Malasia: Musulmana y próspera

0

La próspera y dinámica Malasia es un país habitado principalmente por musulmanes, una religión que sigue un cuarto de la población mundial pero que se ve ampliamente en Occidente como unida a un sistema empobrecedor de economía y derecho.

Eso hace que Malasia desafíe el estereotipo y subraya la eficacia universal de las economías de mercado. Es ahora la décima mayor nación comercial del mundo. Sus exportaciones han crecido de 1 a 100 mil millones de dólares desde 1963. Su economía ha crecido durante 30 años a un ritmo del 7% anual, con exportaciones muy variadas que van de la agricultura a las manufacturas de alta tecnología. Tiene una tasa de ahorro interno cercana al 40%. El PIB está cerca de los 10.000$ por persona para su población de 23 millones de personas. Es asimismo ahora el décimo socio comercial de EEUU.

El tipo fiscal máximo es del 29%, pero el contribuyente medio paga un 5%. El tipo máximo para empresas es del 28%. Su política monetaria es estable, con una inflación casi nula durante muchos años. Precios y salarios son bastante libres y los derechos de propiedad están protegidos. El gobierno está muy interesado en los mercados financieros y la banca, principalmente para beneficiar a las instituciones conectadas políticamente.

Distintas razas y religiones (malayos, chinos, indios y tribus nativas en Borneo) viven y trabajan en paz, practicando cada una su propia religión y costumbres, teniendo sus propias escuelas y mucha autonomía local. En nuestro hotel vimos mujeres chinas estupendamente vestidas con minifaldas paseando junto a mujeres musulmanas vestidas recatadamente y turistas árabes metidas en burkas que hacían turismo procedentes de Arabia Saudita con los ojos completamente abiertos.

Los disturbios raciales del pasado son un recuerdo lejano, siendo lo últimos en 1969. Sin embargo, el gobierno aplica programas de acción afirmativa para los malayos. El Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage informa de que tanto las empresas extranjeras como las nacionales deben tener socios empresariales de etnia malaya (bumiputera) con una participación en la empresa de al menos el 30% si las acciones cotizan en la bolsa local, y el Departamento de Estado de EEUU informe de que las empresas deben “tener un personal laboral que refleje la composición étnica de Malasia”.

Los chinos representan casi una cuarta parte de la población y los indios son en torno al 8%, pero proporcionan el 20% de los abogados y el 15% de los doctores. Cualquier noticia incendiaria racialmente tiende a ser autocensurada en los principales medios de comunicación y hay un esfuerzo consciente entre todos los grupos étnicos de trabajar juntos. Ha habido elecciones libres desde 1969 y el nivel de vida, que en 1960 estaba al nivel de Haití, sobrepasa hoy a muchos de los países de Europa Oriental y Latinoamérica. La educación representa más del 20% de presupuesto nacional y decenas de miles de estudiantes son enviados al extranjero.

Cien mil malayos se han graduado en estudios en universidades de Estados Unidos- De hecho, Estados Unidos solía ser tan popular que la bandera nacional sigue el patrón de la estadounidense, pero con lunas crecientes en lugar de estrellas. En algunos países extranjeros se confunde a veces con la bandera estadounidense.

En la Cámara de Comercio Malayo-Estadounidense, AMCHAM, se nos dijo que el sistema legal era una de los mejores de Asia, justo, accesible y relativamente rápido. Los representantes empresariales dijeron que ya no hay miedo a que la fábricas emigren a China, aunque Malasia tenge salarios mucho más altos. Su seguridad, nivel educativo, protección de los derechos de propiedad y uso común del inglés la hacen muy atractiva para inversiones intensivas de capital. Los estadounidenses alababan a los malayos como directores de nivel mundial de fábricas y negocios y decían que muchos fueron promovidos para dirigir empresas multinacionales también en otras naciones.

Sin embargo, nos dijeron que las empresas de EEUU estaban ahora perdiendo negocios en varias naciones asiáticas, debido a la política exterior de Washington (en concreto, el representante de Boeing confirmó esto). Una posterior visita a una empresa nacional malaya petroquímica nos mostró cómo las empresas petroleras malayas y europeas están quitando negocios a las grandes empresas estadounidenses en muchas de las naciones del mundo a las que Washington impone sanaciones comerciales (unas 60 naciones).

El gobierno acoge diversas reuniones educativas y políticas musulmanes en su promoción de creencias religiosas moderadas. Por ejemplo, Mahoma decía que los musulmanes deben buscar conocimiento en otras razas y culturas, apoyados en el estado de derecho y la propiedad privada, y en una mejora de las condiciones actuales de la mujer. El Corán es asimismo bastante libertario, según  Khalid Saffuri, director del Islamic Free Market Institute, que ayudó a coordinar la visita.

Y protege las libertades civiles. El califa Omar, el gobernante musulmán en Medina, unos pocos años después de la muerte de Mahoma, rechazó las acusaciones contra un hombre arrestado por beber alcohol, debido a que la policía había incumplido tres leyes musulmanas apara aplicar una. En concreto, el Corán decía que no hay que espiar a tus vecinos, ni entrar en casas sin permiso de los propietarios y entrar solo por la puerta delantera. En Arabia Saudita, la policía religiosa wahabita viola constantemente estas tres disposiciones.

