Protegiendo a los falsificadores licenciados

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[Extraído de Honest Money (1986)]

No harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al rico, sino que con justicia juzgarás a tu prójimo (Levítico 19:15).

Se ha descubierto a tres falsificadores. El primero es un hombre de clase media con una impresora offset barata. Ha impreso 500 billetes de 20$ y los ha puesto en circulación.

El segundo es un funcionario del gobierno de EEUU. Trabaja para la Ofician de Grabado e Impresión. Ha impreso hasta un millón de billetes de 20$ y el gobierno los ha puesto en circulación.

El tercero es el presidente del consejo de un banco de Nueva York con miles de millones de dólares. Su banco ha prestado mil millones de dinero de banca de reserva fraccionaria a la empresa petrolífera pública de México, Pemex. El precio del petróleo se ha desplomado, así que Pemex no puede pagar sus facturas.

¿Qué pasó con los tres falsificadores? Al primero se le condenó por falsificación y fue a la cárcel. El segundo hombre trabajó hasta los 65 años y recibió una pensión.

¿Pero qué pasó con el tercer hombre, el presidente? Aquí es donde la cosa se puede poner interesante. El tercer hombre va al banco central de la nación, el Sistema de la Reserva Federal, que a su vez llama al gobierno mexicano, que inmediatamente imprime un bono mexicano por 25 millones de dólares, que luego compra el Sistema de la Reserva Federal, con dinero electrónico creado de la nada. El bono mexicano se convierte así en parte de la “reserva legal” que supuestamente sustenta el sistema monetario de EEUU. (Esto se hizo legal en la infame Ley de Control Monetario de 1980, contra la cual solo votaron 13 congresistas).

El gobierno mexicano envía el dinero a Pemex, que luego remite 25 millones de dólares para pagar su cuota trimestral de intereses al banco de Nueva York. Pemex paga al banco una tasa por “refinanciar” el préstamo. Dentro de tres meses habrá que pagar otros 25 millones. El presidente del banco de Nueva York obtiene aplausos del consejo de dirección del banco y tal vez incluso un bonus por su brillante aplazamiento de la crisis del banco durante otros tres meses.

Los 25 millones se multiplican luego a través del sistema de banca de reserva fraccionaria de EEUU, creando millones de nuevos dólares comerciales en una miniola de inflación.

Este escenario podría realmente producirse, dado el derecho de Estados Unidos. ¿Es justo este sistema? ¿Diríamos que la ley no respeta ni al hombre poderoso ni al pobre?

El Sistema de la Reserva Federal

A finales de noviembre de 1910 (probablemente el 22 de noviembre), un vagón privado que transportaba algunos de los principales banqueros de la nación y a un senador de EEUU salía de la estación de tren de Hoboken, Nueva Jersey y se encaminaba a Georgia. Su destino final: Jekyll Island, propiedad de algunos de los hombres más ricos de la Tierra como como club de caza. Solo se era miembro del club por herencia.

A bordo en ese tren estaba el senador Nelson Aldrich, abuelo materno de Nelson Aldrich Rockefeller. También estaban a bordo: Henry P. Davison, socio senior en la poderosa empresa bancaria J.P. Morgan Co., Benjamin Strong (otro empleado de Morgan)# y un experto europeo en banca, Paul Warburg. También estaban presentes representantes de otras dos grandes empresas bancarias de Nueva York.

A los reporteros que encontraron en la estación no se les dijo nada, excepto que todos ellos iban a cazar patos. Seis años después, Bertie Forbes, el hombre que fundó la revista Forbes, explicaba resumidamente la reunión y la mayor parte de la gente pensó que toda la historia era un cuento. Se ha escrito muy poco de ella desde 1916.# (Probablemente el relato más detallado esté en el capítulo 24 de la muy favorable biografía Nelson W. Aldrich, de Nathaniel W. Stephenson [Scribner’s Sons, 1930; reimpresa en Kennikat Press, 1971]).

