El swap de rescate de la Eurozona de la Fed

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El martes, 26 de marzo de 2012, me invitaron Ron Paul y su equipo a asistir a una reunión del Subcomité de Política y Tecnología Monetaria Nacional en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara. El título de la audiencia era “Ayuda de la Reserva Federal a la Eurozona: Su impacto en EEUU y el dólar”.

Por desgracia, Ben Bernanke no acudió a la audiencia, ocupado en discursos de propaganda a favor de la Fed. En su lugar, dos de sus colegas, Mr. William C. Dudley (presidente y director ejecutivo jefe del Banco de la Reserva Federal en Nueva York) y el Dr. Steven B. Kamin (director de la División de Finanzas Internacionales del Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal), acudieron para responder a las preguntas del comité sobre swaps de divisas con otros bancos centrales.

La audiencia se ocupó principalmente del swap de divisas de la Fed con el BCE, que equivale a un rescate encubierto de bancos europeos.

Pero para empezar, ¿por qué necesitaban los bancos europeos ayuda de la Fed? Los bancos europeos habían tomado prestados dólares a corto plazo en mercados mayoristas internacionales y prestado estos dólares a empresas o familias de EEUU a largo plazo. El descalce de plazos es muy arriesgado, porque una vez que un banco no pueda renovar sus deudas a corto plazo se convierte en ilíquido.

El pasado año nos acercamos a una situación así. Los bancos europeos se habían visto presionados por sus gobiernos para comprar su deuda pública. Los bancos italianos es cargados de bonos públicos italianos, los bancos españoles con bonos españoles y así sucesivamente. Al aumentar la deuda soberana de nuevo en el verano de 2011 con gobiernos al borde del colapso, los bancos europeos tenían crecientes dificultades en renovar sus préstamos en dólares a corto plazo. Como el BCE solo puede imprimir euros, no dólares, los bancos europeos se pusieron nerviosos. Como los bancos de EEUU no querían prestar más a los bancos europeos, en septiembre de 2011 la Fed dio un paso adelante y rescató a los bancos europeos mediante swaps de divisas. Mediante los swaps, la Fed asumía su papel como prestamista internacional de último recurso.

Durante la crisis financiera entre 2007 y 2009, la Fed había rescatado bancos europeos principalmente mediante préstamos directos a filiales en Estados Unidos. Para esconder los rescates, la Fed utiliza ahora principalmente swaps de divisas. En el swap, la Fed vende dólares al BCE y los recompra luego al mismo precio, recibiendo intereses. Esta fórmula simula un préstamo en dólares al BCE en torno al 0,6% (un 0,5% por encima del tipo de los fondos federales). El BCE puede luego utilizar estos dólares para prestárselos a bancos europeos con problemas.

En la audiencia, los funcionarios de la Fed no niegan lo evidente: el rescate de los bancos europeos por la Fed. Más bien afirmaron que el rescate era básicamente una bicoca para los contribuyentes de EEUU, ya que obtendrían un beneficio casi libre de riesgos en forma de intereses de los swaps.

Además, los funcionarios de la Fed mantuvieron que el rescate era necesario porque un impago de los bancos europeos causaría inquietud en los mercados financieros. Debido a la interconectividad de los mercados financieros, los bancos de EEUU se meterían en problemas: los préstamos a particulares y empresas se verían afectados negativamente.

Por fin, aseguraron que la Fed acabaría con la política de swaps de rescate una vez se convierta en imprudente y los costes y riesgos de dicha política excedan los beneficios para el público de EEUU.
Analicemos estos asombrosos argumentos.

Primero, no es una bicoca, nadie da algo por nada: ni siquiera la Fed, el creador final de dinero. Recordemos simplemente que los bancos de EEUU no querían prestar a los bancos europeos porque lo consideraban demasiado arriesgado. No siquiera el swap del banco central está libre de riesgo. Es verdad que la Fed ha dejado fijo el tipo de cambio y espera recuperar la misma cantidad de dólares más los intereses. Pero permanece el riesgo en la contraparte: ¿qué pasa si cae el BCE? Entonces los acreedores, incluyendo a la Fed, se apropiarán de los activos del BCE. Los acreedores recibirían activos comos bonos públicos griegos o préstamos a bancos portugueses. Estos bancos dependen de las líneas de liquidez del BCE y están colateralizados con bonos emitidos por el gobierno portugués, que asimismo depende del BCE para apoyarlo.

Al final, la balanza del BCE está respaldada en gran medida por bonos de gobiernos insolventes que se mantienen a flote solo gracias a las promesas del BCE de seguir imprimiendo dinero y la promesa de apoyo de los contribuyentes alemanes.

Aunque no parezca inminente una quiebra del BCE, éste ha aumentado su capital para afrontar pérdidas potenciales ya en 2010, y el Bundesbank aumentó su provisiones para pérdidas en 2011. Entretanto, el BCE ha comprado aún más deuda pública griega. El BCE es probablemente un de los bancos más altamente apalancados de la historia.