Todos los policías que vimos tenían placas grandes y claramente visibles con su nombre y a menudo también con fotografías. Cuando pregunte por ello, me dijeron que era en toda la nación y también se aplicaba a todos los funcionarios en oficinas públicas. La policía tiene un amplio prestigio por perseguir las pequeñas corruptelas. La prostitución no se practica abiertamente y los dos grandes hoteles que visité no tenían vídeos para adultos, pero de unos 10 canales, la mitad eran programas de noticias financieras y empresariales.

Sisters in Islam (SIS) publica y enseña visiones moderadas de Mahoma, particularmente en el trato a mujeres. De hecho informan que incluso ayudaba a su esposa con las tareas de la casa. Por ejemplo, el Corán dice que un hombre puede tener 4 esposas, pero solo si las trata por igual. El permiso (y el límite) aparecían en el Corán en referencia a la adopción de huérfanos de hombres musulmanes muertos en guerra, no como una condición general.

El Islam, escriben, enseña autocontrol y autodisciplina tanto para hombres como para mujeres. En nuestra reunión las directoras del SIS nos dijeron que habían influido en legislación importante y estaban coordinando esfuerzos similares en otros países musulmanes. Sin embargo, temían crecientes divisiones entre musulmanes y no musulmanes debido al creciente fundamentalismo.

Las creencias musulmanas fundamentalistas tienen una fuerte presencia en las provincias del nordeste que bordean Tailandia. El gobierno ha detenido a extremistas enseñando lo que estaba pasando en algunas madrasas. Estudiantes malayos han ido a estudiar a Pakistán y Egipto, pero la propia Malasia se ha convertido hoy en un importante país universitario para otras naciones asiáticas, particularmente China. Es barata, segura y los cursos superiores se imparten en inglés. El amplio conocimiento del inglés (Malasia fue originalmente una colonia inglesa) hace a la nación muy atractiva para estudiantes musulmanes extranjeros.

Sin embargo, el Islam fundamentalista está creciendo. Mucha gente cumple ahora con las normas de abstinencia y cada vez más mujeres cubren sus cabellos. Los velos son inusuales, aunque la práctica era anterior a Mahoma y también la utilizaron muchos hindúes ortodoxos. En el Corán solo hay vagas referencias a la necesidad de que las mujeres cubran sus cabezas y se humillen ante Dios, pero ninguna descripción de cómo debería hacerse esto.

El reavivamiento internacional musulmán empezó tras la revolución iraní. Los fundamentalistas ganaron apoyos porque se los veía como los únicos dispuestos a resistirse a los dictados de Washington, por ejemplo, en Irán, Iraq y Palestina. Esto tenía el efecto de empujar a todos los musulmanes a adoptar una postura más independiente contra Washington y a ayudar a las multinacionales que no sean de EEUU a quedarse con los negocios. Sin embargo, los estadounidenses dijeron que no había amenazas para ellos sino en realidad mucha buena voluntad respecto de sus negocios locales desde los altos cargos abajo.

Los directivos estadounidenses de Amcham indicaban una frustración con algunas políticas de Washington, diciendo uno que Washington no tenía “una idea real de cómo está cambiando el mundo”. También que EEUU se veía hoy por los asiáticos como convirtiéndose en muy egocentrista, teniendo pocas preocupaciones fuera de su propio interés inmediato, una política que estaba socavando mucha buena voluntad hacia Estados Unidos.

Tanto los cargos malayos como los miembros de la Cámara Estadounidense de Comercio dijeron a nuestra delegación que las críticas a EEUU se centraban en dos asuntos, las acciones que violaban o abandonaban el “estado de derecho” internacional y el asunto israelí-palestino. Lo primero afecta a todos los asiáticos y se centra en el ataque unilateral a Iraq y el abandono u oposición de EEUU a muchos tratados internacionales, por ejemplo, de proliferación nuclear, minas terrestres, medio ambiente, crímenes de guerra, etc.

Otra entrevista fue con el Viceprimer Ministro, Abdullah Badawi, del que se espera que se convierta en Primer Ministro remplazando al retirado líder veterano, Mahathir Mohamad. Dijo que Malasía había tenido una larga experiencia luchando contra el terrorismo desde 1948 a 1969 durante sus primeros años, que estaban muy preocupados con el terrorismo islámico extremista y lo combatían con consenso y educación. El consenso, en el sentido asiático, era lento y a menudo hacía que se pospusieran decisiones, pero funcionó e hizo de Malasia un ejemplo de tolerancia y prosperidad. “No aceptamos la tortura o los castigo crueles, sino que nos tomamos tiempo para convencer”, dijo.

Badawi dijo que los terroristas habían tratado de secuestrar el islam debido a su deseo de venganza y a sus agravios sociales y que era muy importante para tender puentes entre el Islam y Occidente tener reuniones y discutir abiertamente los problemas. También dijo que los asuntos más importantes eran el unilateralismo estadounidense (en el sentido de acciones fuera del derecho internacional) y la situación entre Israel y Palestina. Argumentó que, como nación pequeña, Malasia creía que sus intereses estaban mejor protegidos por el derecho internacional y que EEUU debería apoyar un orden internacional “equitativo y justo” en su propio beneficio y el del resto del mundo.

Muchos comentaristas han preguntado si Occidente puede estar alguna vez realmente en paz con el Islam. Mirando a Malasia, la respuesta es claramente que sí, siempre que los gobiernos permitan los intercambios del mercado y la libertad de contacto cultural, al tiempo que evitan los excesos imperialistas y la beligerancia.

Publicado el 22 de agosto de 2003. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email