En esa reunión secreta, estos hombres diseñaron lo que se convirtió en el Sistema de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos.

Al regresar, se encontraron con reporteros en la estación de Brunswick, Georgia. Davison fue a reunirse con ellos y cuando volvió informó al grupo de que “no nos delatarán”. Nunca lo hicieron. La prensa nunca mencionó la reunión.

El senador Aldrich, un republicano, era el intermediario político. Su biógrafo Stephenson revela esta información:

¿Cómo iba a controlarse el Banco de la Reserva? La experiencia de los dos bancos de Estados Unidos, en nuestra historia temprana, servía de advertencia. La experiencia de toda una vida estaba en la respuesta incondicional de Aldrich. Tenía que mantenerse apartado de la política. No debía estar controlado por el Congreso. El gobierno iba a estar representado en el consejo de dirección, iba a tener completo conocimiento de todos los asuntos del Banco, pero la mayoría de los directores iba a ser elegida, directa o indirectamente, por los miembros de la asociación. (p. 379)

El republicano Aldrich no tuvo éxito en hacer que el Congreso aprobara su versión del banco central en 1911 y 1912, pero el presidente demócrata Woodrow Wilson consiguió aprobar una versión muy similar en diciembre de 1913. Así que en el año del impuesto de la renta también nació el Sistema de la Reserva Federal, el banco central de nuestra nación.

Una aseguradora de grandes bancos

El Banco de la Reserva Federal es la aseguradora más poderosa de Estados Unidos y tal vez del mundo. Su función es controlar la oferta monetaria de Estados Unidos, inflando o (casi nunca) desinflando a voluntad la oferta monetaria total. Se creó, según prometieron sus fundadores, para eliminar los “pánicos”, que era como se llamaban entonces a las recesiones y depresiones. El resultado:

  • El “pánico” de 1920-1921
  • La depresión de 1929-1939
  • La recesión de 1953-1954
  • La recesión de 1957-1958
  • La recesión de 1969-1970
  • La recesión de 1975-1976
  • La recesión de 1980-1982

Se nos dijo que se creó para proporcionar una moneda calificada como “elástica” para atender las necesidades temporales de los negocios. Esta “moneda elástica” se ha estirado hasta los cientos de miles de millones, siempre al alza.

Para lo que fue creado en realidad fue para impedir la quiebra de cualquier gran banco comercial de Nueva York y de otros grandes bancos en todo el país. Solo un gran banco quebró en Estados Unidos en la Gran Depresión, el banco comercial privado con nombre de aspecto oficial, el Banco de Estados Unidos. Pero más de 9.000 bancos pequeños suspendieron pagos.

Incluso en el caso del Banco de Estados Unidos podemos ver la mano de los grandes bancos. Este banco estaba financiado principalmente por pequeños comerciantes, especialmente judíos. No era un banco “amigo”. Las cámaras de compensación, constituidas por los grandes bancos de Nueva York prometieron al principio permitir al banco en apuros fusionarse con instituciones más solventes, pero en el último momento se salieron del rescate, permitiendo al banco acosado sufrir más huidas de depositantes. Esto creó una ola de huidas en otros bancos.

Finalmente, en diciembre de 1930, el Estado de Nueva York lo cerró para impedir su quiebra total. Acabó pagando más del 83% de sus deudas después de liquidar sus activos. La pregunta que puede al menos plantearse se referiría a las razones de las cámaras de compensación para rechazar ayudar en el momento de crisis. ¿Fue su temor a su colapso total? ¿O fue que sencillamente así eliminaban un rival más especulativo “no tradicional” que se había beneficiado del auge de 1924-1929?

Una vez eliminado este rival, no hubo más quiebras de grandes bancos durante el resto de la depresión.

