En camino hacia el estado servil

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En los meses recientes ha habido grandes discusiones acerca del cambio en los Estados Unidos. Por desgracia, durante los últimos dos siglos, la dirección hacia la que ha ido cambiando este país parece alejarse de la libertad y dirigirse hacia un mayor control. Los cambios actuales difícilmente puede decirse que no tengan precedentes y sin duda no eran imprevisibles. En este ensayo examinaré dos autores, Hilaire Belloc y F.A. Hayek, que presentan un análisis útil para nuestra situación presente.

Hillaire Belloc publica en 1912 The Servile State [El estado servil], en el que este inglés profetizaba que el mundo se dirigía hacia un restablecimiento de la esclavitud. Este libro causó mucha impresión en varios pensadores, incluyendo a F.A. Hayek. Hayek hizo una mención favorable a la obra de Belloc en Camino de Servidumbre, que retrata el mundo moderno como retornando de su avance de la esclavitud a la libertad.[1]

Belloc define al estado servil como “esa disposición de la sociedad en la que un número considerable de familias e individuos se ven obligadas por la ley positiva a trabajar a favor de otras familias o individuos hasta el punto de imprimir a toda la comunidad la marca de ese trabajo”.[2] Belloc advierte que “la condición servil permanece [como] una institución del estado”[3] y que

“el hombre libre puede rechazar su trabajo y utilizar ese rechazo como un instrumento con el cual negociar, mientras que el esclavo no tiene en absoluto ese instrumento de poder negociador, sino que su bienestar es dependiente de la  costumbre de la sociedad, apoyada por la regulación de esas leyes que puedan proteger y amparar al esclavo”.[4]

El estado servil no es la economía de mercado. Tampoco es simplemente socialismo. Más bien es una creación del estado para beneficiar a una clase, que se considera libre y para la que se perpetúa el sistema por la fuerza de la ley. Esencialmente, es un estado marcado por monopolios ratifícales creados por el gobierno. Hayek propuso el ascenso del nazismo como ejemplo de lo aquello de lo que nos advertía Belloc. La dirección que siguen los Estados Unidos bien podría ser otro caso.

Lo primero que viene a la mente es el debate sobre la sanidad. Ciertos artículos de la ley contienen una provisión obligando a una cobertura sanitaria de un nivel aceptable para el gobierno. Si una persona no contrata dicha cobertura, se le amenaza con una multa y posiblemente prisión por rechazar el cumplimiento.[5]Aquí tenemos una ley positiva obligando a una persona a trabajar (para pagar su cobertura) en beneficio de otros: en este caso el beneficio se vende como una forma de eliminar aprovechados y asegurar la justicia.

En segundo lugar, los datos del año fiscal 2007 muestran que el 50% superior de los contribuyentes estadounidenses paga ahora el 97% de todo el impuesto sobre la renta.(6) Al tiempo el Tax Policy Center afirma que el 47% de los propietarios estadounidenses de viviendas no pagan el impuesto federal sobre la renta.[7] En lo que se refiere al total de impuestos federales pagados, el 20% superior de los contribuyentes está pagando más del 69% de los impuestos, lo que es parte de una tendencia creciente.(8) La promesa de Obama de no subir los impuestos a la gente que gana menos de 250.000$ implica que este modelo probablemente continúe.[9]

En general, que se paguen menos impuestos es algo a celebrar. Sin embargo en este caso tenemos un grupo los “pagadores netos de impuestos” que provee el apoyo, cada vez en mayor grado, a otro grupo, los “perceptores netos de impuestos”. Esta es una forma de redistribución de ingresos mediante el peso de la ley federal. Cuando el número de “perceptores netos de impuestos” sobrepase el 50%, se habrá llegado a los requisitos del estado servil.

En Camino de Servidumbre, Hayek apunta que la tendencia hacia el socialismo y la esclavitud es un paso atrás en la evolución de la civilización occidental que se había alejado de la esclavitud y la centralización desde la caída de Roma. Hayek cree que este problema puede corregirse y que no es el fin inevitable de la cultura occidental.

Con el fin de justificar su afirmación de que la conexión gobierno-empresas no es necesaria para el éxito económico, cita un informe gubernamental afirmando que “la eficiencia superior de las grandes corporaciones no se ha demostrado”. El informe descubre que “el monopolio frecuentemente es producto de factores distintos de los costes menores de un mayor tamaño”. Estos factores incluyen “acuerdos en complicidad” y “políticas públicas”. Esta última frase está de acuerdo con la descripción del estado servil de Belloc, causado por gobiernos al servicio de los intereses de las empresas.[10] La principal diferencia entre Hayek y Belloc es que, al contrario que Hayek, Belloc creía que la marcha hacia el estado servil era un resultado natural de la inestabilidad del capitalismo.[11]

Generalmente se piensa en las políticas corporativistas como monopolios y gobiernos conspirando juntos para mantener al trabajador cautivo y sin esperanza d escapar. Esta es la imagen que presenta Belloc. La única característica del actual asalto a la libertad es que parece, a primera vista, ser lo contrario. Los “ricos” se están convirtiendo en los esclavos de los “pobres”.

El problema de este análisis es que en lugar de ayudar a los pobres contra los ricos, lo que está pasando realmente es que el gobierno se está expandiendo. Los perceptores netos de impuestos se convierten de facto en empleados del estado y por tanto no tienen ningún incentivo natural para alterar el estatus quo. Hacerlo sería literalmente morder la mano que les da de comer. De hecho, estos nuevos perceptores netos de impuestos, al ser dependientes de gobierno al menos en parte de sus subsistencia, son una clase esclava también en la definición de Belloc.[12]

¿Qué hace este gobierno expandido? Bueno, hasta ahora hemos sido testigos de la nacionalización de hecho del sector bancario y financiero, la descarada nacionalización de General Motors y ahora vemos intentos de socializar la medicina y continuar la expansión de la guerra en Afganistán. Así que al final la expansión del estado de bienestar se usa para legitimizar la expansión del estado corporativista y de guerra. Marchamos hacia la esclavitud, acompañados de canciones de justicia y cambio. Sin embargo, al final no hay nada nuevo bajo el sol.

[1] F. A. Hayek, Camino de servidumbre (Madrid: Alianza Editorial, 2002).
[2] Hilaire Belloc, The Servile State (London: T.N. Foulis, 1912), p. 16.
[3] Ibíd. p. 21.
[4] Ibíd. p. 17.
[5] “Pelosi: Buy a $15,000 Policy or Go to Jail”. Committee On Ways & Means Republicans.
(6) Gerald Prante, “Summary of Latest Federal Individual Income Tax Data“. The Tax Foundation.
[7] Jeanne Sahdadi, “47% Will Pay No Federal Income Tax”, CNNMoney.com, 3 de octubre de 2009.
(8) “Shares of Federal Tax Liabilities for All Households, by Comprehensive Household Income Quintile, 1979–2006”. Congressional Budget Office. Abril de 2009.
[9] John Kartch, “Obama’s $250,000 Tax Pledge Timeline”, Americans for Tax Reform, 21 de septiembre de 2009.
[10] Belloc, p. 16.
[11] Ibíd., p. 5. Creo que el error de Belloc en este punto deriva de su consideración del capitalismo en un marco democrático, que tiene tendencias implícitas hacia el estatismo y el socialismo. Un examen más detallado de este punto queda fuera del ámbito de este artículo.
[12] Belloc, p. 17.

Publicado el 3 de diciembre de 2009. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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