Dejar al mercado la producción del dinero

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[Testimonio escrito ante el Subcomité de Poltítica monetaria Nacional y Tecnología sobre Servicios Financiero, Cámara de Representantes de EEUU, 8 de mayo de 2012]

En un artículo seminal publicado en 1920, Ludwig von Mises demostraba que solo hay una prueba de si la producción de algo conlleva o no un beneficio para la sociedad en general. Debe demostrarse que los recursos tienen un mayor valor cuando se utilizan para producir un bien para satisfacer las preferencias de cierta gente que cuando se usan para producir un bien distinto para satisfacer las preferencias de otra gente. Dejar la producción al mercado satisface la prueba de pérdidas y ganancias de la producción socialmente beneficiosa.

Para que Tim Cook consiga chips informáticos, pantallas, mano de obra y otros recursos para fabricar iPads, debe arrebatárselos a otros empresarios que los habrían usado para producir otros bienes. Al incurrir en costes de producción, Apple Inc. compensa a los propietarios de recursos por el valor de otros bienes que podrían haber producido para satisfacer a un grupo distinto de consumidores. Apple usa luego los recursos para fabricar iPads, que los consumidores de sus productos valoran más como se demuestra al generar suficientes ingresos para Apple Inc. como para más que cubrir sus costes.

La prueba de pérdidas y ganancias se aplica a toda la producción en el mercado, incluyendo la minería del oro y la acuñación de moneda. Una compañía aurífera produciría cuando los ingresos por la venta de su producción excedieran el costo de comprar sus entradas. La compañía traslada mano de obra, equipamiento minero, tierra y otros recursos de usos que los consumidores consideran menos valiosos a la minería del oro, que los consumidores encuentran más valiosa. Una empresa acuñadora producirá cuando los ingresos de la venta de su servicio de certificación de oro excedan los costes de comprar sus entradas. La empresa traslada mano de obra, equipamiento de acuñación, terrenos y otros recursos de usos que los consumidores consideran menos valiosos a la acuñación de monedas, que los consumidores encuentran más valiosa.

Como la producción de todos los demás bienes, la producción del dinero dejada al mercado se regula por las pérdidas y ganancias. Se produce dinero adicional cuando aumenta la demanda de dinero o disminuye la demanda de otros bienes producidos por los mismos recursos. Si aumentara la demanda de dinero, aumentaría el valor de las monedas de oro. Las empresas acuñadoras aumentarían la producción para hacerse con los beneficios. Al aumentar la oferta del servicio de certificación, su precio bajaría y al aumentar su demanda de recursos para certificar oro, los precios de los recursos aumentarían y el beneficio de disiparía. Si disminuyera la demanda de otros bienes, caerían los precios de las entradas. Las empresas acuñadoras aumentarían la producción para hacerse con los beneficios y, al hacerlo, eliminarían el beneficio de una mayor producción. De esta manera, la producción de dinero en el mercado es socialmente óptima.#

La prueba de pérdidas y ganancias se aplica a la producción de certificados monetarios en el mercado.# Los certificados monetarios son títulos de propiedad de dinero emitidos por bancos que sirven como sustitutivos del dinero. La gente puede encontrar cómodo y seguro utilizar saldos de cuenta corriente  en lugar de dinero físico cuando hacen intercambios. Los bancos producirán y mantendrán cuentas corrientes para clientes si están dispuestos a pagar tarifas a los bancos que generen los ingresos suficientes como para cubrir los costes de gestionar las cuentas. Si aumenta la demanda de cuentas corrientes, los bancos se expandirán para hacerse con los beneficios. Al aumentar su oferta de servicios de cuenta corriente, las tarifas disminuirán. Y al aumentar su demanda de recursos para gestionar cuentas corrientes, sus precios aumentarán. Como consecuencia, el beneficio se disipará y cesará la producción adicional en el punto socialmente óptimo.