En todo caso, esta bancarrota indica el talón de Aquiles de la banca de reserva fraccionaria. El dinero se “invertía a largo” en hipotecas a largo plazo, pero los pasivos del banco eran de corto plazo: efectivo a la vista. Pero el efectivo desapareció. Esa es la realidad de emitir más recibos por dinero a corto plazo de los que hay en reserva. La Fed se creó asimismo para proporcionar fondos para evitar que un pánico bancario se extendiera a los grandes bancos. La expresión clave es “proporcionar fondos”, un sinónimo de inflar.

El Banco de la Reserva Federal es una empresa de propiedad privada cuyas participaciones están en manos de los bancos miembros. Es cuasi-pública, ya que el Presidente de Estados Unidos nombra a los miembros del Consejo de Gobernadores de la Fed, pero los directores de los 12 bancos regionales de la Fed, y especialmente en poderoso Banco de la Reserva Federal de Nueva York, no son nombrados por ningún cuerpo político. Hay nueve directores en cada Banco regional de la Reserva Federal: seis los nombran los banqueros locales y tres el Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal.

¿Puede el gobierno decir a la Fed qué hacer? Si el Congreso y el presidente están de acuerdo en ello, sí. Si hay desacuerdo sobre la política monetaria (y normalmente lo hay) la Fed hace entonces bastante lo que quiere. Lo que indica el origen de la Fed es que esta hace los que quieren los grandes bancos multinacionales. Normalmente no está claro lo que quieren los comités de la Cámara y el Senado sobre regulación bancaria y la mayoría de los miembros apenas saben lo que es un banco central, no digamos cómo funciona o (maravilla de las maravillas) que es el verdadero propietario. Ni siquiera preguntan. Se considera de “mala educación”, rompe con la etiqueta. Yo fui ayudante de investigación de un congresista que era miembro del Comité Bancario de la Cámara.

La monetización de la deuda

Es una invención del mundo moderno. Un gobierno necesita dinero. Teme una revuelta fiscal si aumenta los impuestos. No puede permitirse pagar más intereses, así que no puede tomar prestado del público general. Por tanto, va al banco central y dice: “Compra nuestros certificados de deuda del Tesoro”.

El tesoro crea los certificados de deuda (normalmente en una partida informática: “pasivo”). El banco central los compra creando otra partida: “dinero”. Los pitidos informáticos se intercambian.

El gobierno acaba de monetizar parte de su deuda. Paga en principio un tipo de interés más bajo al banco central del que tendría que pagar si fuera al libre mercado para competir por el dinero a prestar.

¿Qué tiene esto de malo? ¿A quién se perjudica? Se perjudicará a los tenedores de dinero. El banco central crea un activo de reserva cuando compra el bono público. El dinero se usa luego por parte del gobierno para comprar lo que quiera (principalmente votos). Este nuevo dinero atraviesa la economía. Si el sistema bancario es un sistema de reserva fraccionaria, el dinero se multiplica varias veces. Es el proceso de falsificación al que llamamos inflación.

El gobierno nunca obtiene algo por nada. Eso significa que tú y yo no vamos a obtener algo por nada. Muy probablemente obtengamos nada por algo. Obtendremos precios más altos, tipos más altos de interés a largo plazo y luego una recesión. Seguiremos el ciclo de auge y declive que crea el dinero inflado.

La monetización de la deuda es la salida fácil para el gobierno, es decir, la forma fácil de confiscar nuestro capital.

La mejor solución: no más deuda pública. No deber nada a nadie, incluidos los contribuyentes.

Cuando la Fed compra cualquier activo (la mayoría de los activos consisten en bonos del Tesoro de EEUU a 90 días), crea dinero. Pero compra los bonos a un grupo favorecido de unos 20 grandes bancos y entidades financieras que operan con títulos públicos de EEUU y que a su vez cobran comisiones en cada transacción.

