Aclarando la valoración subjetiva

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En medio de un curso de tercero de derecho que explicaba las ventas y el UCC, otro estudiante puso sobre la mesa milagrosamente el tema de la valoración subjetiva. Tranquilízate y no hiperventiles: al aula no se llenó de luz blanca mientras bajaba un ángel. Su aportación, aunque bienintencionada, estaba ligeramente desviada.

La hipótesis era la siguiente: Una empresa tiene todos los requisitos de licencia y opera dentro de la ley pero está vendiendo mercancía en una camioneta en la calle. Esto lleva a sus clientes a creer que están obteniendo gangas porque la mercancía que compran es robada. En realidad, los bienes de la compañía no son robados y sus precios están enormemente hinchados frente a la situación general del mercado real.

Mientras debatíamos la legalidad de esta hipotética transacción, un estudiante apunta que el comprador valoró subjetivamente sus bienes “robados” al precio hinchado cuando los compró, así que aunque reconociera su error al entrar en Wal-Mart, es demasiado tarde y ha de quedarse con sus bienes.

No, no, no. Estoy ahora mismo enrollando mi periódico para darte en el hocico. Este argumente sencillamente no entrará en la corriente principal y nunca convencerá a un izquierdista, socialista o estatista de la realidad del capitalismo y la economía austriaca.

En la práctica, el austro-capitalismo no es un campo de batalla interminable a riesgo del comprador, en el que los cuerpos de las masas desinformadas se agrupan de diez en diez, sin carteras y decapitados.

Una sociedad libertaria está ante todo y en primer lugar en contra de la agresión. Mentir, engañar y defraudar a alguien para comprar sus bienes (o, más adecuadamente, la idea de los bienes que se haya hecho) es equivalente al uso directo de la fuerza para llevarse su propiedad.

En la hipótesis anterior, el comprador adquirió los bienes bajo los auspicios de ilegalidad y tal vez disfrutó del espectáculo. Su valoración subjetiva de todo el escenario es lo que pagó. Concedido. Aunque más importante es que el vendedor está mintiendo acerca de sus productos y esto nunca se toleraría en una sociedad libertaria (ni por sus ciudadanos ni por sus leyes).

Ya estemos discutiendo nuestras opiniones austrolibertarias en al aula, la sala de reuniones o en el café, es necesario que mantengamos una perspectiva realista y a gran escala de la sociedad. El hipotético escenario anterior es:

  1. Increíblemente improbable que se produzca realmente;
  2. No duraría más de uno o dos días con la divulgación moderna de información si realmente se produjera;
  3. Incentiva mentir a los clientes.

Atascarse en este tipo de debate frívolo en una trampa que debemos evitar.

Mises fue el maestro a la hora mantener enfocado todo el sistema. Tuvo la rara habilidad de desarrollar ideas comprensibles a gran escala y entremezclar ejemplos aislados que funcionaban tan lógicamente, que acababan prácticamente con todos los argumentos contrarios. Si vamos a bailar la danza de los liberales de izquierdas y ocuparnos de una discusión aparentemente trivial sobre realidades improbables, debemos ser muy claros en las ideas austriacas, de las cuales la valoración subjetiva es solo una entre muchas. Ninguna idea austriaca o libertaria promueve o favorece mentir a los clientes para crear una idea falsa de lo que es un bien o servicio.

Esto no debe entenderse como un descrédito del valor de los vendedores en una sociedad austrolibertaria. Informar a los clientes de lo que se pierden cuando no tienen un producto o servicio es una actitud honorable. Los vendedores realizan una función importante dentro del ámbito de la valoración subjetiva, pero no pueden utilizar mentiras para alcanzar sus objetivos y no lo hacen. Bajo el derecho común estadounidense y el UCC, por ejemplo, las palabras y acciones de los vendedores crean a menudo garantías que les comprometen, aunque sea inintencionadamente. Se protege a los consumidores mediante el desarrollo de sistemas de derecho privado muy similares a los que habría en una sociedad de tipo austriaco.

Adicionalmente, consideremos referenciar el UCC como un argumento de la practicidad de un sistema de derecho privado o al menos una república antifederalista de Estados Unidos. El UCC es una amalgama compuesta de manera privada de fuentes legales escrita para promover el comercio. El código ha sido adoptado por los 50 estados y 4 grandes territorios en todo o en parte. Cada estado puede retener y retienen sus propios aspectos del derecho común que estén en conflicto con el UCC y su adopción no es obligada por el gobierno federal.

¿Por qué han adoptado todos los estados semejante derecho privado? Funciona. Hace lo que está pensado que haga. Promueve la eficiencia, hace más eficientes las transacciones y ofrece una estabilidad que anima a la inversión de capital en lo que en otro caso se consideraría una aventura demasiado arriesgada.

Si se adoptara un paso antifederalista hacia la descentralización de nuestro gobierno y se aumentaran los derechos de los estados (un paso en dirección hacia la libertad, sugiero), estos tipos de sistemas comprensivos se empelarían mucho más frecuentemente. Por ejemplo, una vez que los habitantes de Alabama descubrieran que la adopción por Florida de tácticas anti-intervencionistas en asuntos económicos resulta una bendición para los niveles de vida de los ciudadanos de Florida, otros estados y comunidades le seguirían. Los ciudadanos lo reclamarían.

Es una forma sencilla con la que podemos dar forma a una explicación para centrarnos en lo que realmente enseña el austrolibertarismo. Aunque el concepto de valoración subjetiva, tomado de forma abstracta, explica por qué una persona compró lo que compró, aunque le engañen, en general, el austrolibertarismo no promueve el fraude ni recompensa la mentira ni perdona el engaño. Es exactamente lo contrario. Se recompensa la honradez y la eficiencia y la mejora constante en los niveles de vida son el alma de productores y distribuidores.


Publicado el 20 de septiembre de 2011. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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