. Así que mi trabajo es crear instituciones que dejen que se exprese esa inteligencia distribuida. Así que, en mis negocios, he creado varios mecanismos que permiten que la innovación llegue de la primera línea, de los agentes de clientes, de la gente de mercadotecnia.

Quiero una institución que pueda permitir que el conocimiento de 2.000 colegas forme las nuevas ideas y en la que sus colegas  puedan trabajar juntos para decidir cómo usar el conocimiento.

Quiero un sistema de innovación abierta. La sabiduría del grupo es mejor y más constantemente inteligente que la de cualquier persona individual.

Como propietario debo decir a veces: “Creo que te equivocas, tengo que vetarte”. Y, por su naturaleza, a veces, los empleados, por razones legales, no pueden saber todo acerca de la empresa. Pero, en su mayor parte, puedo dejar que la empresa funcione y, al dar a los empleados lo que necesitan, se hacen cada vez más inteligentes y hacen cada vez más.

Hay un campo que ha evolucionado en los últimos siete años llamado Empresa 2.0. La idea es usar tecnología en línea para mantener llanas las organizaciones y evitar jerarquías (y que la gente colabore a través de la tecnología). Un ejemplo muy sencillo de este modelo es Wikipedia, y muy relacionado con este está un campo llamado “gestión de ideas”. Pensad en ello como una caja de sugerencias supercompleja en la que la gente está realizando sugerencias y otra gente las está viendo. Luego la gente vota las sugerencias de otros aprobando o denegando. Por ejemplo, supongamos que se proponen 200 ideas en un periodo de un mes. Utilizando la gestión de ideas, hacemos que el grupo decida las diez mejores. Y luego hacemos que el grupo las clasifique y decida cuáles son las mejores y en cuáles deberíamos poner capital.

He aquí otro ejemplo: al final del año pasado, sabía que quería dar a mis empleados un aumento de 4 millones de dólares. Tenían muchas sugerencias, incluyendo cambios al plan 401k, más servicios de atención diaria o simplemente un aumento en la nómina. Di sus ideas al departamento de contabilidad para calcular cuánto costaría cada una. Pusimos un precio a cada una y devolvimos la lista a los 2.000 empleados. Las clasificaron y acabamos con una lista y fuimos bajando desde lo alto, hasta que llegamos a los 4 millones.

Así que cada vez más decisiones se toman en nuestra empresa, no por mí, sino por nuestra gente en general. La filosofía que subyace todo esto viene de Hayek y Mises: el verdadero conocimiento entre colegas está ahí fuera.

He hecho que el personal pueda saber cuánto costaría cada opción. Pero la verdad es que no sé cuál va a funcionar, pero he descubierto que cuando acudo al grupo, el resultado es más inteligente del que podría producir el grupo ejecutivo o yo mismo.

Por qué tenemos instituciones centralizadas de gobierno

Naturalmente, esto tiene aplicaciones mucho más allá de algunas empresas privadas. Cuando miramos al gobierno en Washington o a lo que está ocurriendo en Wall Street, vemos mucha descentralización. Pero en realidad nuestros objetivos deberían ser eliminar y superar estas instituciones centralizadas.

Y en años recientes hemos conseguido poderosas nuevas herramientas para hacer esto y la más importante de ellas es el block chain, que es el software detrás de Bitcoin. Pero es mucho más grande que solo Bitcoin.

No estoy seguro de que ni siquiera en nuestro movimiento prolibertad la gente entienda la importancia del block chain. Expliqué el tema con detalle en Wired, pero aún más importante fue un artículo reciente en Politico en el que se destacaba mi trabajo con el block chain, ya que era el problema central de intercambio consensual en el mercado.

Aquí es donde el block chain es más útil y revolucionario. Nos ayuda a superar el problema de la confianza mutua en el intercambio, lo que a su vez hace innecesarias muchas de nuestras instituciones centrales modernas.

¿Cuál es entonces el problema de la confianza en un intercambio mutuo? Bueno, si tengo un camello y me vas a dar una moneda de oro por él, tengo que confiar en que no hayas devaluado esta moneda.

Ciertos grupos intentarán entonces desarrollar un modelo de negocio que pueda ocuparse de este problema. Por ejemplo, una organización (es decir, un monarca) que tenga un monopolio de la violencia en alguna zona puede monetizar este monopolio diciendo: “Acuñaré monedas de oro y les pondré mi cara y si alguien trata de envilecer estas monedas, le mataré”.

Es solo un modelo de negocio y resulta que llamamos a ese modelo “gobierno”.

Así que la pregunta es: ¿podemos tener simplemente intercambio consensual o tenemos que elegir alguna institución central en la que podamos confiar, de forma que no tengamos que confiar uno en otro?

Por supuesto, hay muchos otros ejemplos de utilidad de las instituciones centralizadas en el intercambio. Si queremos comprar y vender tierras y confiamos el uno en el otro, podemos usar una institución centralizada llamada registro inmobiliario, que asegurará que los vendedores realmente poseen la tierra que están vendiendo. Los gobiernos de todo el mundo están implicados en esto todos los días. Y como explicaba Hernando de Soto en su libro El misterio del capital, es difícil que se forme capital cuando no sabes con seguridad quién lo posee.

Así que, a lo largo de la historia humana, hemos confiado en estas instituciones centralizadas para que nos ayuden a superar este problema de la confianza en los intercambios.