El 21 de noviembre de 1985, un día antes de los 75 años después de que el tren saliera de la estación de Hoboken, el Banco de Nueva York, un banco comercial privado, sufrió un fallo informático. Ese día había comprado 22.600 millones de dólares en títulos públicos de EEUU a otros bancos e intermediarios de valores, para transferirlos a la Reserva Federal. Las órdenes de venta entraron, pero el banco no pudo recuperar su dinero cuando se “rompió” su sistema informático.

La Fed tuvo que prestar al banco 22.600 millones de dólares durante el fin de semana para cubrir los pagos que debía a otros bancos e intermediarios. La Fed pagó directamente a los otros bancos. (El banco sí tuvo que pagar los intereses de la Fed por el uso del dinero durante el fin de semana, lo que equivalió a varios millones de dólares. ¡Menudo error informático!)

¿Crees que tu banco local podría obtener un préstamo para salir del paso de 22.600 millones de dólares?

Pregunta: ¿Por qué no compra la Fed estos bonos directamente? Respuesta: porque no generaría comisiones para los 20 bancos favorecidos.

El gobierno permite al banco central, legalmente una organización privada, manipular la oferta monetaria de Estados Unidos. Lo bancos centrales de todas las naciones poseen esta misma prerrogativa. ¿Por qué lo toleran los gobiernos? Porque siempre necesitan dinero. Los bancos centrales resultan ser los “prestamistas de último recurso” del gobierno.

El gobierno paga intereses por los títulos del tesoro que tiene la Reserva Federal. Ascienden en este momento a alrededor de 15.000 millones de dólares anuales. Al final del año, la Fed devuelve alrededor del 85% de este dinero al Tesoro de EEUU. Se queda un 15% de “gestión”. (Por ejemplo, paga todas las transacciones de compensación de cheques en EEUU).

La Declaración de Independencia de la Fed

La Fed no ha sido nunca auditada por ninguna agencia del gobierno de Estados Unidos. Los funcionarios de la Fed se han resistido a todos los esfuerzos de cada congresista y senador de imponer una auditoria de la Oficina Contable del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés).#

El Consejo de la Reserva Federal se reúne para formular la política económica de EEUU cada pocos meses. No puede darse a nadie ninguna información sobre las decisiones del Consejo, ni siquiera al presidente de Estados Unidos, durante 45 días. Eso dice la Fed y el Congreso no le va a poner en evidencia. Solían ser 90 días, pero el Congresó obligó a la Fed a acelerar la fecha del informe. El presidente de la Fed, Paul Volcker, protestó enérgicamente. Dijo que esa entrega de información interfiere en la capacidad de toma de decisiones de la Fed.

La oferta monetaria de EEUU está totalmente regulada por decisiones del Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal. La Fed establece los “requisitos de reserva” de los bancos comerciales: 10%, 5% o lo que sea, dependiendo de dónde esté ubicado el banco y si es una cuenta corriente o de ahorro. La Fed compra o vende títulos del Tesoro de EEUU (certificados de deuda del gobierno de EEUU). Cuando la Fed compra, aumenta la oferta monetaria (multiplicándola debido a las reservas fraccionarias). Cuando vende, disminuye la oferta monetaria (encogiéndola en este mismo número multiplicador).

Pero nunca vende durante más de unas pocas semanas. Casi siempre compra. Casi siempre está inflando.

Así, el ciclo económico estadounidense (“auge y declive”) está controlado por un puñado de hombres que no están controlados directamente por el presidente o el Congreso, excepto en aquellos raros casos en que el legislativo y el ejecutivo están completamente de acuerdo y presiones con sus decisiones a la Fed.

Ah, sí. Olvidé mencionar que la Fed posee todas  las existencias de oro de EEUU. Legalmente no hay existencias de oro “de Estados Unidos”. No está almacenado en Fort Knox, Kentucky, sino en 33 Liberty Street, New York City, Nueva York.# El gobierno de EEUU siempre ha vendido su oro a la Fed, desde 1914.

¿De dónde sacó el dinero la Fed para comprar el oro? Por supuesto, lo creó. En resumen, lo falsificó. Pero es legal.

