Cómo la tierra puede sostener a la población

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[Extraído de Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general (1755)]

La experiencia demuestra que árboles, plantas u otros tipos de vegetación pueden aumentarse en cualquier cantidad, en la medida en que el terreno asignado a ellos pueda soportarlos.

La misma experiencia demuestra que todas las especies animales pueden multiplicarse hasta cualquier cantidad que la tierra asignada a ellos pueda soportar. Caballos, vacas y ovejas pueden multiplicarse fácilmente hasta la cifra que soporte la tierra. Uno puede incluso mejorar los terrenos asignados a este fin mediante irrigación, como en Milán.# Puede cultivarse heno para criar ganado en establos y alimentarlo en cantidades más grandes que si se le permite rumiar libremente en los campos. Las ovejas pueden alimentarse con nabos, como en Inglaterra, así que puede alimentarse a más con un acre que tierra que dejándolas pastar.

En definitiva, podemos multiplicar todo tipo de animales en tanta cantidad como queramos mantener, incluso hasta cifras infinitas si pudiéramos encontrar tierras en cantidad infinita para alimentarlos y la multiplicación de animales no tiene otro límite que los mayores o menores medios asignados para su subsistencia. No cabe duda de que si se dedicara todo el terreno al simple sostenimiento del hombre, la raza aumentaría hasta la cifra que soportara la tierra en la forma explicada.

No hay país en el que la población haya llegado a una altura mayor que en China. La gente común se mantiene con el arroz y el agua de arroz, trabajan casi desnudos y en las provincias del sur tienen tres grandes cosechas de arroz cada año, gracias a la gran atención que prestan a la agricultura. La tierra nunca queda en barbecho y rinde más de un cien por uno cada año.# Quienes llevan ropa, generalmente la llevan de algodón, que necesitan tan poco terreno para su producción que parece que un acre de terreno es capaz de producir ropa suficiente para 500 adultos.

Los chinos, por los principios de su religión, están obligados a casarse y criar tantos niños como le permitan sus medios de subsistencia. Consideran un delito utilizar terrenos para jardines o parques recreativos, privando a la gente de comida. Transportan a los viajeros en sillas e manos y ahorran el trabajo de los caballos en todas las tareas que puedan realizar los hombres.

Su número es increíble, según la descripción de los viajeros a China,# pero se ven obligados a dejar a muchos niños morir en la cuna cuando son incapaces de sostenerlos, manteniendo solo el número que pueden alimentar. Mediante un trabajo duro y persistente, sacan de los ríos una extraordinaria cantidad de peces y del terreno todo lo posible.

Sin embargo, cuando llegan años malos, muren de hambre a miles a pesar de la atención del emperador, que almacena arroz para estos avatares. Así que aunque el pueblo de China es numeroso, es necesariamente proporcional a sus medios de vida y no excede la cifra que el país puede sostener, según su nivel de vida y sobre este nivel, un solo acre de tierra sostendrá a muchos.

Por otro lado, no hay país en el que el aumento de la población esté más limitado que entre los salvajes del interior de América. Desconocen la agricultura, viven en los bosques y viven de cazar los animales que allí encuentran. Igual que los árboles consumen la savia y sustrato del terreno, hay poco pasto para animales y como un indio come varios animales al año, 50 o 100 acres a menudo solo proporcionan comida suficiente para un indio.

Una pequeña tribu de estos indios tendrá 40 leguas cuadradas# como territorio de caza. Tiene guerras habituales y amargas sobre estos límites y siempre guardan proporción en su cifra respecto de sus medios de sostenimiento por la caza.

Los europeos cultivan la tierra y obtienen grano de ella para subsistir. La lana de sus ovejas les proporciona ropa. El trigo es el grano del que se alimentan la mayoría, aunque algunos campesinos hacen su pan con centeno  y en el norte con cebada y avena. La comida de los campesinos y el pueblo no es la misma en todos los países de Europa y la tierra es a menudo diferente en calidad y fertilidad.

La mayoría de la tierra en Flandes# y parte de ella en Lombardía# genera de 18 a 20 veces el trigo sembrado, sin barbechos. La campiña de Nápoles produce aún más. Hay algunas partes de Francia, España, Inglaterra y Alemania que rinden en la misma proporción. Cicerón nos dice que la tierra de Sicilia en aquel entonces multiplicaba por diez y Plinio el Viejo dice que las tierras de Lentini# en Sicilia rendían 100 veces las semillas plantadas, las de Babilonia 150 veces y algunos terrenos africanos bastante más.

Hoy la tierra en Europa rinde de media seis veces lo sembrado, así que queda cinco veces la semilla para consumo del pueblo. La tierra normalmente queda en barbecho cada tres años, produciendo trigo el primer año y cebada y avena el segundo.

