El martes, 1 de mayo de 2012, JPMorgan Chase dijo haber sufrido una pérdida comercial de 2.000 millones de dólares. Algunos comentaristas han sugerido que la enorme pérdida deriva del llamado “proprietary trading” o hacer apuestas arriesgadas utilizando dinero del banco. La pérdida aumentó la credibilidad de la regla de Volcker, que restringe a los bancos el comerciar con su propio dinero. A pesar de la gran pérdida de JPMorgan Chase, los opositores a la regla de Volcker son de la opinión de que la regla, si se aplica, solo desestabilizaría los mercados financieros y empeoraría mucho más las cosas. Por tanto, les gustaría permitir que las fuerzas del mercado hagan su trabajo.
¿Equivalen siempre menos controles bancarios a un mercado libre?
Los defensores de un menor control del sector bancario sostienen que menos restricciones implican un mejor uso de recursos escasos, lo que lleva a la generación de más riqueza real.
Es verdad que un entorno de banca libre es un agente de promoción de riqueza a través del uso eficiente de recursos reales escasos, mientras que la banca controlada dificulta el proceso de formación de riqueza real. Sin embargo los opositores a la regla de Volcker olvidan que el sistema bancario actual no tiene nada que ver con la banca libre y por tanto con un mercado libre.
Lo que tenemos actualmente es un sistema bancario dentro del marco del banco central, que promueve la inflación monetaria y la destrucción del proceso de generación de riqueza real a través de la banca de reserva fraccionaria. En el sistema actual, cuanto menos restringidos estén los bancos, más dinero puede crearse de la nada y por tanto mayor daño puede infligirse en el proceso de generación de riqueza. Esto debe contrastarse con la verdadera banca libre, es decir, la ausencia de un banco central, donde es mínimo el potencial de creación de dinero de la nada.
Hemos demostrado en otro momento que en un entorno de banca libre con muchos bancos en competencia, si un banco concreto intenta expandir el crédito practicando banca de reserva fraccionaria, corre el riesgo de verse “atrapado”. Así que es bastante probable que en una economía de libre mercado, la amenaza de quiebra llevara al mínimo la práctica de la banca de reserva fraccionaria.
La existencia de un banco central estimula la banca de reserva fraccionaria
Sin embargo no pasa lo mismo en caso de que exista un banco central. Por medio de la política monetaria, a la que también se llama la gestión de reservas del sistema bancario, el banco central permite la existencia de la banca de reserva fraccionaria y por tanto la creación de dinero de la nada.
El sistema moderno de banca puede verse como un enorme monopolio guiado y coordinado por el banco central. Los bancos en este marco pueden considerarse como “sucursales” del banco central.
En todos los sentidos, el sistema bancario puede verse como compuesto por un banco. (Fijémonos en que un banco monopolista puede practicar la banca de reserva fraccionaria sin correr el riesgo de verse “atrapado”).
A través de la actual gestión monetaria (es decir, la inyección monetaria), el banco central se asegura de que todos los bancos se dedican conjuntamente a la expansión del crédito creado de la nada. La expansión conjunta garantiza a su vez que se compensan entre sí los cheques presentados al cobro por los bancos. Por medio de inyecciones monetarias, el banco central se asegura de que el sistema bancario es “suficientemente líquido” como para que los bancos no se hagan quebrar entre ellos.
El mito de la desregulación financiera
Antes de la desregulación financiera de la década de 1980, teníamos banca controlada. La conducta de los bancos era guiada por el banco central. Con este tipo de entorno, los márgenes de beneficio del banco estaban casi predeterminados (la Fed imponía máximos en tipos de interés y tipos de interés controlados a corto plazo), de ahí que la “vida” de los bancos fuera bastante fácil, casi aburrida.
La introducción de la desregulación financiera y el desmantelamiento de la Ley Glass-Steagall cambiaron todo eso. El entorno desregulado generó una feroz competencia entre bancos. Los márgenes antes fijos se vieron severamente recortados. Esto a su vez requería un aumento en los volúmenes de préstamos para mantener el nivel de los beneficios.
En el presente marco de banca centralizada, este aumentó culminó con la explosión en la creación de dinero de la nada: una explosión masiva en la oferta monetaria. (En el entorno desregulado, se ha incrementado enormemente la capacidad de los bancos de amplificar las inyecciones de la Fed).
En lugar de promover una asignación eficiente de ahorros reales, el actual sistema monetario calificado como desregulado ha estado estimulando la creación de dinero de la nada a lo largo de la economía. De esto se sigue que, en el marco del actual sistema monetario, para reducir un mayor debilitamiento de los procesos de generación de riqueza real, es necesario introducir controles más duros en los bancos. Murray Rothbard escribía:
Muchos defensores del libre mercado se preguntan: ¿cómo es que soy un defensor de los mercados libres, la privatización y la desregulación en todo lo demás, pero no en el sistema bancario? La respuesta debería estar ahora clara: La banca no es un sector legítimo, mientras continúe siendo un sistema de banca de reserva fraccionaria: es decir, la creación fraudulenta de contratos que son imposibles de cumplir. (Making Economic Sense, p. 279)
Tengamos en cuenta que no sugerimos aquí suprimir el libre mercado, sino eliminar la capacidad de los bancos de generar crédito de la nada. Advirtamos por favor que el actual sistema bancario no tiene nada que ver con una verdadera economía de libre mercado.
Sin embargo, debe reiterarse aquí que más controles dentro del marco de la banca central solo pueden ralentizar el ritmo de erosión de la formación de riqueza real. No pueden impedir la erosión como tal. (Recordemos que la Fed continúa inyectando dinero para dirigir la economía). Más controles suprimirían la capacidad de los bancos de amplificar significativamente las inyecciones de la Fed, así que en este sentido es preferible a un sector bancario calificado como desregulado.
Resumen y conclusiones
De acuerdo con algunos comentaristas, la enorme pérdida de 2.000 millones de dólares por parte de JPMorgan Chase, causada por las arriesgadas apuestas realizadas utilizando el dinero del banco, aumenta la necesidad de implantar la regla de Volcker (más controles en las actividades de los bancos). Los críticos de la regla de Volcker son de la opinión de que solo empeoraría las cosas al dificultar la asignación eficiente de recursos reales escasos. Nuestro análisis sostiene que mientras tengamos un banco central, para minimizar el daño que infligen sus políticas, tiene sentido imponer controles más severos a los bancos. Es el banco central el que permite a los bancos practicar la banca de reserva fraccionaria, contaminando así la economía con dinero creado de la nada. Por supuesto, una mejor alternativa es tener una banca verdaderamente libre sin banco central.
Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.