Lo que es realmente un abuso es que en 1933, el gobierno de EEUU prohibió la propiedad privada de oro. Compró todo el oro que pudo recaudar de la gente por la fuerza, pagando el precio entonces vigente de 20,67$ la onza. Luego se lo vendió a la Fed por 20,67$ la onza. Al año siguiente, el gobierno aumentó el precio del oro a 35$ la onza. Beneficio neto para la Fed: 75%.

Esto aumentó las reservas legales de los bancos y la oferta monetaria (la llamada M1) subió un 35% de 1933 a 1935.

“¡No!” os diréis. “No puede ser verdad. ¿El gobierno confiscó nuestro oro en 1933 para que una empresa privada propiedad de los bancos miembros pudiera comprarlo con descuento? ¡Imposible!”

Muy bien, mi escéptico amigo, consiga un ejemplar de cualquier edición del viernes del Wall Street Journal. En algún lugar de la segunda sección (siempre la cambian) encontrará una tabla llamada Datos de la Reserva Federal. Busque en la lista bajo “Cambios en las reservas de los banco miembros”. Verá una cita para “Existencias de oro”. No cambia nunca: 11.090.000.000$. No la venden y se mantiene en libro al insensato precio arbitrario de 42,22$ por onza.

¿Reservas de quién? De los bancos miembros. ¿Quién tiene el derecho? El Sistema de la Reserva Federal. ¿Quién es el dueño de la Reserva Federal? Los bancos miembros.

Esto me lleva a concluir que si vas a convertirte en un falsificador, también deberías convertirte en uno audaz. Los que trabajan en el patio trasero se arriesgan a ir a la cárcel. Los banqueros centrales, no.

Es verdad, que, por ley, el Congreso y el Presidente podrían reclamar que la Fed revendieran el oro a 42,22$ por onza. Por ley. ¿Habéis visto alguna vez que alguien proponga una ley así? ¿Lo ha considerado alguna vez el Congreso desde 1913? ¿Habéis visto a alguien discutir la sensatez o incluso la posibilidad de una ley así, excepto “chalados” que escriben boletines y libros de bolsillo? ¿Habéis oído alguna vez a un economista doctorado recomendarlo? ¿No? Yo tampoco.

Es verdad que el Congreso controla a la Fed. Legalmente, la Fed debe informar al Congreso. Igual que el Politburó en la Unión Soviética debía informar al pueblo ruso.

El Congreso puede recuperar su oro cuando quiera. Igual que un alcohólico puede dejar de beber cuando quiera. Igual que ciudadanos privados estadounidenses pueden recuperar su oro del Congreso a 42,22$ por onza (o incluso al precio de mercado) cuando quieran.

La garantía de depósitos

La Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) se creó en 1934, el año posterior a que el gobierno confiscara el oro del público. La FDIC se promueve con un programa de seguro garantizado por el gobierno para las cuentas bancarias de los ciudadanos privados. Bueno, como ellos dicen, sí y no.

No, no es una agencia pública federal. No, el gobierno nunca ha prometido rescatarlo si se ve ahogado con bancos que van a la quiebra. No, la Resolución Conjunta del Congreso de 1980 para garantizar toda cuenta bancaria hasta 100.000$ no es una ley.# El presidente nunca la aprobó, así que no es una ley. Nunca ha existido esa ley.

Sí, si la FDIC realmente pareciera que fuera a ir a la quiebra, casi con seguridad la Fed o el Congreso actuarían para rescatarla. La Fed imprimiría el dinero, como hizo cuando el Continental Illinois Bank casi se va a la ruin en 1983 y tuvo que inyectar en él alrededor de 4.500 millones de dólares. Los banqueros no quieren que quiebre un banco.

