En el día de inocentes de este año, el residente en Nuevo México, Mark Hershiser, recibió una carta de Erika Wodinsky, una abogada de San Francisco, reclamando que Hershiser facturara todos los ingresos de Native Essence Herb Company, una pequeña empresa copropiedad de Hershiser y su esposa Marianne. La carta no era una broma o un error. Era un acto premeditado de extorsión de la Sra. Wodinsky. Nunca se había reunido o había hablado con Hershiser: su equipo descubrió Native Essence a través de su modesto sitio web.
Los engaños y robos son comunes en Internet. Lo que distingue a Erika Wodinsky de un banquero nigeriano o un pedófilo es que es la directora adjunta de la oficina de San Francisco de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés). Su personal dedica su tiempo a peinar Internet en busca de propietarios de pequeñas empresas, como los Hershiser, que venden hierbas y remedios herbales a clientes interesados. La FTC se dirige habitualmente contra ese tipo de empresas como parte de su misión de “protección al consumidor”, que en la práctica no tiene nada que ver con los consumidores reales.
La carta de reclamación de la Sra. Wodinsky decía que su oficina había realizado una “investigación no pública” de Native Essence y determinado que el sitio web de la empresa contenía “afirmaciones falsas o no justificadas” que “inducían” a los clientes a comprar ciertos productos herbales. Precisamente esto es una afirmación falsa. Ni la Sra. Wodinsky ni su personal entrevistaron nunca a ningún cliente de Native Essence. De hecho, muchas de las afirmaciones del sitio web consideradas ilegales por la Sra. Wodinsky ofrecían testimonios de primera mano alabando los productos y el servicio a los clientes de Native Essence.
Pero en los casos de “protección al consumidor”, la FTC no tiene que alegar o probar ningún daño real al consumidor. Por el contrario, burócratas de nivel medio como la Sra. Wodinsky sustituyen simplemente con su propio juicio al de los clientes de un negocio. Como ella no compraría productos de Native Essence basándose en el sitio web de la compañía, tampoco debería hacerlo nadie más. Cada vez que un funcionario de la FTC se muestra de acuerdo con el contenido de un sitio web, de ello se deduce lógicamente que el operador de dicho sitio web está realizando “afirmaciones falsas o no justificadas” que violan el Acta de la Comisión Federal de Comercio de 1917.
Tras haber llegado a una determinación unilateral de que el sitio web de Native Essence debería censurarse, la Sra. Wodinsky ofrece a los Hershiser una alternativa sencilla: firmar un “acuerdo de liquidación” incluido en la carta, donde ella ya ha decidido los términos del mismo, o afrontar un proceso contencioso administrativo controlado por la FTC. Por supuesto, si optan por litigar, la Sra. Wodinsky pediría a un juez federal que pusiera a Native Essence bajo administración pública y embargara todos los bienes personales de la pareja para asegurarse de que no puedan defenderse.
Sin embargo, el “acuerdo de liquidación” no es una opción mucho mejor. Bajo sus términos, Native Essence y los Hershiser individualmente quedarían bajo el control de la FTC durante los próximos diez años. Esto significaría, entre otras cosas, que todos los registros empresariales de la pareja (para cualquier negocio que tengan hoy o en el futuro) estarían sujetos a investigación y apropiación por parte de la FTC sin orden judicial: registros contables, registros de personal, ficheros de clientes (incluyendo nombres, direcciones, cantidades pagadas y productos adquiridos), publicidad y materiales promocionales, todo estaría bajo el control de la FTC.
El “acuerdo” también requeriría que los Hershiser y Native Essence entregaran todo el dinero obtenido por la venta de sus productos al Tesoro de EEUU. En teoría, la FTC administraría la devolución a los clientes “perjudicados”, pero como no hay clientes perjudicados, el dinero simplemente permanecería en el Tesoro “para su restitución”. Y como la FTC no sabe cuánto dinero ganaron los Hershiser, formularios de declaración financiera detallada acompañaban al “acuerdo” propuesto para Native Essence y los Hershiser individualmente.
La mayoría de lo receptores de las cartas de la Sra. Wodinsky y otros burócratas regionales de la FTC simplemente firman el “acuerdo de liquidación” e imploran piedad. Los Hershiser hicieron lo contrario: presentaron una demanda de interdicción contra la FTC en la Corte de Distrito en Albuquerque. Han pedido al tribunal que prohíba a la FTC actuar contra ellos, basándose principalmente en que la Primera Enmienda protege a su sito web frente a la censura del gobierno.