La prueba de pérdidas y ganancias también se aplica a la intermediación financiera. Los bancos realizan una función de intermediarios en los mercados financieros tomando prestado de los ahorradores y prestando a los inversores. Ofrecen los servicios de agrupar los ahorros, verificar la credibilidad de los inversores y asumir el riesgo de impago de préstamos. Si los clientes de los bancos encuentran valiosos estos servicios, estarán dispuestos a aceptar tipos de interés más bajos por prestar a los bancos de los que los inversores estarán dispuestos a pagar a los bancos para tomar prestado. Los bancos proporcionarán servicios de intervención financiera, si los ingresos que obtienen del diferencial de los tipos de interés son suficientemente grandes como para cubrir los costes de producir los servicios. Si aumenta la demanda de estos servicios, los bancos aumentarán su producción. Su aumento en la demanda de tomar prestado a los ahorradores y suministrara a los inversores reducirá el diferencial de los tipos de interés. Su aumento en la demanda de recursos aumentará sus precios. El beneficio disipará y cesará la producción adicional en el punto socialmente óptimo.

Al someter a toda la producción, incluyendo la del dinero y la banca, a la prueba de pérdidas y ganancias, el mercado genera un sistema integrado de producción que economiza el uso de todos los recursos para toda la sociedad en general.

Inflación monetaria y expansión del crédito

Una divisa elástica rompe la integración de la producción en el mercado al ser un elemento extraño a la prueba de pérdidas y ganancias. Una divisa elástica tiene dos características: un banco central con poder para emitir papel moneda fiduciario y bancos comerciales con poder para emitir medios fiduciarios.# La producción de papel moneda fiduciario no puede regularse por las pérdidas y ganancias. Es siempre rentable producir más. En 2011, el coste medio de los 5.8000 millones de billetes de la Reserva Federal fabricados era de 0,091$.# Así que se obtiene un beneficio de alrededor de 4,90$ al imprimir y gastar un billete de 5$. Si la Fed continuara ordenando la impresión de billetes de reserva fraccionaria (BRF) mientras fuera rentable, los precios de las entradas acabarían aumentando hasta costar más de 5$ imprimir un billete de 5$. Entonces la Fed podría ordenar la impresión de billetes de 50$ en su lugar y así indefinidamente como hemos visto en hiperinflaciones como la de Zimbabue. Para evitar la destrucción de la hiperinflación, la producción de papel moneda fiduciario debe regularse políticamente, por un gobierno que sea arbitrario respecto de la economización de la producción para la sociedad en general.

La producción de medios fiduciarios no puede regularse por las pérdidas y ganancias.# Los medios fiduciarios son demandas de redención en dinero que están respaldadas fraccionalmente por una reserva de dinero. Los bancos emiten medios fiduciarios creando préstamos. Por ejemplo, un cliente solicita en su banco local un préstamo automovilístico de 25.000$. Si el banco concede el préstamo, simplemente apunta 25.000$ en el balance de la cuenta corriente del cliente. El préstamo genera ingresos de intereses para el banco mientras que el coste de emitir medios fiduciarios es solo nominal. Siempre le es rentable al banco crear otro préstamo emitiendo medios fiduciarios. Si un banco emite más medios fiduciarios creando crédito mientras sea rentable, se convertirá en ilíquido e insolvente y acabará colapsando. Para evitar esa destrucción, un banco debe regular su emisión de medios fiduciarios a través de la creación política, de un gobierno que sea arbitrario respecto de la economización de la producción para la sociedad en general.

Los defensores de una divisa elástica se dan cuenta de que su producción no puede siquiera someterse a la prueba de pérdidas y ganancias, ni digamos aprobarla. Como escribía F.A. Hayek:

No hay justificación en la historia para la postura actual de monopolio público de la emisión de dinero. Nunca se propuso basándose en que el gobierno nos daría mejor dinero del que nos podría dar cualquier otro.

Los defensores de una divisa elástica solamente afirman que puede conseguir un resultado deseable que un sistema de dinero físico y certificados monetarios no puede conseguir. Hay tres afirmaciones en este sentido para una divisa elástica. Primero, puede mantener estable el nivel de precios. Segundo, puede evitar la deflación de precios. Y tercero, puede acelerar el crecimiento económico.

