Por qué se produce el ciclo económico

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[Escrito en  1959]

Al estudiante de economía se le enseña invariablemente cierta mitología acerca de la historia del estudio de los ciclos económicos. Esa mitología sostiene (a) que antes de 1913 nadie apreció que hubiera ciclos de prosperidad y depresión en la economía y que por el contrario todos pensaban solo en crisis o pánicos aislados y (b) que todo esto cambió con la aparición de Business Cycles, de Wesley Mitchell en 1913.

El supuesto logro de Mitchell fue ver que hay auges y luego depresiones y que estos ciclos de actividad derivaban de procesos misteriosos profundamente enraizados en el sistema capitalista. Es la Parte III de esta obra (siendo las demás partes material histórico y estadístico desfasado) la que se reimprime ahora por segunda vez, esta vez en edición de bolsillo.

Indudablemente, es cierto que el veterano Wesley Mitchell tuvo una enorme influencia en todos los estudios posteriores del ciclo económico y revolucionó esa rama de la economía. Pero la verdadera naturaleza de esa revolución es prácticamente desconocida. Pues había habido grandes economistas que no solo eran conscientes del temible fenómeno del auge y declive, sino que también descubrieron teorías para explicarlo. Hicieron esto mucho antes del tiempo de Mitchell y fueron mucho más allá que este.

Para empezar, Mitchell y sus seguidores nunca han tratado de explicar el ciclo económico: se han contentado con registrar los hechos y registrarlos una y otra vez. La famosa obra “teórica” de Mitchell es solo un resumen descriptivo. En segundo lugar, estos mismos economistas descubrieron una gran verdad que no vio Mitchell y han continuado sin ver los economistas desde entonces; que los ciclos de auge y declive están causados, no por el misterioso funcionamiento del sistema capitalista, sino por las intervenciones públicas en ese sistema.

Mitchell no fue el verdadero fundador de la teoría del ciclo económico, sino los economistas británicos clásicos: Ricardo y la Currency School, cuyas doctrinas han sido trasladadas irresponsablemente por los historiadores al casillero de la “teoría del comercio internacional”. Fueron los primeros en darse cuenta de que los ciclos de auge-declive los causaban las perturbaciones de las economías de libre mercado mediante inyecciones inflacionistas de crédito bancario, impulsadas por el gobierno. Estos mismos auges producen una posterior depresión, que es realmente un ajuste de la economía para corregir las interferencias del auge. La esquemática teoría de los clásicos se desarrolló durante el siglo XIX; más tarde, el importante papel de tipo de interés fue explicado por el sueco Knut Wicksell y finalmente, la teoría completa del ciclo económico fue desarrollada por el gran economista austriaco Ludwig von Mises.

La teoría de Mises mostraba el funcionamiento completo del ciclo de auge y declive: la inyección inflacionista del crédito bancario, estimulada por el gobierno, un auge marcado por malas inversiones causado por la intromisión de la inflación en las señales del mercado libre, el fin de la inflación revelando estas desafortunadas malas inversiones y finalmente la depresión corrección por el libre mercado de los derroches y distorsiones del auge. Curiosamente, el obra en que Mises en la que describía Mises por primera vez su teoría apareció casi al mismo tiempo que la de Mitchell.

Las teorías clásicas, y ahora la de Mises, han sido por lo general desdeñadas por los autores modernos y principalmente por esta razón: que Mises ubicara la causa de los ciclos económicos en la interferencia con el libre mercado, mientras que otros autores, siguiendo a Mitchell, defienden la idea de que los ciclos económicos están profundamente enraizados en el sistema capitalista, que son, en suma, un defecto del libre mercado. El iniciador de esta idea, por cierto, no fue Wesley Mitchell, sino Karl Marx.

Así que la teoría de Mises se desecha como “demasiado sencilla”. El nuevo libro del profesor Rendigs Fels es un ejemplo típico de obra actual sobre ciclos económicos. Fels se ocupa de los ciclos de finales del siglo XIX en Estados Unidos e indudablemente revela una gran cantidad de hechos valiosos de los hasta ahora olvidados ciclos de esa era. ¿Pero cómo explica estos ciclos? Aquí trata de sintetizar la teoría más de moda en la actualidad, con el máximo énfasis en las últimas teorías el profesor Schumpeter. Casi todas las teorías se incorporan de alguna manera, excepto la del Dr. Mises. Extrañamente, siempre que Fels menciona factores monetarios o el aspecto de la “escasez de capital” de la teoría de Mises (que explica rápida y erróneamente y sin mencionar el papel central de Mises), tiene que reconocer que se ajusta bien a los hechos. Pero rápidamente se aparta, en busca de más y mejores mentiras.

La teoría de Schumpeter, la única entre todas las teorías aparte de la de Mises, tiene un gran mérito: intenta integrar una explicación de los ciclos económicos con la teoría económica general. Otros economistas se contentan con fragmentar los ciclos económicos como si la teoría económica general no existiera o fuera irrelevante para el “mundo real”. Pero la teoría de Svhumpeter sencillamente es errónea, como puede verse en su evocación de un gran número de “ciclos”, casi uno por cada sector, que se supone que interactúan para formar el panorama económico total. Un economista debería darse cuenta de que, en la economía de mercado, los sectores están ligados, así que básicamente la economía está sumida en un solo ciclo cada vez.

Por tanto, el lector obtendrá poco conocimiento de estas obras sobre ciclos de negocio. En Mitchell obtendremos solo un resumen descriptivo del ciclo típico, en Fels encontraremos muchos hechos importantes, pero todos distorsionados por intentos erróneos de explicación. Ambos autores prácticamente ignoran lo que podemos llamar la teoría de las “malas inversiones monetarias” de Mises y sus antecesores clásicos.

Es verdad que, en años recientes, la llamada “Escuela de Chicago” ha estado dando más énfasis a las causas monetarias del ciclo. Pero estos economistas solo han pensado en el dinero como actuando sobre le nivel general de precios y siguen sin darse cuenta de que la inflación monetaria causa desajustes en la economía que requieren una posterior recesión. Por consiguiente, la Escuela de Chicago sigue creyendo que el gobierno puede eliminar los ciclos económicos jugueteando con el sistema monetario, inyectando y eliminando dinero de la economía. Por otro lado, el misesiano ve al gobierno con un papel adecuado en la economía y solo uno: quitando sus manos de encima y evitando cualquier inflación más. Es la única “cura” que el gobierno puede proporcionarnos.

Traucido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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