Basura municipalizada: incivilizada

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Conduciendo hoy hacia el trabajo, he visto cubos de basura rebosantes y contendores municipales llenos de basura. Huelen mal. Es desagradable. Es incivilizado. Hasta cierto punto es probablemente peligroso.

Es festivo, así que, por supuesto, los trabajadores públicos encargados de recoger estos desagradables desperdicios no pueden trabajar, aunque los trabajadores de la construcción de empresas privadas trabajen como bajas aprovechando el tiempo extra.

También esto es cierto para la basura de casa: se recoge una vez por semana (programadas) y no se puede hacer nada para que se haga más frecuentemente. Es parte del plan maestro, ya saben y si se genera más basura que la que puede contener el camión semanal, es tu problema, no de la ciudad.

El verdadero temor que tiene la gente respecto a la recogida privada de basura (que se acumularía y nadie haría nada con ella) se convierte en un argumento habitual para la recogida pública de basura. Pero vamos a verlo de otra forma. ¿Por qué?

Antes dejemos claro que la basura es un asunto serio. Los libertarios fueron reprendidos por William F. Buckley, con su mente llena de amenazas a las poblaciones con aniquilaciones nucleares, por ocuparse de cosas tan nimias como la recogida de basura.

“Sólo por la disposición de los conservadores al sacrificio con el fin de hacer frente al enemigo”, escribía Buckley en 1961, “pueden [los libertarios] disfrutar de su monasticismo y ocuparse en sus pequeños seminarios sobre desmunicipalizar o no la recogida de basura”.

Ah, sí, pequeños seminarios. Seminarios acerca de cosas como evitar la plaga. La humanidad tiene cierta experiencia con los resultados de eliminar adecuadamente la basura y es una experiencia mortal. Las plagas asolaban el mundo antiguo cada 50 años aproximadamente, extendiéndose precisamente a través de una falta de una buena sanidad. La peste negra en Europa podría haberse evitado con una mejor sanidad y un sistema decente de eliminación de basuras. Por esto los mayores avances en la recogida de basura aparecieron durante la Revolución Industrial.

Y aquí estamos en 2009 con basura apilada en las calles y apestando, bolsas llenas de piezas de animales (pollo, cerdo, vaca, pescado), pañales sucios, huevos podridos mezclados con crema restante de fiestas, montones que sirven de comedero para cucarachas y ratas. Esto en un pueblo que presume de su limpieza.

Y aguantamos todo esto igual que el correo que se pierde, los baches en las carreteras, escuelas destartaladas, dinero depreciado y un sistema judicial colapsado: porque estos servicios están monopolizados por el gobierno.

Ahora pueden emplear todos los argumentos sobre bienes públicos que quieran sobre carreteras y tribunales, pero la recogida de basura no es alta tecnología y podría manejarse fácilmente mediante el mercado. Todos queremos que se lleven la basura y cuanto antes mejor.

Esto significa que hay una demanda de mercado para el servicio. Puede hacerse dinero. La única forma de evitarlo es hacerlo ilegal.

Si se encargara el mercado, la recogida se haría indudablemente más de una vez por semana. No tendríamos que llevar nuestros contenedores al borde de la acera. De hecho podríamos ver muchas posibles opciones para las recogidas.

Si producimos más basura de la que “deberíamos”, no recibiríamos notas desagradables del municipio. Las compañías privadas de recogida estarían encantadas. Podríamos pagar por frecuencia de recogida o tal vez a peso. El mercado decidiría.

De hecho, los servicios de recogida de basura podría realmente caracterizarse por (ni lo pensemos) la innovación, como si estuviésemos a principios del siglo XX, cuando era principalmente privada. Nuestras casas podrían estar directamente conectadas a servicios subterráneos de transporte de basura que la retiraría al instante. Nuestras cocinas podrían tener tuberías de basuras altamente eficaces que podrían retirarla en cuanto la generáramos.

Pero a causa de esta espantosa tradición de municipalizar la recogida de basura (que podríamos calificar de sovietización) toda la industria está anclada en el pasado, completamente incapaz de mejoras e innovaciones.

Recibimos las noticias a través de fibra óptica, caminamos con pequeños teléfonos móviles que pueden conectar instantáneamente con cualquiera en cualquier momento y comprar digitalmente a cualquier vendedor del mundo. Pero en lo que se refiere a la basura, seguimos teniendo recogidas planificadas estrictamente una vez por semana realizadas por trabajadores pagados mediante impuestos conduciendo viejos monstruosos camiones.

En mi pueblo, hasta los cubos de basura los paga y son propiedad del gobierno, como si el sector privado aún tuviera que pensar cómo hacer un recipiente que contenga cosas.

¿Por qué persiste este sistema? He preguntado a algunas personas sobre ello y la respuesta normalmente se refiere a algún tipo de injerto. Gente poderosa fabrica los camiones, gestiona los vertederos y distribuye los contratos. Tal vez sí, pero ¿por qué aguantamos esto?

Parece como un plan graciosamente incuestionable: abrir este sistema a la propiedad privada y la competencia y por tanto a la innovación.

No me refiero sólo a subcontratar. Me refiero a abolir la recogida municipal de basura y permitir que la empresa privada se haga cargo completamente. Sencillamente no hay forma de que la mugre existente persista, pues ofende toda sensibilidad estética y puede generar un riesgo sanitario importante.

Respecto de la vieja afirmación conservadora de que los libertarios no se preocupaban lo suficiente acerca de las amenazas soviéticas y demasiado acerca de la recogida de basura, adviértase que la Unión Soviética ha desaparecido y el problema de la basura sigue entre nosotros.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.