Mantener la estabilidad de precios

No hay beneficio social en mantener estable el nivel de precios. El supuesto beneficio es que la estabilidad de precios impide la transferencia de riqueza entre acreedores y deudores y entre trabajadores y capitalistas. Pero esas transferencias suponen que los empresarios no anticipan correctamente los cambios en el poder adquisitivo del dinero. Los empresarios pueden conseguir ganancias y evitar pérdidas previendo esos cambios igual que otros cambios en precios de otros bienes. Si prevén que aumenten los precios para bienes en general, aumentarán sus demandas de recursos hoy ofreciendo hoy mayores salarios. Igualmente, los prestamistas insistirán en tipos superiores de interés hoy. Una divisa elástica añade otra dimensión de incertidumbre a los cambios en el poder adquisitivo del dinero. Hace la tarea de los empresarios más difícil y no menos.

En casos extremos, una divisa elástica puede generar precios tremendamente inestables que paralicen la toma empresarial de decisiones y destruir la producción en el mercado. Regulada por el beneficio, la producción de dinero físico responde solo a los cambios en las demandas de la gente. Si aumenta la demanda de dinero, el aumento resultante en el poder adquisitivo del dinero producirá mayor producción de este y moderará los precios a la baja. La modesta deflación de precios con el tiempo en una economía de mercado es parte integral de esta economización de la producción.

Además, en la práctica, los defensores de la estabilidad de precios apuntan a una inflación de precios en torno al 2% anual. Pero si los empresarios pueden ajustar sus expectativas para responder a una inflación de precios de un 2% anual en un sistema de divisa elástica, indudablemente pueden prever adecuadamente y afrontar una deflación de precios de un 2% anual bajo un sistema monetario físico.#

Finalmente, dos de los periodos de mayor crecimiento económico en la historia de EEUU fueron de 1820 a 1850 y de 1865 a 1900. En cada uno de estos periodos, el poder adquisitivo del dólar prácticamente se dobló.

Impedir la deflación de precios

No hay beneficio social en impedir la deflación de precios. Hay dos afirmaciones contrarias. El primer supuesto beneficio es que si los precios empiezan a bajar entonces la gente se crea expectativas de que caerán más y dejarán de gastar hoy, lo que empuja los precios aún más a la baja, lo que refuerza las expectativas deflacionistas. El desplome de la gasto desanima la producción y el empleo. Pero la espiral a la baja de los precios es únicamente la implicación lógica de suposiciones acerca de expectativas dentro de modelos económicos formales. Si suponemos que los agentes que operan en un modelo económico sufren de expectativas que se autorrefuerzan, entonces el modelo producirá la espiral a la baja. Pero la gente en el mundo real solo puede obtener los servicios de bienes comprándolos. Eligen en un momento concreto comprar un bien incluso si esperan que su precio vaya a caer más. Eso ocurre todos los días en los mercados de electrónica de consumo mientras la gente compra tabletas informáticas, teléfonos celulares y así sucesivamente, sabiendo que los precios serán más bajos y la calidad mayor en el futuro.

Como hay demanda de bienes y por tanto precios, si la gente espera que estos aumenten, disminuyan o sigan igual, la especulación obtiene un beneficio y evita pérdidas previendo apropiadamente el nivel de los precios futuros. Si la gente prevé un precio significativamente inferior en el futuro para un bien y refrena sus demandas hoy, el precio cae rápidamente al nivel previsto y entonces comprará el bien. La especulación cambia los precios antes de lo que lo harían sin ella, pero no más de lo que habrían cambiado sin ella. Esto ocurre todos los días en los mercados financieros mientras los especuladores mueven los precios arriba y abajo sin genera espirales al alza o a la baja.

