¿Supone la crisis griega una amenaza a la economía mundial?

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La agencia de calificación Standard & Poor’s rebajó el 27 de abril la deuda pública griega al nivel de basura. Grecia ha sido calificada BB+, territorio oficial de la basura, por la S&P. Ahora está a la par con Azerbaiyán, Colombia, Panamá y Rumanía. El coste de pedir prestado griego en un bono a dos años estaba en torno al 1,3% el pasado noviembre. Para el 27 de abril el coste estaba en el 19%. Muchos comentaristas son de la opinión de que sin una ayuda financiera externa, el gobierno griego no podrá atender su deuda, que actualmente se cifra el alrededores de 280.000 millones de euros. En porcentaje de su PIB, la deuda suponía un 115% al acabar 2009. El impago de la deuda probablemente impida que el gobierno otorgue más dinero para financiar diversos proyectos, paralizando así la actividad económica, se dice.

Muchos comentaristas son de la opinión de que la crisis de la deuda griega probablemente afecte a muchas otras economías, poniendo así en marcha una nueva crisis financiera global. Esto a su vez, se dice, supone una amenaza a la actividad económica real en los próximos meses. Por eso varios expertos importantes reclaman una acción rápida, como el rescate de la economía griega, para evitar que el virus económico se extienda por todo el mundo. Sobre esto, los comentaristas son de la opinión de que el virus podría ya haber infectado a países como España y Portugal. Varios expertos han estimado que en porcentaje de PIB, la deuda pública de España podría saltar al 74% en 2011 desde un 66% en 2010 y un 54% en 2009. Las cifras de Portugal se estiman en un 91% en 2011, frente a un 85% en 2010 y un 77% en 2009.

¿Puede el gobierno financiar sus actividades sin contar con el sector privado?

Debe advertirse que el gobierno no puede financiar por sí mismo sus actividades dado que no es una entidad generadora de riqueza. El gobierno debe desviar riqueza real de los productores de riqueza para financiar sus actividades. El siguiente ejemplo sirve como ilustración.

En una economía compuesta por un panadero, un zapatero y un cultivador de tomates, entra en escena otro individuo. El individuo actúa por la fuerza, ejerciendo así su demanda de bienes. Advirtamos que éste no produce nada. Por tato, siempre que ejercita su demanda de bienes no ofrece nada a cambio. Consecuentemente, su demanda de bienes sólo puede empobrecer a los productores. El panadero, el zapatero y el hortelano se verán obligados a perder sus productos a cambio de nada. No es necesario decir que, con el paso del tiempo, esto debilita el flujo de producción de bienes de consumo. De acuerdo con Mises,

Es necesario resaltar la obviedad de que un gobierno sólo puede gastar e invertir lo que quita a sus ciudadanos y que este gasto e inversión adicionales recortan el gasto y la inversión de los ciudadanos por el total de esta cantidad.

De esto se deduce que como el gobierno no produce riqueza real, necesita el apoyo de los creadores de la misma en el sector privado. También se deduce que una implicación siempre creciente del gobierno en la economía disminuye la posibilidad de que el gobierno atienda su deuda.

Ahora, en 2009 los desembolsos del gobierno griego aumentaron un 104% desde 1999. También en España, los desembolsos del gobierno han continuado adelante, aumentando un 119% en 2009 respecto de 1999, mientras que en Irlanda la tasa de incremento se mantiene en el 157%.

Los incesantes aumentos en los desembolsos de los gobiernos implican un desvío persistente de ahorros reales de las actividades que generan riqueza a actividades no productivas, es decir, un consumo de capital real. Evidentemente, esto socava el proceso de generación de riqueza real. Así que ¿por qué debería una política fiscal laxa en Grecia causar un caos económico en otros países?

Suponemos que los desembolsos del gobierno griego no tienen efecto en los de los distintos gobiernos del mundo. Los políticos de los distintos países determinan el ritmo de implicación de sus gobiernos en la economía. Esto significa que la crisis de la deuda en Grecia no debería tener ningún efecto en la capacidad concreta de ningún país de generar riqueza real siempre que los desembolsos públicos se contengan.

Sin embargo, esto no es el caso de la mayoría de las economías, y en particular de la de Estados Unidos. Suponemos que los desembolsos públicos masivos también han dañado severamente allí el proceso de generación de la riqueza.

La deuda federal pendiente de EEUU se cifró en marzo en 12,8 billones de dólares y para fin de año podría estar en 14 billones. En porcentaje del PIB en marzo, la deuda se mantiene en un elevado 84%.

Advirtamos asimismo que al final del pasado año los desembolsos del gobierno aumentaron en casi un 90% respecto de 1999. Por supuesto, esto crea serias dudas sobre la presente alta calificación de la deuda pública de EEUU.

Otros factores importantes que socavan el proceso de generación de riqueza real son las imprudentes políticas monetarias de los bancos centrales.

La política de tipos del banco central de la Eurozona quedó en el 1% en abril, frente al 4,25% de agosto del año pasado. La tasa de crecimiento anual del balance del banco central (la inyección monetaria) aumentó desde noviembre de 2008 un elevado 55%.

