Alexander Gray sobre Mises

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Alexander Gray (1882-1968) es mi historiador del pensamiento económico favorito. Profesor escocés de economía política, primero en la Universidad de Aberdeen y luego en la universidad de Edimburgo, los ensayos de Gray no son voluminosos, pero sus dos obras maestras, The Development of Economic Doctrine (1931) y The Socialist Tradition (1946), son ingeniosas, satíricas y muy perspicaces. La demolición de los autores socialistas por Gray fue acertada y devastadora. Gray fue asimismo un poeta y traductor de poesía al lenguaje escocés y sabemos que “sus traducciones al escocés popular de baladas europeas y de Heine estaban llenas de sensibilidad y eran muy admiradas”.#

Un ejemplo de la destreza de Gray en desarbolar a los socialistas, combinado con su amor al dialecto escocés, es su explicación del comunista francés del siglo XVIII, François-Noël (“Gracchus”) Babeuf. Revolucionario igualitario, Babeuf deseaba “la aniquilación de todas las cosas, confiando en que del polvo de la destrucción surgiría una ciudad justa. Y animado por esa esperanza”, añade Gray, “qué alegremente habría esperado a ser polvo”.#

Siempre supe que Gray simpatizaba con la escuela austriaca y su capítulo final sobre los austriacos en su Development no era en absoluto satírico. Pero aún así, me sorprendió y agradó encontrar un maravilloso agradecimiento a Ludwig von Mises en el Prólogo de la “Segunda Edición” de The Socialist Tradition, escrito en diciembre de 1946.

En medio de un clima de una Gran Bretaña cada vez más socialista, Gray escribe sobre laissez-faire y continúa con una cita sobre la soberanía del los consumidores y los empresarios de Gobierno omnipotente, de Mises, precediendo la cita diciendo que “el Profesor Mises, cuya inquebrantable fe en el laissez-faire no se ha visto empañada, expresa este punto de vista admirablemente”.

Gray usa después su profundo conocimiento poético para decir que la opinión de Mises “hoy, en su extremo, es como la voz de un Abdiel económico”.

Abdiel, en El Paraíso perdido de Milton, fue el único de los serafines (la orden superior de los ángeles) que se mantuvo leal a Dios y rechazó unirse a la rebelión de Satán.

En un elogio a Mises, Gray añade luego esta conmovedora cita de El Paraíso perdido sobre Abdiel:

Entre los innumerables falsos, inmóvil,
Inalterado, inseducible, inaterrorizable,
Mantiene su lealtad (…).
Ningún número, ningún ejemplo, funciona con él
Para desviarle de la verdad o cambiar su mente constante,
Aunque esté solo.#

 


Este artículo se envió originalmente a la Austrian Economics Newsletter, pero no se ha publicado previamente.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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