El segundo supuesto beneficio es que la deflación de precios empuja a la baja los precios de los productos pero los precios de las entradas son fijos; por tanto, los beneficios se evaporan y los empresarios recortan la producción y despiden a los trabajadores. Pero los empresarios eligen el grado de fijeza que prefieren sus clientes y empleados. En muchos casos, los consumidores prefieren que los precios de los bienes permanezcan más estables día a día u hora a hora o minuto a minuto en lugar de fluctuar con cada aumento o disminución de la demanda. En otros casos, los compradores prefieren una completa flexibilidad en los precios. Los empresarios pueden conseguir ganancias y evitar pérdidas atendiendo estas preferencias. En muchos casos, los trabajadores prefieren que se les paguen sus salarios en un periodo acordado con los empresarios en lugar de hacer que cambien diariamente o a cada hora con los movimientos en la demanda de los bienes que ayudan a producir. En los casos en que los trabajadores desean más flexibilidad en sus compensaciones, un empresario hará de las existencias en la empresa una parte de su remuneración. Cuando cambien las circunstancias, a todos les interesará modificar las disposiciones normales. Los empresarios ofrecen grandes descuentos en sus bienes cuando la demanda cae permanentemente. Renegocian contratos con trabajadores y otros suministradores de entradas cuando se acumulas las pérdidas. Por tanto, el grado de fijeza en los mercados puede cambiarse para evitar efectos adversos.

Además, los empresarios consiguen ganancias y evitan pérdidas anticipándose a estos cambios. Si prevén caídas en los precios de sus productos, reducirán su demanda de entradas hoy empujando a los precios a la baja. Cuando caen al tiempo precios de entradas y salidas, se mantienen los beneficios y la producción. El proceso simétrico se produce durante la inflación de precios. Si los empresarios prevén precios más altos para sus productos, aumentarán sus demandas de entradas hoy empujando a los precios al alza. Como consecuencia, los precios de entradas y salidas suben al tiempo y se mantienen los beneficios y la producción.

Incluso si los precios de las entradas que compran los empresarios permanecen fijos a la baja, el efecto en su beneficio y producción se ve atemperado por la caída en valor de los activos que poseen. El valor de mercado de sus activos se ajusta a la baja con la caída en los precios de sus productos ya que los inversores reducen su demanda para tener derechos sobre estos activos en los mercados financieros. Una bajada en el valor de sus activos restaura la rentabilidad de la producción. Los empresarios con mejor previsión para anticiparse a las rebajas de precios de sus productos invertirán suficiente dinero en sus empresas como para atemperar el golpe y proporcionar tiempo para ajustar los precios de sus entradas.

El economista de UCLA, Andrew Atkinson, y el economista del Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, Patrick Kehoe, han demostrado en un artículo de 2004 en la American Economic Review que no hay correlación entre deflación y depresión.# Analizando las evidencias en 17 países durante más de 100 años, concluyen:

Un amplio análisis histórico descubre más periodos de deflación con crecimiento razonable que con depresión y muchos más periodos de depresión con inflación que con deflación. En general, los datos no demuestran prácticamente ninguna relación entre deflación y depresión.

Incluso en la Gran Depresión, descubren que mientras que en todos los países de los que había datos experimentaron deflación, solo 8 de ellos tuvieron una depresión. Y la relación entre deflación y depresión no era estadísticamente significativa. Para todos del demás periodos, empezando en 1820 para algunos países, 65 de 73 episodios deflacionistas no tuvieron ninguna depresión y 21 de las 29 depresiones no tuvieron deflación. Escribían: “En un contexto histórico más amplio, más allá de la Gran Depresión prácticamente desaparece la idea de que deflación y depresión estén ligadas”.

Cuando se ponen juntos todos los periodos, descubrieron que “una caída de 1 punto porcentual en la inflación se asocia con una caída en la tasa de crecimiento medio real de solo 0,08 puntos porcentuales, digamos de 3,08 a 3,00”.

Finalmente, cuando dividen los datos en anteriores y posteriores a la Segunda Guerra Mundial, encuentran una mayor correlación entre deflación y depresión para el primer periodo, pero una correlación entre inflación y depresión en el segundo.

