¿Cuántas veces ha escuchado “capitalista” usado como un insulto o un comentario despectivo? ¿Cuánta gente conoce que use variaciones sobre “capitalismo” para describir algo que no les gusta? Es un vicio que aparece de diversas formas. A medida que el movimiento del Tea Party ha aumentado en importancia ¿cuántas veces ha escuchado a gente denunciar al Presidente Obama como socialista?
Demasiado a menudo, la gente usa términos como “capitalismo” o “socialismo” descuidadamente porque no los entienden o porque las palabras resultan ser una retórica política barata pero eficaz (aunque inapropiada). La gran conversación sufre por ello.
Si vamos a tener una conversación con sentido acerca de instituciones políticas, culturales y sociales, primero tenemos que saber de qué estamos hablando. De eso trata mi participación en la Academia Mises. Del 31 de marzo al 11 de mayo daré el curso de la Academia Mises llamado Capitalism and Socialism.
Los debates sobre capitalismo, socialismo e intervencionismo a menudo se producen como si estuviéramos tratando de elegir entre dos grupos de instituciones igualmente viables, dependiendo la elección social de nuestra preferencia entre eficiencia y equidad, el grado en que nos preocupamos por los pobres y los oprimidos, el grado en que creemos que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos o lo que sea.
La defensa del capitalismo y el alegato contra el socialismo son más complejos que eso. En respuesta a los críticos del capitalismo que habían aparecido en el siglo XIX y se hicieron cada vez más sonoros al principio del siglo XX, Ludwig von Mises realizó una pregunta crítica acerca de una suposición socialista crítica: ¿era siquiera posible el cálculo económico bajo el sistema socialista, que supuestamente iba a producir superabundancia material? En resumen, Mises apuntaba que antes de tener discusiones sobre si el socialismo es deseable (o inevitable, como lo era en la opinión de Marx y sus seguidores), tenemos que preguntarnos si es siquiera posible. La respuesta de Mises era un directo “no”.
¿Por qué esta clase? Mi primer motivo es instrumental. Los intentos de implantar el socialismo en el siglo XX casi anegaron en sangre a la civilización. Por el bien de nuestros hijos, el socialismo es un error que no podemos permitirnos de nuevo.
Mi segunda motivación es intelectual. Socialismo e intervencionismo se basan en nudos complejos de errores. Si la verdad es importante, entonces es una discusión que tenemos que tener.
El entusiasmo por el socialismo y sus variantes persiste en el mundo académico y en todas partes; de hecho 2009 vio la publicación del breve tratado de G.A. Cohen Why Not Socialism?, que critiqué aquí, David Gordon critica aquí y James Otteson critica aquí. En palabras de Gordon, la apología del socialismo de Cohen es “puramente ética: deberíamos instituir el socialismo porque es un sistema moralmente superior al capitalismo”.
El año pasado expliqué “Por qué la economía es esencial para la ética”. A lo largo del curso de este año realizaremos una evaluación crítica de capitalismo y socialismo para ver cuál tiene una base moral más alta. Aquí está Ludwig von Mises en la página 346 de Teoría e historia:
Debe reiterarse que ningún razonamiento basado en los principios de la ética filosófica o del credo cristiano puede rechazar como fundamentalmente injusto un sistema económico que tiene éxito en mejorar las condiciones materiales de toda la gente y asignar el adjetivo “justo” a un sistema que tiende a extender la pobreza y el hambre. La evaluación de cualquier sistema económico debe hacerse con un cuidadoso análisis de sus efectos en el bienestar del pueblo, no con una apelación a un concepto arbitrario de justicia que se niega a tener totalmente en cuenta estos efectos.
Para cuando hayamos finalizado, habremos establecido qué sistema “tiene éxito en mejorar las condiciones materiales de toda la gente” y qué sistema “tiende a extender la pobreza y el hambre”.
Nos reuniremos una vez a la semana durante cinco semanas. En nuestra primera reunión, definiremos los términos “capitalismo” y “socialismo”, desentrañaremos exactamente qué significan y explicaremos la combinación de instituciones capitalistas y socialistas que constituyen las economías mixtas modernas. La segunda lección considerará el debate sobre el cálculo socialista y explicará nivel teórico por qué es imposible el socialismo puro. En resumen, evaluaremos el debate sobre si el socialismo puede producir abundancia material y estabilidad económica. En nuestra tercera lección exploraremos la cambiante crítica al capitalismo, que sostiene que ofrece abundancia material, pero a costa de otros valores. La cuarta lección explorará las consecuencias prácticas del capitalismo, el socialismo y el intervencionismo, y la inagotable popularidad del socialismo y el intervencionismo entre los intelectuales y otros comentaristas. En nuestra explicación final, deduciremos implicaciones de lo que hemos leído y discutido en relación a cómo entendemos el intervencionismo y los intentos de desarrollar una “tercera vía” entre un capitalismo puro y un socialismo puro.
Cada semana, daré clase durante alrededor de una hora y luego dejaré unos 30 minutos para preguntas y respuestas. Para cada sesión sugeriré cosas a leer, ver o escuchar: esto incluirá materiales introductorios, lecturas sobre las que basaré mis lecciones y sugerencias para un estudio avanzado para los estudiantes que quieran profundizar. Es una clase que implicará tan poco (o mucho) trabajo como usted quiera realizar.
Los errores y horrores del socialismo están desapareciendo de nuestra memoria. De hecho, dentro de unos pocos años no habrá nadie en edad universitaria que estuviera vivo cuando existía el muro de Berlín. Henry Hazlitt ha dicho que las buenas ideas tienen que volverse a aprender cada generación. Mi curso Capitalism and Socialism será un esfuerzo hacia ese fin. Espero que usted se nos una.
Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.