“Las lecciones más importantes consistentemente enseñadas por escuelas bajo el estado son las de obedecer a la autoridad arbitraria, de aceptar la imposición de las prioridades de otros sobre nuestras propias vidas, y de detener sus ensoñaciones. Cuando los niños empiezan la escuela, ellos se autoguían, son curiosos del mundo que les rodea, y creen que todo es posible. Cuando terminan, son cínicos, egocéntricos, y acostumbrados a dedicar 40 horas de su semana a una actividad que nunca escogen.”