Estimular el crecimiento económico

No hay beneficio social en intentar acelerar el crecimiento económico. El supuesto beneficio es que la inflación monetaria mediante expansión del crédito crea la estructura de capital de la economía de forma más completa que en caso contrario. La inflación monetaria y la expansión del crédito generan sin embargo el ciclo de auge y declive, no el crecimiento económico.#

La estructura de capital de la economía son las etapas de producción desde la extracción de materias primas a la producción de bienes intermedios de capital a la producción de bienes de consumo. El hierro se extrae de la tierra, luego se fabrica el acero, después los parachoques de un automóvil, luego se ensambla el automóvil. En una economía de mercado, no solo cada proceso de producción está justificado al aprobar la prueba de pérdidas y ganancias, sino que toda la estructura de capital satisface las preferencias intertemporales o temporales de la gente. El grado en que esta desea postergar su consumo actual ahorrando e invirtiendo para crear capacidad de capital a lo largo de la estructura de capital para disfrutar de más y mejores bienes de consumo en el futuro se satisface en el mercado.

Si la gente desea intensamente el consumo presente sobre el futuro, entonces la prima que dan al presente, es decir, el tipo da interés, será alta y la cantidad de su ahorro e inversión será pequeña y la de su consumo grande. Solo una pequeña cantidad de proyectos de inversión será rentable, por lo que la estructura de capital no se construirá extensamente. Si la gente rebaja sus preferencias temporales, entonces el tipo de interés caerá y ahorrarán e invertirán más y consumirán menos en el presente. Con más recursos a su disposición, los empresarios construirán más extensamente su estructura de capital. La mayor productividad de la estructura expandida de capital genera la producción de más y mejores bienes de consumo. Este es el proceso de crecimiento económico. Y, como otros aspectos de la producción en una economía de mercado, la gente consigue la cantidad de crecimiento económico que prefiere.

La expansión del crédito suprime los tipos de interés por debajo de los niveles determinados por las preferencias temporales de la gente y aumenta los fondos para invertir más allá de la cantidad determinada por las preferencias de ahorro de la gente. Cuando los tomadores de préstamos gastan el dinero adicional, empujan al alza los precios de los bienes que compran. Por ejemplo, los precios de vivienda y automóviles suben por la demanda adicional de consumidores que hace posible la creación de crédito. Los precios de los bienes de producción también se empujan al alza por la demanda adicional de empresarios que hace posible la creación de crédito. Los precios de fábricas de automóviles, aserraderos, se empujan al alza y los bienes de capital a lo largo de la estructura de capital utilizados para fabricar bienes en las áreas en expansión, minas de hierro, bosques madereros, etc.

La inflación monetaria mediante expansión del crédito hace posible que quienes tomen prestado demanden más activos sin que los prestamistas reduzcan su demanda de otros bienes. Por tanto, aumentar los precios de los activos incrementa la rentabilidad de su producción, mientras que la rentabilidad de otros bienes no tiene que disminuir. No se aportan suficientes recursos para la producción de otros bienes como para completar todos los proyectos que hizo rentable la expansión del crédito. Con un sistema monetario de mercado, se hace disponible la cantidad apropiada de recursos porque un aumento en la oferta de crédito solo puede producirse porque la gente ahorra más y consume menos. Los proyectos adicionales de inversión hechos rentables por el aumento en el ahorro se compensan por los proyectos que ya no son rentables por la reducción en el consumo. Pero con un sistema de divisa elástica, la creación de capacidad de capital y otros proyectos de inversión financiados con crédito creado no acaban satisfaciendo las preferencias temporales de la gente. La construcción de la estructura de capital durante el auge es insostenible. Acaba con la liquidación de la construcción en el declive.

Lo que hace que se acabe el auge es el restablecimiento de las preferencias temporales de la gente y las preferencias de ahorro. La gente lo hace mediante el desembolso de sus rentas. El crédito creado durante el auge lo gastan los prestatarios en comprar bienes, casas, fábricas, etc. Los empresarios que producen estos bienes reciben después el nuevo dinero como ingresos por la venta de los bienes. Pagan a los productores para comprar los recursos utilizados par producir los bienes. La gente desembolsa sus rentas para satisfacer sus preferencias, incluyendo sus preferencias temporales. Prefieren ahorrar solo una parte de sus rentas. Aunque toda la cantidad del nuevo dinero emitido empieza a aumentar la oferta de crédito, solo una fracción acaba como oferta de crédito. La inflación monetaria y la expansión del crédito van contra las preferencias temporales de la gente y las economías de mercado funcionan para satisfacer las preferencias de la gente.