Pero, como sabemos, también hay problemas que derivan de estos sistemas.

Descentralizando Wall Street

No todas estas instituciones centralizadas son lo que llamamos gobierno. Sí, muchas de estas instituciones están dirigidas por tipos trajeados de Washington. Y algunos por tipos con togas. Algunas las regentan gente con galones y armas. Pero muchas las regentan tipos de Wall Street con trajes con chaleco.

Sin embargo Wall Street no es inmune al fraude y el abuso y este problema a menudo empeora por la centralización. Pero la mayoría de la gente no sabe cómo funcionan estas instituciones centralizadas.

Cuando ves una película, por ejemplo, sabes que hay cosas que están pasando fuera de la pantalla y probablemente supones que lo mismo pasa en Wall Street. Pero en Wall Street las cosas que ocurren fuera de la pantalla funcionan de un modo muy distinto del que piensas.

Desconocido para muchos, Wall Street ahora se basan en instituciones centralizadas que se crearon en la década de 1970, todas supuestamente para lograr lo que se llama “compensación”, que es el proceso a través del cual los valores cambian realmente de manos a cambio de pagos.

Las instituciones centralizadas se crearon para reemplazar a los viejos “corredores de bolsa”, que transportaban sacos de certificados de valores en los viejos tiempos, pero que no podían con el triplicado de volumen de intercambio que se produjo en la década de 1960.

Así que ahora tenemos estas instituciones que manejan el problema de las compensaciones controlando el flujo de información y las propias acciones. Pero han aparecido nuevo problemas como consecuencia de esto. Por ejemplo, en 2008 era bastante posible que Merrill Lynch te enviara un extracto a fin de mes que dijera que poseías 100 acciones de IBM y la misma cosa a otra gente. Pero en Merrill Lynch solo había 100 acciones. Decían a cinco personas distintas que tenían 100 acciones.

Normalmente no supondría ninguna diferencia. Pero en el fondo es un juego que se parece mucho a la banca de reserva fraccionaria.

Y como consecuencia el sistema fue saqueado e igual que si alguien practicara banca de reserva fraccionaria y no se lo dijera a nadie, alguien podía saquear esa caja y aprovecharse de los inversores durante mucho tiempo sin que nadie lo advirtiera.

Y en general, esto es lo que pasa cuando hay instituciones centralizadas.

Librándonos de la centralización

La clave para superar los problemas en estas instituciones centralizadas es el block chain. Porque, con él, por primera vez, ya no necesitamos estas instituciones centrales para la compensación o para garantizar el valor de las monedas o certificar propiedades de terrenos. Todas estas funciones pueden reemplazarse con un registro público transparente a prueba de alteraciones y que puede dejar claro y abierto a todos el valor y la propiedad. Es información descentralizada y no está controlada por ninguna organización central. Ya no necesitamos organizaciones centrales para controlar o proteger esta información. Utilizando el block chain, podemos abandonar estos sistemas (y muchos más) y las instituciones detrás de ellos. A su vez, esto extiende la toma de decisiones y el uso de conocimiento a un número mucho mayor de personas e instituciones. Las ventajas de la descentralización que ya están siendo empleadas en empresas privadas pueden así sentirse en toda la sociedad.

En otras palabras, con los block chains los liberales (los que hemos estado luchando contra el autoritarismo, ya sea socialismo o fascismo o “justicialismo social”, durante 500 años) ahora tenemos “la bomba” en esta pelea. Es algo nuevo.

Y por eso el block chain y yo obtuvimos tanta atención en respuesta a ese reciente artículo de Politico. Me dijeron que el artículo fue comentado por todo Washington. Y estaban hablando de él porque estas instituciones que se veían amenazadas se dieron cuenta de que tenían problemas.

El CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, por ejemplo, escribió una carta a sus accionistas en abril en la que básicamente perdía los papeles con el block chain. Decía a los accionistas que “Silicon Valley viene a comerse el almuerzo de Wall Street”. Desde que lo hizo, todos en Wall Street en los últimos tres meses (parece que cada día hay un nuevo anuncio de otras grandes empresas), ya sea UBS, Credit Suisse, Morgan Stanley, dicen “tenemos que estudiar y formar parte de esto”.

Pero para ellos es demasiado tarde. Hace un año y medio que empezamos en esto y hemos sido muy agresivos en el desarrollo de nuevos sistemas que desafíen a estas viejas instituciones centralizadas.

No hago esto porque quiera crear un nuevo monopolio. Por el contrario, quiero crear una bomba que haga estallar estas instituciones centralizadas.

Ya sea una empresa individual o una bolsa o toda una sociedad, sabemos (gracias a Hayek) que la información se usa mejor si no está centralizada y cuando no está siendo monopolizada por alguna institución centralizada. Sabemos que los sistemas llanos y no jerárquicos utilizan mejor la información. He tratado de hacer eso con mi propia empresa porque funciona mejor así. Y la sociedad en su conjunto funcionará también mejor si podemos librarnos de estas viejas instituciones y jerarquías. Nuevas innovaciones como el block chain pueden hacer esto posible.

Sabíamos cuando se creó Internet que iba a causar cambios profundos. Pero esta nueva invención y la revolución criptográfica van a ser más importantes que la propia Internet.


Publicado originalmente el 6 de octubre de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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