En respuesta a esto, la tasa anual de crecimiento de nuestra medición monetaria del AMS subió un 15% respecto de agosto del año pasado. Este aumento masivo de oferta monetaria implica un gran incremento en el intercambio de algo por nada, es decir, un gran desvío de ahorros reales a los poseedores del dinero nuevamente creado. Todo esto se acumula en el debilitamiento del proceso de generación de riqueza real.

Debe mencionarse ahora que los miembros de la Eurozona no pueden imprimir moneda por su cuenta. Esto significa que están limitados en este aspecto por la política monetaria del banco central europeo. Sin embargo, como hemos visto, los miembros están menos limitados y tienen más libertad en relación con la política fiscal.

Suponemos que aquellos países miembros que siguen una política fiscal relativamente más conservadora están haciendo menos daño al proceso de generación de riqueza frente a los que han adoptado una postura más imprudente.

El efecto combinado de políticas fiscales y monetarias laxas se está manifestando actualmente en la llamada crisis de la deuda griega. Sostenemos que según pase el tiempo este efecto combinado probablemente se manifieste en otras economías de la Eurozona como Portugal, España e Irlanda.

En otros países, como Alemania, Francia e Italia prevemos menor daño al proceso de generación de riqueza a causa de sus desembolsos públicos relativamente más conservadores. En Francia, los desembolsos han aumentado un 49% en 2009 respecto de 1999, en Italia un 45% y en Alemania sólo un 18%.

Advirtamos de nuevo que la imprudente inyección monetaria del banco central europeo también ha infligido un gran daño a estas economías. Respecto de la imprudente política monetaria en Estados Unidos, unida a una muy laxa política fiscal, también prevemos dificultades para los generadores de riqueza en EEUU en los próximos meses.

Hasta abril, el objetivo de tipo de interés de los fondos federales se mantuvo en el 0,25%, frente al 5,25% de agosto del 2007. Observemos que la tasa de crecimiento anual del balance de la Fed ascendió al 153% en diciembre de 2008.

Como consecuencia, la tasa de crecimiento anual de nuestra medición monetaria para Estados Unidos saltó al 23% en agosto del año pasado. Suponemos que, al igual que el gobierno griego, el gobierno de EEUU también corre el riesgo de no ser capaz de atender su deuda si la capacidad del sector privado de generar riqueza se ha debilitado severamente, como sospechamos que podría ser el caso.

Podemos concluir que la amenaza a las economías mundiales no se debe a la crisis de la deuda de Grecia como tal, sino a las laxas políticas fiscales y monetarias de distintos gobiernos y bancos centrales.

Rescatar a Grecia no va a reducir la amenaza de otra crisis económica mientras sigan intactas las causas principales que socavan el proceso de generación de la riqueza. Por el contrario, rescatar Grecia u cualquier otra economía sólo debilitaría aún más el proceso mundial de generación de riqueza. (Advirtamos que el rescate de Grecia significa desviar ahorros reales de generadores de riqueza de otras economías). De acuerdo con Mises,

Un asunto esencial en la filosofía esencial del intervencionismo es la existencia de un fondo inacabable al que siempre puede acudirse. Todo el sistema de intervencionismo colapsa cuando su fuente se seca: el principio de Santa Claus se liquida a sí mismo.

Por tanto, lo que hace falta ahora para evitar un mayor debilitamiento del proceso de generación de riqueza real es recortar drásticamente los desembolsos gubernamentales y la inyección monetaria de los bancos centrales.

Sumario y conclusión

El 27 de abril la agencia de calificación S&P rebajó la deuda pública griega al nivel de basura. Muchos comentaristas opinan que sin ayuda externa, la economía griega puede caer en una grave crisis económica. Esto, se sostiene, podría infectar al resto de las economías mundiales. Por tanto, la mayoría de los expertos son de la opinión de que se requiere una acción rápida para evitar otra crisis económica mundial.

Sin embargo, nuestro análisis indica que la principal razón para una nueva crisis económica no es Grecia, sino las imprudentes políticas fiscales y monetarias de la mayoría de los gobiernos y bancos centrales. Suponemos que las políticas fiscales y monetarias laxas han socavado severamente la capacidad del sector privado de generar riqueza real.

Como consecuencia del debilitamiento del proceso de generación de riqueza real, la capacidad de los gobiernos para atender la deuda se ha visto severamente comprometida. Recordemos que el gobierno no es una entidad generadora de riqueza: sin el apoyo de los generadores de riqueza, no puede financiar sus actividades. Dada la presión sobre la capacidad de generar riqueza real, un rescate de Grecia o de cualquier otra economía sólo puede reducir la cantidad de riqueza real a disposición de los generadores de riqueza, haciendo por tanto las cosas mucho peores. Al contrario del pensamiento popular, lo que hace falta es recortar los desembolsos de gobierno y la capacidad de los bancos centrales de generar cantidades masivas de dinero a partir de “la nada”.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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