Otro factor que actúa contra la sostenibilidad del auge es que, cuanto más se extienda la expansión del crédito, más arriesgados serán los proyectos y menos dignos de crédito serán los prestatarios. Como intermediarios financieros, los bancos limitan la concesión de créditos a los proyectos más seguros y rentables y a los prestatarios más dignos de crédito y con mayor tipo de interés. El crédito adicional debe concederse a proyectos menos seguros y rentables y prestatarios menos dignos de crédito y con menor tipo de interés. Si la inflación monetaria y la expansión del crédito continúan suficientemente, los inversores rechazan aceptar el riesgo adicional y venden las líneas de producción expandidas durante el auge. Como los precios de los activos en los proyectos más sólidos se han encarecido junto con los precios de los activos en los proyectos menos sólidos, los inversores en los proyectos más sólidos también perderán riqueza si continúan manteniendo sus inversiones.

Una divisa elástica es la causa de las crisis financieras y las recesiones económicas. Cambiémosla por un sistema de mercado de moneda física y certificados monetarios y no habrá crisis ni recesiones. Las fluctuaciones residuales de negocios no justificarían la intervención pública para la resolución de los problemas sociales asociados con crisis y recesiones.

Al hacer más elástico el sistema monetario en la historia estadounidense, los auges y declives han empeorado. George Selgin, William Lastrapes y Lawrence White concluyen, en su Cato Working Paper de 2010, que la investigación reciente demuestra que la Fed con ha cumplido con su promesa original.

Selgin, Lastrapes y White resumen sus conclusiones sobre el rendimiento de la Fed con estas palabras:

Partiendo de un amplio rango de investigaciones empíricas recientes, concluimos lo siguiente: (1) Toda la historia de la Fed (de 1914 hasta hoy) se ha caracterizado por más bien más que menos síntomas de inestabilidad monetaria y macroeconómica que las décadas que precedieron a su establecimiento. (2) Aunque el rendimiento de la Fed indudablemente ha mejorado desde la Segunda Guerra Mundial, tampoco su rendimiento en la posguerra ha sobrepasado claramente el de su indudablemente defectuoso predecesor, el Sistema Bancario Nacional, anterior a la Primera Guerra Mundial. (3) Algunas disposiciones alternativas propuestas podrían tal vez funcionar mejor la Fed como está actualmente constituida. Concluimos que la necesidad de una exploración sistemática de alternativas al sistema monetario establecido en tan acuciante hoy como lo era hace un siglo.

Coincido con su conclusión. La teoría económica y la evidencia histórica demuestran que un banco central no confiere ningún beneficio a la sociedad en general. La Fed debería abolirse y debería establecerse un sistema monetario de mercado de dinero físico y certificados monetarios.

Reforma monetaria

El objetivo de la reforma monetaria es hacer que la producción de dinero se someta a la prueba de pérdidas y ganancias de la producción socialmente beneficiosa. La producción de dinero debe convertirse en parte integrante de la economía de mercado. Puede haber varios caminos viables de transición a un sistema de producción de dinero en el mercado, pero todos ellos deben tener en cuenta la famosa demostración de Carl Menger de que una cosa solo puede convertirse en dinero estando de acuerdo con lo que la gente utilia realmente como bien más ampliamente intercambiado. Después de la transición podría empezar un sistema monetario integrado en la economía de mercado.

Los billetes de la Reserva Federal son dinero en la economía estadounidense. Así que la forma más directa de establecer un sistema monetario es restablecer los billetes como derechos de redención por dinero físico. El dinero físico más ampliamente reconocido hoy son las monedas de oro. Así que el primer paso de la reforma monetaria es cambiar los billetes a derechos de redención con una reserva del 100% por monedas de oro.

