Edgar el emprendedor

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Edgar el explotador es un corto animado que defiende la relaciones voluntarias entre empresarios y empleados y demuestra el daño que políticas como la del salario mínimo infligen a la misma gente a la que se supone que ayudan.

Edgar es un capitalista que contrata a Simon como trabajador no cualificado, hasta que una ley de salarios mínimos obliga a Edgar a despedirle.

Echadle un ojo. Está muy bien hecho.

De hecho el cómo el libre mercado beneficia a los trabajadores y cómo la intervención del gobierno los daña resulta ser una lección importante.

Pero para obtener una visión completa de las virtudes del mercado libre y los males del intervencionismo, es esencial introducir en el cuadro al consumidor.

Edgar puede ser el “jefe” de Simon en el papel de éste como trabajador. Pero Simon como consumidor es, junto con los demás consumidores del mercado el jefe de Edgar en el papel de éste como emprendedor.

Como escribió Ludwig von Mises:

Las órdenes dadas por los empresarios al ocuparse de sus negocios pueden escucharse y vers#e. Nadie puede dejar de conocerlas. Incluso los botones saben que el jefe maneja las cosas en la tienda. Pero hace falta algo más de cerebro para advertir la dependencia del mercado del empresario. Las órdenes que dan los consumidores no son tangibles, no pueden percibirse por medio de los sentidos.

Para percibir en la actividad del mercado las órdenes dadas por los “consumidores soberanos”, uno debe emplear la teoría económica.

Cómo funciona la soberanía del consumidor

Supongamos que Edgar posee un negocio que fabrica y vende tabletas informáticas llamadas “ePads”. Como empresario, tratará de conseguir beneficios vendiendo su producto por más dinero del que pagó para hacerlas.# Así que para Edgar su previsión de la demanda de ePads por los consumidores es de importancia básica, porque indica cuánto ingreso puede obtener.

Para asegurarse de que obtiene beneficios, Edgar querrá gastar en cada factor de producción menos que su contribución esperada hacia la generación de ingresos de los consumidores.

Por ejemplo, como se muestra en el vídeo, cada hora de trabajo de Simon limpiando el suelo se espera que genere 4$ de ingreso extra para Edgar. Tal vez sin alguien que mantenga el suelo de la fábrica limpio y reluciente ocho horas al día durante un año todo el proceso se ralentizaría de forma que Edgar vendiera menos ePads, lo que le costaría más de 8.000$ a lo largo del año.

Cuatro dólares sería, en terminología de Murray Rothbard, el producto valor marginal (PVM) esperado de una hora de trabajo de Simon en este proceso concreto de producción.#

Este PVM esperado es la estimación de Edgar de los que pagarán los consumidores por la contribución de Simon en la fabricación de ePads. Y esto establece un límite máximo en lo que Edgar está dispuesto a pagar a Simon. Si Edgar pagara a Simon más de 4$ por hora, esperaría perder dinero.

¿Hay un límite mínimo? Y si lo hay, ¿qué lo fija? En el vídeo, Edgar paga a Simon 3$/hora. ¿Por qué no ahorra dinero Edgar pagando a Simon 2$/hora o menos?

Para empezar, el salario debe ser suficientemente alto para Simon para que considere que su utilidad marginal es superior que la utilidad marginal de su ocio.

Asimismo, como apunta el vídeo, Edgar es solo uno de los muchos empresarios dispuestos a contratar mano de obra para sus procesos de producción.

Por ejemplo, supongamos que Carlos el competidor fabrica “gTabs”, otro tipo de tableta informática. Las gTabs no se venden tan bien como los ePads, así que el PVM esperado de Simon en el proceso de producción de Carlos es menor: solo 2,75$/hora. Aún así, para evitar que Simon le abandone para irse con Carlos, Edgar no puede recortar demasiado la paga de Simon.

