QE3: Sembrando el viento

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El banco central de EEUU anunció el jueves, 13 de septiembre de 2012, que expandirá sus existencias de títulos a largo plazo con compras indefinidas de 40.000 millones de dólares de deuda hipotecaria al mes en busca de estimular el crecimiento económico y reducir el desempleo.

En su rueda de prensa, tras la conclusión de una reunión de dos días del Federal Open Market Committee (FOMC), el presidente del Consejo de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo que el banco central de EEUU continuará comprando activos, realizará compras adicionales y empleará otras herramientas políticas apropiadas si la perspectiva del mercado laboral no mejora sustancialmente.

De acuerdo con el presidente de la Fed, las compras de deuda inmobiliaria deberían ayudar al mercado inmobiliario, al que calificaba como “uno de los pistones que faltan en el motor”. Bernanke sostiene que las compras de títulos con respaldo hipotecario tendrían que empujar a la baja los tipos hipotecarios y crear más demanda de viviendas y más refinanciación.

Algunos expertos son de la opinión de que la Fed podría acabar comprando más de 1 billón de dólares en deuda, dada la naturaleza indefinida de su nueva política.

La última política de la Fed se basa en la obra del profesor de economía de Columbia, Michael Woodford, respecto a las opciones política del banco central cuando los tipos de interés están cerca de cero. Woodford argumenta que la mejor manera de derrotar una debilidad económica persistente es mantener muy laxa la política monetaria durante más tiempo del que sería recomendable en otro caso.

De acuerdo con este modo de pensar, las compras indefinidas de títulos deberían ayudar a potenciar la confianza de los consumidores y empresas estadounidenses al mostrar que el banco central está decidido a detener el debilitamiento de la economía. Así, según Bernanke (repitiendo a Woodford) hará que la gente esté más dispuesta a invertir, contratar y gastar.

Advirtamos que lo que tenemos aquí es una sugerencia sobre cómo estimular la demanda de bienes y servicios, que se ven como el escollo para la expansión económica. Todo lo que hace falta es convencer de alguna manera a consumidores u empresas de que la Fed tiene las herramientas y el conocimiento para reavivar la economía y fortalecer el mercado laboral.

Aunque Woodford tuviera razón y a partir de ahora consumidores y empresas estuvieran dispuestos a potenciar su demanda porque creyeran que la Fed está decidida a detener el debilitamiento de la economía, puede que esto siga sin funcionar. Creemos que no basta con potenciar la demanda como tal: lo que hace falta es el fortalecimiento de la demanda efectiva. La demanda de la gente de estar completamente respaldada por bienes y servicios previamente producidos.

Según James Mill:

Cuando se lleva al mercado bienes que se quieren, hay alguien que compra. Pero para comprar, uno tiene que tener medios para pagar. Por tanto, es evidente que los medios colectivos de pago que existan en toda la nación constituyen todo el mercado de la nación. Pero ¿en qué consisten los medios colectivos de pago de toda la nación? ¿No consisten en su producción anual, en el ingreso anual de la masa general de habitantes? Pero si el poder adquisitivo de una nación se mide exactamente por su producción anual, como así es indudablemente, cuanto más aumentes tu producción anual, más extiendes por ese mismo acto el mercado nacional, el poder adquisitivo y las compras reales de la nación (…) Así que resulta que la demanda de una nación es siempre igual a la producción de la nación. Sin duda debe ser así, pues ¿qué es la demanda de una nación? La demanda de una nación es exactamente su poder adquisitivo. Pero ¿qué es su poder adquisitivo? Indudablemente el grado de su producción anual. Por tanto, el grado de su demanda y de su oferta sin siempre exactamente acordes. [1]

Para estimular la demanda de bienes y servicios, uno debe estimular la producción de bienes y servicios. Por ejemplo, un individuo puede ejercer su demanda de pan fabricando camisas o un carnicero puede ejercer una demanda de patatas produciendo antes carne que pueda intercambiar por patatas.

Además, los productores de bienes finales también pueden cambiarlos por diversos otros bienes como herramientas y maquinaria para expandir y mejorar la infraestructura existente, lo que permitiría una expansión de los bienes finales de consumo que promueven las vidas y el bienestar de la gente.