Por supuesto, la Fed espera que los gobiernos de la Eurozona siempre recapitalicen al BCE si es necesario, así que en definitiva los contribuyentes devolverán los dólares a la Fed. ¿Pero qué pasa si Alemania abandona la Eurozona? Aunque esto sea improbable a corto plazo, existe la posibilidad a largo plazo. Entonces los gobiernos del sur de Europa impagarían su deuda y arrastrarían a sus bancos y al BCE con ellos. ¿Quién pagará entonces los swaps de dólares a la Fed?

El swap tampoco es una bicoca ya que implica costes de oportunidad. Absteniéndose de producir dólares y prestárselos al BCE, la oferta de dólares de EEUU sería menor y estaría respaldada por activos de mejor calidad (no indirectamente por bonos públicos griegos). La producción de dólares implica un redistribución a favor de los primeros receptores de los nuevos dólares, el BCE, los bancos europeos y sus tomadores de préstamos (principalmente gobiernos irresponsables e insolventes) en perjuicio de los últimos receptores, principalmente los ciudadanos de EEUU, que se encuentran con un dólar devaluado.

Hay otros costes de oportunidad. La Fed podía haber producido la misma cantidad de dólares y no invertirlos en los swaps del banco central. Estos swaps consiguen muy poco interés. En lugar de swaps, la Fed podría haber comprado otros activos, como acciones de Apple u oro, que podían aumentar más su valor.

Uno de los costes de la operación de swap reconocido por los funcionarios en la audiencia es el riesgo moral creado. Los bancos y gobiernos del mundo entero pueden esperar que la Fed venga también en su rescate, especialmente si están bien relacionados con el sistema financiero de EEUU. Así que no hay razón para ser prudentes.

Sin embargo, los mayores costes de los swaps pueden ser otros. Mediante los swaps, la Fed está ayudando al BCE a rescatar bancos europeos que financian a gobiernos insolventes e irresponsables. La Fed está rescatando indirectamente a países como Grecia, Portugal y España, devaluando el dólar. Gracias a los rescates, continúa el proyecto político del euro. Sin los swaps, algunos bancos europeos podrían haber quebrado y con ellos sus soberanías. Gracias a los swaps, la Eurozona sigue intacta.

El proyecto del euro lleva a un fondo de rescate en constante aumento y gradualmente a una unión fiscal y una mayor centralización. Hay a la vista un gobierno financiero europeo y un superestado europeo que muy probablemente derogara la competencia fiscal en Europa. Por tanto, el mayor coste de la política de la Fed puede ser la libertad en Europa.

Los funcionarios del Fed también dejaron claro que piensan que el acuerdo del swap beneficia al público de EEUU al eliminar tribulaciones a bancos de EEUU y mercados financieros. La Fed no quiere que caigan los mercados bursátiles o aumenten los tipos de interés. Para ellos, los tipos bajos de interés son la panacea para todos los males económicos. Si embargo, hacer que los tipos bajos de interés vuelvan a niveles más normales no es un desastre. Las inversiones sostenibles siempre están restringidos por el ahorro real rebajar los tipos de interés no aumenta la cantidad de ahorro real en absoluto. Además, una característica importante de una economía de mercado es que la gente asuma la responsabilidad por sus acciones. Si los bancos de EEUU han concedido préstamos a bancos y gobiernos europeos, deberían asumir sus pérdidas por su arriesgado comportamiento.

Finalmente, la Fed afirma ser prudente. ¿Pero cómo puede la Fed conocer el punto en el que ya no es prudente rescatar bancos extranjeros? ¿Cómo puede saber cuándo los costes de los rescates empiezan a exceder los beneficios para el público de EEUU? ¿Cómo pueden saber qué es lo mejor para Estados Unidos? Las comparaciones de utilidad interpersonal son arbitrarias. Gracias a los rescates, algunos bancos pueden ganar, algunos accionistas pueden ganar, pero a costa de la libertad en Europa y en detrimento de los usuarios de dólares. Además, los rescates producen riesgos morales, crisis y pérdidas para individuos en el futuro. Aún así, la Fed afirma saber qué hacer: ingeniería social de primera clase (o, como diría Hayek, una arrogancia fatal por parte de los planificadores centrales, bancarios en este caso).

En resumen, la Fed ha asumido que la tarea de rescatar al sector financiero y los gobiernos de todo el mundo envileciendo el dólar. Los funcionarios de la Fed afirman saber que los swaps de rescate son básicamente una bicoca para los contribuyentes de EEUU y algo prudente. Gracias a Dios que el mundo está en tan buenas manos.


Philipp Bagus es profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. Es autor de La tragedia del euro y coautor de Deep Freeze: Iceland’s Economic Collapse.  Vea su sitio web.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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