Podríais tener la impresión de que todo el mundo ha pasado de la cerveza al vino tinto o de que todo el mundo ha pasado de la Budweiser a cervezas exclusivas, cervezas caseras y cervezas de alta densidad. Sin embargo, no excluimos el buen y antiguo cóctel estadounidense. Es verdad que la cerveza ha perdido mercado y el vino lo ha ganado, pero con mucho el mayor ganador en años recientes ha sido el licor (whisky, ginebra, vodka, etc.), particularmente los productos de alto precio.
Ha habido una tremenda innovación en el cóctel estadounidense en años recientes, con el número de posibles cócteles más allá de la capacidad de los barmans más veteranos. Un sitio web que visité recientemente lista más de 500 cócteles diferentes, pero en realidad hay miles y por supuesto los barmans a menudo tienen sus propias especialidades y variaciones sobre los clásicos. Otra evolución es el cóctel envejecido, que se mezcla previamente y almacena en barriles de madera para desarrollar un sabor más profundo. Sin embargo, la última innovación es problemática: el martini de desinfectante de manos.
Muchos cócteles tienen nombres provocativos como sexo en la playa, pezón resbaladizo o el alarido del orgasmo. Otros tienen nombres más amenazadores como prisión de Alabama, zombi o kamikaze. Parecería que el cóctel es la bebida elegida en los “antros de perdición” y la “cámara de los horrores”.
En realidad, hacer cócteles indica gusto, seguridad y nutrición. Mirad solo los ingredientes típicos que se añaden a los distintos tipos de bebidas alcohólicas para hacer cócteles. Los ingredientes normalmente mejoran el sabor, diluyen el producto final, ponen calorías alimenticias en tu estómago y añaden ingredientes nutricionales clave que compensan algunos de los efectos negativos del alcohol.
Tomemos por ejemplo el martini. La ginebra se convierte en martini por un proceso que rebaja su temperatura, añade agua y vino y luego se decora con varias aceitunas en un palillo. Reducir la temperatura y añadir vino mejora el sabor de la ginebra. Añadir agua (del hielo) y vino diluye el licor. Las aceitunas añaden unas pocas calorías alimenticias en forma de omega-3 y 6 ácidos grasos, mientras que la pimienta añade vitaminas A y C junto con trazas de varios nutrientes.
¿Qué pasa con la granadina? Sin duda un jarabe rojo azucarado no puede ser bueno para ti. ¡Este sitio web lista 918 cócteles que contienen granadina! Te podría sorprender saber que la granadina se hace con granada, un super antioxidante. Además de antioxidantes, la granadina añade agua y azúcar, así que diluye los licores líquidos y añade calorías alimenticias.
Los cócteles añaden cosas como fruta (naranjas, guindas), zumos de frutas (piña), cítricos (limones y limas), hierbas (genciana, semilla de apio), huevos, chocolate, café, crema, zumo de tomate, verduras (apio, zanahorias, ajo, cebollas) y por supuesto aceitunas sazonadas con pimiento, ajo, jalapeños o anchoas. Estos ingredientes hacen que los licores sepan mejor, diluyen el contenido del alcohol en términos de contenido líquido y calorías y hacen más nutritivas las bebidas.
No es el caso del martini de desinfectante de manos. Con un 62% de alcohol, el desinfectante de manos que viene en botellas dispensadoras solo se ve superado por el ron Bacardi 151 (que tiene un 75% de alcohol y es prácticamente imposible de beber solo).
Parece que los menores han descubierto que este producto es una forma sencilla de echar mano a algo de alcohol. Puede procesarse para eliminar sus componentes de gel y pueden añadirse otros ingredientes para ocultar el gusto y olor o puede echarse directamente de la botella a la boca (advertencia: lenguaje soez).