El otro paso a lo largo de este camino hacia un sistema monetario de mercado es establecer una reserva del dinero del 100% frente a medios fiduciarios emitidos por bancos. La triplicación del balance de la Fed en respuesta a la crisis de 2008 hace más fácil esta parte de la transición. Los bancos tienen ahora reservas frente depósitos a la vista por encima del 100%. A principios de abril, los bancos tenía1,587 billones de dólares en reservas totales frente a 1,204 billones en depósitos a la vista. Cincuenta mil  millones de dólares de sus reservas totales consistían en caja de efectivo y 1,537 billones en saldos de reserva en cuentas en la Fed. Por tanto, los bancos tendrían que crear reservas de efectivo hasta un 100% de sus depósitos a la vista de 1,204 billones de dólares redimiendo en efectivo 1,154 billones de sus saldos de reserva en la Fed.

La Fed podría adquirir el efectivo necesario vendiendo parte de los más de 2 billones de dólares en activos que creó en su balance durante la crisis o imprimiendo más billetes o una combinación de ambos. Cualquiera que sea el valor total de los billetes en el momento en que los depósitos a la vista estén respaldados al 100% por una reserva de efectivo, el valor de redención de los billetes podría establecerse calculando la relación de billetes con las existencias de oro en la Fed. Si no fuera necesario ningún cambio en las existencias de billetes para lograr la transición, el cálculo sería así. La Fed muestra en su balance de 18 de abril, 11.041 millones de dólares en existencias de oro. Valorado a 42,22$ la onza. Son 261,5 millones de onzas de oro. En el mismo balance, la Fed muestra 1,100160 billones de dólares en divisas en circulación. Así que la relación de redención sería de 4.207$ por onza de oro. El cálculo real, sin embargo, solo podría hacerse después de una auditoría de la Fed y de que se complete el proceso de establecer una reserva de efectivo del 100% que se ha descrito antes.#

Una vez se logre esta transición, el gobierno debería permitir la producción privada de dinero y certificados monetarios de acuerdo con las leyes mercantiles generales. Las empresas mineras y acuñadoras producirían dinero físico que la gente haría rentable mediante su demanda. Para obtener beneficios, los empresarios producirían monedas a partir de los metales, con los pesos y diseños que prefiriera la gente. Mantendrían bajos sus costes e invertirían e innovarían cuando la demanda de la gente lo haga rentable. Los investigadores han indicado muchos episodios históricos de producción privada de monedas. Recientemente, George Selgin, en su libro Good Money, ha recordado la producción de acuñación privada en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Como demuestra, la acuñación privada prosperó hasta que el gobierno británico la prohibió en 1821.

También los bancos deberían quedar bajo las leyes mercantiles generales, incluyendo las relacionadas con el almacenamiento de dinero manteniendo una reserva al 100% de dinero frente a sus sustitutivos monetarios. Los bancos obtendrían beneficios produciendo las cantidades y tipos de sustitutivos monetarios que satisfagan las demandas de la gente. Para obtener beneficios, mantendrían bajos sus costes e invertirían e innovarían cuando las demandas de la gente lo hicieran rentable. La operación de la banca de reserva al 100% está descrita en el libro de Jesús Huerta de Soto, Dinero, crédito bancario y ciclos económicos. Como documenta, los bancos de almacenamiento de dinero prosperaron en Ámsterdam durante más de 100 años en los siglos XVII y XVIII.

Conclusión

Nadie puede describir hoy la configuración del dinero físico y los certificados monetarios que producirían los empresarios si se les permitiera operar empresas privadas en su producción, igual que nadie pudo haber predicho en 1900 el desarrollo de la industria del automóvil del siglo XXI o en 1950 el sector de la electrónica de consumo del siglo XXI. Lo que sí sabemos es que su producción estaría regulada por las pérdidas y ganancias y por tanto generaría satisfacción de las preferencias de la gente. La inflación monetaria y la expansión del crédito de nuestro sistema de divisa elástica se eliminarían y con ellas los auges y declives que han asolado nuestra historia.

Publicado el 14 de mayo de 2012. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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