Al final, Hershiser vs. FTC trata del derecho a la libre expresión de las empresas y de sus clientes. La FTC está impidiendo de forma preventiva que la gente busque información acerca de productos que podrían considerar como útiles. Si leemos las contestaciones en uno de los sitios web de los Hershiser (publicadas después de que se hiciera pública la noticia de la carta de extorsión de la Sra. Wodinsky) encontraremos docenas de clientes satisfechos que no quieren ni necesitan la interferencia de la FTC.
Aquí hay una explicación particularmente elocuente de lo que realmente hacen los Hershiser, de una cliente identificada como “V.M.”:
He estado comprando productos herbales a Native Essence Herb Co. durante casi 14 años. He tenido largas conversaciones con el propietario de Native Essence Herb Co., Mark Hershiser, y he leído los datos de su sitio web.
En ningún momento Mark, sus escritos o su sitio web han afirmado que algo pueda prevenir, tratar o curar ninguna enfermedad. ¡Punto! Toda la información que se explica lleva claramente indicado que se basa en investigación de los usos tradicionales de las hierbas.
No es solo que la información y práctica tradicional de Mark NO sea engañosa, ni siquiera es distinta de los datos que he encontrado en otras fuentes cuando cruzo información. De hecho, Mark incluso me ha sugerido libros para que yo pudiera hacer mi propia investigación.
Mark es una de las personas más amables y atentas que he conocido. Muchas veces, ni siquiera me ha cobrado por un producto. No es materialista, sino que verdaderamente intenta ayudar a mejorar las vidas de la gente y el mundo en que vivimos.
Al proporcionarnos productos herbales de alta calidad en los que podemos, como sus clientes, confiar, Mark está atendiendo una verdadera necesidad de nuestra sociedad. Se están perdiendo grandes cantidades de información y conocimiento tradicionales sobre curación. Mark nos ayuda investigando los datos, reuniéndolos y ofreciendo algunos productos herbales tradicionales excelentes para quienes preferimos seguir las tradiciones.
Multar o amenazar con demandar a Native Essence Herb Co. y sus propietarios en un esfuerzo por “indemnizar los daños a los consumidores” es amenazar y causar daños a esos mismos consumidores al que la FTC se imagina indemnizar. No me encontraría en mejor situación sin el sitio web y otros datos de Mark. Todas las fuentes de datos acerca de las prácticas tradicionales de sanación están disponibles. Cualquier amenaza que impida el libre flujo de información y conocimiento acerca de las prácticas tradicionales de sanación socava nuestra libertad de expresión garantizada constitucionalmente.
En mi caso, podría impedirme seguir las prácticas sanitarias tradicionales que he decidido seguir y que funcionan bien en mi familia. El conocimiento y la información de Mark han desempeñado un importante papel en mantenernos sanos a mi marido (66 años) y a mí (63) mediante el conocimiento tradicional y los productos dignos de confianza basados en dicho conocimiento. Ninguno de ambos toma ninguna medicina ni tiene ninguna enfermedad de importancia.
Mark nunca nos ha recetado productos. La elección es completamente mía, basándome en el conocimiento tradicional y la investigación contemporánea que consigo, entre otros, mediante el Dr. Andrew Weil, jefe del Programa de Medicina Integrada de la Universidad de Arizona.
La postura ideológica de la FTC es que cualquier información acerca de hierbas y remedios herbales debe censurarse mediante el gobierno federal, preferentemente la FTC. En otras palabras, solo el gobierno decidirá qué información se permite considerar a los consumidores. Cualquier información publicada sin permiso del estado es por sí misma “engañosa” e ilegal.
Algunos libertarios usan la expresión “estado niñera” para describir este tipo de intervención pública. Pero “niñera” implica una cuidadora sobreprotectora que sin embargo tiene en cuenta el interés del niño. La gente como Erika Wodinsky se parece más a los padres abusadores y alcohólicos que pegan a su mujer e hijos para conseguir una obediencia estricta. De hecho, la ira de la Sra. Wodinsky parece más dirigida a los clientes de Native Essence (cómo se atreven a discutir y comprar remedios herbales sin mi permiso) que los propios Hershiser.
Espero que la postura de Mark y Marianne Hershiser de hacer frente al abuso de la FTC anime a otras víctimas a levantarse y hacer oír. La gente raramente sabe de la extorsión de la FTC hasta después de que se han firmado y aprobado las “liquidaciones” por parte de los jefes de la FTC. Es demasiado pronto como para saber si la demanda de los Hershiser basada en la Primera Enmienda tendrá éxito, pero hay algo casi seguro: la FTC peleará en este caso con uñas y dientes; después de todo, podría estar en juego el poder de gente como Erika Wodinsky para violar la privacidad, la propiedad y el derecho a un proceso justo de todos los estadounidenses.
Publicado el 10 de julio de 2008. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.