De hecho, Edgar puede tener que dar a Simon un aumento si aparece un empresario de la competencia que tenga un proceso de producción en el que el PVM de Simon sea superior a 3$/hora (aunque siga siendo de menos que 4$/hora). Puede necesitar pagar a Simon 3,50$/hora para evitar que Simon sea contratado por alguien dispuesto a pagarle 3,75$/hora.

Más aún, si aparece alguien con un proceso de producción en el que el PVM esperado de Simon es superior a 4$, Simon indudablemente se irá y no habrá nada que Edgar pueda hacer contra esto.

De esta manera, la mano de obra tenderá a asignarse al proceso de producción en el que tenga el máximo PVM esperado. Y el salario de un trabajador tenderá a igualar ese PVM. De hecho, esto es cierto para prácticamente todos los factores de producción y sus precios de contratación.#

Recordemos que es la demanda prevista de los compradores la que determina los distintos PVM esperados. Para bienes de primer orden, estos compradores son los consumidores. Por tanto, en la producción de bienes de primer orden, son las valoraciones previstas de los consumidores las que determinan donde se asignarán los factores (bienes de segundo orden) y qué se paga por ello.

Y es ante la previsión de estos pagos como otros emprendedores (por ejemplo, los empresarios que venden microchips a Edgar) calcular el PVM esperado de los bienes de tercer orden (por ejemplo, la mano de obra de los ingenieros de microchips).

Así que en una economía de mercado, la demanda de los consumidores ejerce en definitiva su control de todas las etapas de la producción. Cuando se espera que un factor tenga un PVM alto en una línea concreta de producción, eso significa que el empresario espera que los consumidores reclamen urgentemente el producto al final de esa cadena de producción. Y lo contrario es cierto para un PVM esperado bajo.

Cuando un emprendedor toma un factor de un rol de bajo PVM en un proceso de producción para trasladarlo a otro de alto PVM en otro proceso, está intentando conseguir beneficios atendiendo a los consumidores mejor que antes. Esto es porque el mayor PVM de los factores, como dice Rothbard,

Se debe únicamente a ser más demandados por los consumidores, es decir, a ser más capaces de satisfacer los deseos de los consumidores. Ése es el significado de un mayor producto valor marginal descontado.#

Por supuesto, el emprendedor puede fracasar en el intento. Por ejemplo, Edgar puede equiparse completamente en su previsión del PMV de Edgar. La demanda de ePads puede ser tal que Simon solo pueda contribuir al resultado final de Edgar en menos de lo que le pagan. Esto, junto con otros errores similares, puede ocasionar que Edgar tenga pérdidas.

Los consumidores castigan a los empresarios ineptos con pérdidas a través de sus compras y abstenciones de compra. Las pérdidas son una señal de que el empresario ha dispuesto de los factores de una forma contraria a los deseos de los consumidores. Por ejemplo, tal vez a los consumidores les gusten más la gTabs y hayan preferido que Simon hubiera trabajado en su producción, aunque fuera con un salario más alto.

Al hacer más pobre al empresario, y por tanto menos capaz de pujar por los factores, las pérdidas reducen ese papel del empresario al timón de la producción. ¡Mucho mejor para los consumidores a los que sirvió mal!

Pero también puede que Edgar tuviera razón y Simon contribuyera al resultado final de Edgar en más de lo que se le pagó. Esto, junto con otros buenos resultados similares, puede hacer que Edgar obtenga beneficios.

Los consumidores recompensan a los emprendedores capaces con ganancias a través de sus compras y abstenciones de compra. Las ganancias son una señal de que el empresario ha dispuesto de los factores de acuerdo con los deseos de los consumidores.

Al hacer más rico al empresario, y por tanto más capaz de pujar por los factores, las ganancias aumentan ese papel del empresario al timón de la producción. ¡Mucho mejor para los consumidores a los que sirvió bien!