Evidentemente es algo peligroso. Con unos pocos chorritos estás intoxicado y unos pocos más y los menores más pequeños, especialmente las chicas, están completamente embriagadas. No es solo el alcohol en alta concentración, sino que está mezclado con productos químicos que no están pensados para el consumo humano. Puede causar una gran variedad de problemas físicos y mentales, algunos de los cuales son permanentes. Como resultado, varias docenas de menores han acabado en urgencias con envenenamiento por alcohol. Además, es altamente inflamable. Menores borrachos echando líquido inflamable en sus bocas ¿puede haber algo peor?
Resulta que a los padres les indigna esta situación. Los profesores de escuela y las fuerzas del orden también se han puesto en alerta. Se ha quitado el desinfectante de manos en algunos lugares públicos este año, justo a tiempo para la temporada de gripe. Naturalmente, la gente se pregunta: ¿Cómo pueden ser tan estúpidos algunos menores?
Bueno, la verdad es que no es en realidad culpa de los menores. Es culpa de padres, profesores de escuela y fuerzas del orden. Son ellos los votantes y han decidido y construido el entorno en el que se encuentran los menores. Los menores no pueden votar y tienen poco control o responsabilidad sobre sus vidas.
No es normal que a los menores se les prohíba públicamente la compra y consumo de productos alcohólicos. Lo normal es que los niños empiecen a consumir bebidas alcohólicas diluidas en un entorno familiar para que aprendan los límites y peligros del alcohol y los patrones normales de comportamiento en ese entorno. Productos alcohólicos como la cerveza y el vino son bebidas alimenticias que los humanos han estado consumiendo durante miles de años.
Es especialmente importante para los menores consumir estos productos con moderación. Todos los productos tendrían que consumirse con moderación, pero hay riesgos adicionales que tiene que enseñarse a los menores, especialmente a las menores pequeñas, igual que pasa con las armas, las cortadoras de césped y las planchas de vapor.
La prohibición rompe esa conexión familiar y dice a los menores que están solos y dejados de la mano de Dios. Es algo en lo que los jóvenes son especialmente buenos: en pensar y desarrollar sus propios planes para evitar cualquier restricción ideada por padres, profesores y estado. Esto parece especialmente cierto para los jóvenes varones, algunos de los cuales no parecen tener límites para el riesgo, el peligro y la estupidez. Y ahora que tenemos correo electrónico, medios sociales y YouTube, una vez que un joven encuentra una vía, todos los demás también la encuentran.
¿Cómo podemos evitar que los menores beban este peligroso desinfectante de manos? Padres, políticos y policía están parados y son incluso remisos a discutir el asunto.
Sin embargo, la respuesta es sencilla. La forma de evitar que los menores beban desinfectante de manos es acabar con la prohibición del alcohol a los adultos jóvenes y permitir a los padres comprar y servir productos alcohólicos a sus hijos menores (de menos de 18 o 16 años).
Ningún país civilizado salvo Estados Unidos prohíbe comprar cerveza con 18 años. Eso indica claramente que nuestra edad de bebida de 21 años es incivilizada. Todos los demás países con leyes de 21 años son dictaduras represivas y desagradables. Aparentemente, esa es la masa con la que estamos de acuerdo en lo que se refiere a jóvenes adultos y alcohol. A nadie debería sorprenderle que nuestros jóvenes se rebelen contra esto y hagan cosas estúpidas como beber desinfectante de manos. La ley nacional de edad para beber debería derogarse, las leyes estatales deberían reducirse y los padres deberían ser libres de dar alcohol a sus hijos.
Algunos lectores podrían no estar convencidos y estar contemplando formas de ocuparse del asunto del desinfectante de manos. Dejadme aseguraros que hay una cantidad casi ilimitada de productos químicos, productos al por menor, plantas, hierbas, especias y medicinas que te pueden emborrachar. Los menores acabarían encontrando estos sustitutivos, que son aún más peligrosos, especialmente manejados por aficionados.
[Mark Thornton estará impartiendo Alcohol, Drugs, and Prohibition, un curso en línea para la Academia Mises en 6 lecciones en 3 semanas, del 31 de mayo al 24 de junio de 2012]Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.