El plan Bernanke-Woodford, que se basa en una incansable inyección monetaria, llevará a un debilitamiento de la capacidad de la economía para generar bienes y servicios finales en línea con las preferencias de los consumidores. Esto debilitará en lugar de fortalecer la demanda efectiva de bienes y servicios.

Independientemente de la disposición psicológica, si disminuye la capacidad de generar bienes y servicios, no es posible potenciar la demanda general de bienes de servicios. Podríamos convencer a los individuos de que la inyección monetaria va a reavivar la economía y por tanto de que les interesa empezar comprar más bienes y servicios. Sin embargo, si el respaldo no está ahí (es decir, si no hay un aumento en la producción de riqueza final, es decir, de bienes y servicios de consumo) no va a ser posible expandir la demanda general.

Si un panadero solo ha ahorrado diez barras de pan, solo puede ejercitar su demanda de otros bienes de acuerdo con el valor de intercambio de diez barras de pan. Para que aumente su demanda, debe producir y ahorrar más pan.

La pregunta que tiene que hacerse uno es por qué después de rebajar los tipos de interés a cero e inyectar más de 2 billones de dólares en el sistema monetario, la economía sigue apagada.

La mayoría de los economistas y otros expertos responden que estamos actualmente en una situación excepcional producida por diversas sacudidas misteriosas. Se sostiene que si no fuera por la agresiva inyección monetaria de la Fed, la economía estaría sufriendo ahora una depresión económica masiva: al contrario de lo que dice diversas críticas, la política de Bernanke, como mínimo, ha salvado a la economía y por tanto ha sido muy eficaz.

(Sin embargo, el presidente de la Fed es de la opinión de que en esta etapa la efectividad de la política monetaria podría estar disminuyendo. Sostiene que ahora necesitamos cierto apoyo de la política fiscal. En concreto, Bernanke advertía que la recuperación económica de EEUU podría estar en peligro si los políticos no pueden impedir que se lleven a cabo los recortes de gasto y aumentos de impuestos automáticos de fin de año. El presidente de la Fed sostiene que los nuevos esfuerzos de estímulo del banco central no serían suficientes como para proteger a la economía de las sacudidas gemelas).

Sostenemos que es una falacia sugerir que la inyección monetaria de Bernanke haya impedido que la economía de EEUU haya caído en una grave depresión. Lo que ha hecho la política de Bernanke es impedir la eliminación de diversas actividades improductivas destructoras de riqueza que aparecieron a la espalda de anteriores políticas laxas monetarias y fiscales.

Evidentemente, si Bernanke no hubiera intervenido con una inyección masiva, se habría liquidado ya una gran cantidad de actividades de burbuja. Esto hubiera proporcionado más riqueza real a los generadores de riqueza y hubiera puesto en marcha una expansión económica verdaderamente sólida. Esto hubiera fortalecido la capacidad de la economía para generar riqueza real.

Al presentar otro plan de inyección monetaria masiva, Bernanke está corriendo el riesgo de infligir más daño al proceso de generación de riqueza real. Por consiguiente, esto aumenta la probabilidad de que podamos permanecer en condiciones de depresión económica durante un periodo prolongado de tiempo.

Debemos darnos cuenta de que el daño infligido en la economía por política monetarias y fiscales insensatas no puede arreglarse con inyecciones monetarias más agresivas y aumentando la confianza de la gente en las políticas de la Fed. Lo que hace falta para reavivar la economía es detener a la Fed y recortar los desembolsos públicos hasta el hueso.

Resumen y conclusiones

El banco central de EEUU anunció el pasado jueves que realizará compras indefinidas de 40.000 millones de dólares de deuda hipotecaria al mes hasta que mejore sustancialmente el mercado laboral. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, que ha presentado la nueva política, es de la opinión de que esto reavivará la economía. Es cuestionable el por qué toda esta inyección debería reavivar la economía dado que la política de tipos de interés cero y los más de 2 billones de dólares en inyecciones monetarias desde 2008 no han tenido éxito. Creemos que al presentar más inyecciones monetarias masivas Bernanke corre el riesgo de dañar gravemente la economía de EEUU. Por consiguiente, esto aumenta la probabilidad de que EEUU pueda seguir en un estado económico deprimido durante un periodo prolongado de tiempo.


[1] James Mill, “On the Overproduction and Underconsumption Fallacies“. Editado por George Reisman, una publicación de la Jefferson School of Philosophy, Economics, and Psychology, 2000.

Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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