La característica propia de la economía de mercado es la incesante lucha de los empresarios para, en el curso de la búsqueda de beneficios y la eliminación de pérdidas, disponer de los factores de producción para satisfacer mejor a los consumidores.

Y, como los mayores beneficios se encontrarán en servir a las masas, “el capitalismo moderno es esencialmente producción en masa para la necesidades de las masas”.#

Destronamiento del consumidor

Esto da otra luz a la situación en Edgar el explotador.

Realmente es una tragedia personal para Simon haber perdido su trabajo debido a las leyes de salarios mínimos. Pero no es el único perjudicado.

También los consumidores se ven perjudicados. Por ejemplo, podría ser que Edgar no pudiera fabricar ePads en absoluto sin mano de obra de bajos salarios.

El video considera la posibilidad de que Edgar compre máquinas para reemplazar a Simon o trasladarse a otro país sin leyes de salario mínimo. Incluso en esos casos, los intereses de los consumidores probablemente se vean perjudicados.

Si Edgar hubiera considerado que los consumidores le habrían recompensado con beneficios extraordinarios por reemplazar a Simon con robots o mano de obra extranjera, lo hubiera hechos sin las leyes de salario mínimo. Por tanto, en el juicio del tipo implicado, mantener a Simon era la mejor forma disponible de satisfacer a los consumidores. Y ahora ya no es una opción.

Por ejemplo, debido a las dificultades que presentan  usar robots o mano de obra extranjera, Edgar solo puede ser capaz de fabricar menos ePads, o de peor calidad.

Además hay una persona de la que no podíamos esperar que nos importara en absoluto. En el vídeo, “Bob” no pierde su trabajo. De hecho, obtiene un aumento debido a las leyes de salario mínimo. ¿Por qué debería preocuparse? Tal vez ni siquiera le gusten los ePads.

Pero es un consumidor de ciertos bienes. Y las leyes de salario mínimo bien pueden hacer que éstos también se fabriquen en menor cantidad y calidad. En la medida en que las leyes de salario mínimo afecten a cómo se producen los bienes que compra, anula parcialmente las órdenes que transmitía a través de la estructura de precios como “consumidor soberano”.

Además, las leyes de salario mínimo son solo un ejemplo del espíritu de la “política de los productores”. Las leyes de salario mínimo, como otras políticas de los productores, privilegian a ciertos productores (como Bob) a COSAT de otros productores (como Simon) y de los consumidores.

En la medida en que dichos privilegios del productor se conviertan en norma y el consumidor soberano sea destronado en todas partes, es cierto que

todos pierden en su capacidad como consumidores tanto como ganan en su capacidad como productores. Además, todos se ven perjudicados porque la oferta de productos cae si se impide que los hombres más eficientes empleen sus habilidades en el campo en podrían generar los mejores servicios a los consumidores.

Y esto es cierto no solo para productos como los ePads, sino para productos como la comida y la ropa.

Y por encima de todo esto, Tom puede encontrarse también peor como trabajador. Incluso con su aumento nominal, puede acabar encontrándose con un salario real menor del que tendría en otro caso. Porque cualquier reducción de los beneficios inducida por el estado (como la reducción causada por Edgar perdiendo a Simon) significa menos ahorros adicionales que el capitalista emprendedor pueda invertir en bienes de capital. Y menos bienes de capital significan una menor productividad marginal del trabajo, lo que a su vez significa menores salarios reales.

Toda intervención del estado en el mercado es una derogación de la soberanía del consumidor. Afecta a la satisfacción de los consumidores dificultando los esfuerzos de los emprendedores por ajustar la intrincada estructura de producción para servirles mejor. Y como, en relación con la provisión económica, todos somos ante todo consumidores y solo subordinadamente productores, la reducción de la satisfacción del consumidor significa un bienestar público reducido.

Eliminemos el salario mínimo, no solo por Simon el trabajador, sino por Simon el consumidor (y también el resto de nosotros).


Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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