Un hombre que vive de pan, ajo y raíces, viste solo ropa de cáñamo, lino basto, zapatos de madera y bebe solo agua, como muchos campesinos en el sur de Francia, puede vivir de la producción de un acre y medio de tierra de calidad media, consiguiendo una cosecha séxtuple y quedando en barbecho cada tres años.

Por otro lado, un hombre adulto que lleve zapatos de piel, medias, ropa de lana, que viva en una casa y tenga ropa blanca, una cama, sillas, mesa y otras necesidades, beba moderadamente cerveza o vino, coma todos los días carne, mantequilla, queso, pan, verduras, etc. en grado suficiente y aun moderadamente, necesita nada menos que el producto de cuatro a cinco acres de calidad media. Es verdad que en estas estimaciones no se asigna ningún terreno a los caballos, salvo los necesarios para el tiro y el transporte de productos a una distancia de diez millas.

La historia registra que los primeros romanos mantenían cada uno a su familia en dos journaux# de tierra, lo que equivale a un acre de París y aproximadamente 330 pies cuadrados. Estaban casi desnudos, no tenían vino o aceite, dormían sobre paja y apenas tenían comodidades, pero como cultivaban intensamente la tierra, que es bastante buena en torno a Roma, obtenían de ella mucho grano y verduras.

Si los propietarios desearan aumentar la población, animarían a los campesinos a casarse jóvenes y criar niños bajo la promesa de cuidar de su subsistencia, dedicando la tierra completamente a ese propósito y sin duda aumentarían la población hasta el punto de que la tierra pudiera sostener, de acuerdo con los productos asignados a cada persona, ya sea un acre y medio o de cuatro a cinco acres.

Pero si, por el contrario, el príncipe o los propietarios hicieran uso de la tierra para otros fines distintos del mantenimiento del pueblo. Si por los precios que ofrecen en el mercado por productos y mercancías, determinan que los granjeros emplearán la tierra para otros fines que el mantenimiento del pueblo (pues hemos visto que los precios que ofrecen en el mercado y su consumo determinan el uso de la tierra, igual que si la cultivaran ellos mismos), el pueblo necesariamente decrecería en número. Algunos se verían obligados a abandonar el país por falta de trabajo, mientras que otros, no teniendo los medios necesarios para criar niños, no se casarán o se casarán tarde, después de haber ahorrado para el mantenimiento de la familia.

Si los propietarios que viven en el campo se mudan a ciudades alejadas de sus tierras, debe criarse caballos para el transporte de comida a la ciudad, tanto para el propietario como para todos los sirvientes domésticos, artesanos y demás a quienes atraerá su residencia en la ciudad.

El transporte de vino de Borgoña a París a menudo cuesta más de lo que el propio vino cuesta en Borgoña. Por consiguiente, la tierra empleada para el mantenimiento de los caballos de tiro y de quienes los cuidan es más considerable que la tierra que produce el vino y sostiene a quienes han participado en su fabricación. Cuando más caballos haya en un estado, menos comida quedará para la gente. El mantenimiento del carro, la caza o los caballos de exhibición a menudo requieren tres o cuatro acres de tierra cada uno.

Pero cuando la nobleza y los propietarios tomas de manufacturas extranjeras sus ropas, sedas, encajes, etc. y pagan por ellos enviando al extranjero sus productos nativos, disminuyen significativamente la subsistencia de los habitantes y aumentan la de los extranjeros, que a menudo se convierten en enemigos del estado.

Si un noble o propietario en Polonia, a quien sus granjeros le pagan anualmente una renta equivalente a alrededor de un tercio del producto de su tierra, utiliza ropas, sábanas, etc. de Holanda, pagará por estos bienes la mitad de la renta que reciba y tal vez utilice la otra mitad para la supervivencia de su familia, en otros productos y manufacturas inferior de Polonia.

Sin embargo, la mitad de su renta, en nuestro ejemplo, se corresponde con un sexto de la producción e sus tierras y esta sexta parte se la llevarán los holandeses, a quienes los granjeros de Polonia enviarán trigo, lana, cáñamo y otros productos. Así que en este caso una sexta parte de la tierra de Polonia se enajena de su pueblo, por no hablar de la alimentación de los caballos de tiro, caballos de transporte y caballos de exhibición mantenidos en Polonia, debido al estilo de vida de la nobleza.

Además, si de los dos tercios de la producción de la tierra asignada a los granjeros, estos últimos, imitando a sus amos, consumen manufacturas extranjeras que también pagan con productos básicos polacos, se eliminará un buen tercio de la producción de la tierra de Polonia de la alimentación del pueblo y, lo que es peor, la mayoría se enviará extranjeros y habitualmente para servir al sostenimiento de los enemigos del estado.

Si los propietarios y la nobleza de Polonia solo consumieran las manufacturas de su propio estado, por malas que fueran a principio, los productos pronto mejorarían y mantendrían trabajando un mayor número de su gente, en lugar de dar sus beneficios a extranjeros. Y si todos los estados tomaran precauciones para no ser los paganos de otros estados en materia comercial, cada estado sería considerado solo en proporción a sus productos y la industria de su pueblo.#

Si las damas de París disfrutan llevando encajes de Bruselas y si Francia paga por estos encajes con vino de Champaña, la producción de un solo acre de lino debe pagarse con la producción de 16.000 acres de viñas, si mis cálculos son correctos. Baste con decir que en esta transacción, una gran cantidad de la producción de la tierra se quita de la subsistencia de los franceses y todos los productos enviados al extranjero (salvo que se obtengan una cantidad igualmente considerable de productos a cambio) tiende a disminuir el número de personas en el estado.#

Cuando dije que los propietarios podrían multiplicar la población mientras la tierra la sostenga, suponía que el deseo de la mayoría de los hombres no sería sino casarse si estuvieran en disposición de mantener a sus familias de la misma manera en que ellos se contentan con vivir. Es decir, si un hombre se ve satisfecho con la producción de un acre y medio de tierra, se casará si está seguro de tener suficiente como para mantener a su familia al mismo nivel. Sin embargo, si solo se ve satisfecho con el producto de cinco a diez acres, no tendrá prisa en casarse, salvo que piense que puede sostener a su familia de la misma manera.

En Europa, los hijos de la nobleza crecen en la riqueza y como la mayor porción de la propiedad se da habitualmente a los hijos primogénitos, los más jóvenes no tienen prisa en casarse. Normalmente viven solteros, ya sea en el ejército o en los monasterios, pero raramente se verán indispuestos a casarse cuando se les ofrecen herederas de grandes fortunas o los medios para sostener una familia al nivel que consideran apropiado y sin el cual piensan que harán infelices a sus hijos.

En las clases más bajas del estado, también hay hombres que, por orgullo y razones similares a las de la nobleza, prefieren vivir en celibato y de lo poco que tienen a establecerse en una vida familiar. Pero la mayoría crearían encantados una familia si pudieran contar con sostener a su familia como desean. Considerarían una injusticia para con sus hijos si los criaran solo para caer en una clase más baja que la suya.

Solo unos pocos hombres en un estado evitan el matrimonio debido a un puro espíritu libertino. Todas las clases más bajas ansían vivir y criar hijos que puedan vivir al menos como ellas. Cuando trabajadores y artesanos no se casan, es porque esperan a ahorrar lo suficiente como para permitirles crear un hogar y encontrar una joven que proporcione un poco de capital para ello. Todos los días ven a otros como ellos que, por falta de esas precauciones, empiezan una familia y caen en la más terrible pobreza, viéndose obligados a privarse de su propia comida para alimentar a sus hijos.

De las observaciones de Mr. Edmond Halley,#en Breslavia, en Silesia [una región de Polonia], se advierte que todas las mujeres capaces de tener hijos, de 16 a 45 años de edad, ni siquiera una de cada seis realmente dar a luz un hijo cada año. Según Mr. Halley, tendría que haber cuatro de cada seis que deberían tener hijos todos los años, sin incluir las estériles o dan a luz niños muertos.

La razón por la que cuatro mujeres de cada seis no tienen hijos cada año es que no pueden casarse debido al desánimo y las dificultades en su camino. Una joven tiene cuidado de no ser madre si no está casada y no puede casarse si no encuentre un hombre dispuestos a arriesgarse a ello.

La mayoría de la gente en un estado es contratada o son empresarios; la mayoría son dependientes y viven en la incertidumbre de si encontrarán en su trabajo o empresa los medios para mantener su familia a un nivel aceptable. Por tanto, no todos se casarán o se casarán tan tarde que de seis mujeres, al menos cuatro deberían producir un hijo cada año, pero realmente solo una de cada seis se convierte en madre.

Si los propietarios ayudaran a sostener a sus familias, una sola generación bastaría para impulsar el aumento de la población mientras la producción de la tierra suministre los medios de subsistencia. Los niños no requieren tanta producción de la tierra como los adultos. Ambos pueden vivir más o menos de acuerdo con su consumo.

Se sabe que la gente del norte, donde la tierra produce poco, vive con tan poca producción que han enviado colonos y multitud de hombres a invadir las tierras del sur, destruir sus habitantes y apropiarse de sus tierras.# Según las distintas formas de vivir, 400.000 personas podrían subsistir con los mismos productos de la tierra, que normalmente solo sostendría a 100.000. Un hombre que viva de la producción de un acre y medio de tierra, puede ser más fuerte y bravo que uno que consuma la producción de cinco o diez acres.

Por tanto, parece bastante claro que el número de habitantes de un estado depende de sus medios de subsistencia. Como los medios de subsistencia dependen del método de cultivar el terreno y este método depende principalmente de los gustos, deseos y forma de vivir de los propietarios, el aumento y disminución de la población también se basan en lo mismo.


Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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