¿Podría la FDIC rescatar a los bancos en un pánico? Por supuesto que no. Tiene alrededor de un 1$ en reserva por cada 100$ en depósitos. Esta “reserva” en realidad no es nada, sino títulos del Tesoro de EEUU: bonos públicos, en otras palabras. Para obtener el efectivo, la FDIC tiene que liquidar estos bonos y hacer que el Tesoro de EEUU le pague en efectivo. Dos quiebras del tamaño de la del Continental Illinois agotarían completamente las reservas de la FDIC o casi.

La FDIC es una ilusión cuyo propósito es clamar a los depositantes que podrían en caso contrario huir de los bancos débiles y llevar a la economía a una depresión. La FDIC se creó para reducir riesgos para los banqueros, para que al menos los bancos más grandes no afrontaran esas crisis. Luego los banqueros pueden ir y prestar cientos de millones de dólares de los depositantes a naciones del “Tercer  Mundo” que nunca devolverán nada del dinero.

En un país con patrón oro (ya no hay ninguno) la gente puede presionar a bancos y gobierno para que dejen de inflar la moneda, sencillamente yendo al banco o al tesoro y comprando oro al precio fijado definido por el gobierno. Enseguida el gobierno ha de dejar de inflar. Enseguida, un banco que haya emitido demasiados recibos de depósito falsos se ve amenazado por una corrida bancaria.

Luego ocurre una de dos cosas:

  1. El banco (o el Tesoro) deja de crear papel moneda sin respaldo o préstamos o cheques. (Normalmente le sigue una recesión).
  2. El banco (o el Tesoro) cierra la ventanilla de retirada. No hay más oro a voluntad. (Normalmente le sigue inflación).

El segundo acontecimiento se produce al principio de cualquier guerra importante. Ocurrió en Estados Unidos en diciembre de 1861, cuando el Norte invadió el Sur. Ocurrió durante la Primera Guerra Mundial cuando EEUU entró en la guerra de la que el presidente Wilson había prometido mantenernos alejados en las elecciones de 1916. Simplemente cambiaron las reglas. No más oro a voluntad.

Luego inflan la moneda para pagar la guerra sin aumentar de forma visible los impuestos para cubrir todos los gastos.

Desde 1933, Estados Unidos no ha tenido un patrón oro para los ciudadanos de EEUU y desde 1971 no ha tenido un patrón oro para los bancos centrales extranjeros. Esto evita que las penosas corridas bancarias ocurran tan a menudo.

Pero algún día, México, Brasil o alguna nación extranjera con una deuda enorme dejará de pagar y los bancos más grandes del país estarán oficialmente quebrados. Empezarán las corridas. Entonces intervendrá la Fed y creará el efectivo para evitar las corridas. Los funcionarios de la Fed inflarán para salir de la crisis. Ese día, mejor que tengáis oro, plata u otros activos similares no en papel. El dólar morirá.

Resumen

Al haberse convertido en universal el sistema de banca de reserva fraccionaria y al haberse hecho los bancos más vulnerables a corridas bancarias, los gobiernos han cambiado las reglas para reducir los riesgos para los banqueros, al menos los mayores banqueros.

Los bancos centrales obtuvieron el poder para establecer requisitos de reserva: el dinero que los bancos deben mantener a mano frente a los depósitos. Luego la Fed rebajó esos requisitos de reserva. El gobierno federal abolió el patrón oro en 1933. Se creó en 1934 la FDIC como una ilusión de depósitos bancarios garantizados por el gobierno. El patrón oro internación se abolió en 1971, para reducir la presión sobre la Fed de los bancos centrales extranjeros para que les entregara el oro que tenía, supuestamente en nombre del gobierno federal.

Y con cada reducción en el riesgo para los grandes banqueros, estos han realizado préstamos más insensatos y arriesgados. Hoy, el sistema bancario comercial internacional ha prestado más de un billón de dólares a naciones y grandes deudores. El mercado de eurodólares (un mercado de deuda gigantesco, no regulado con unos requisitos de reserva de prácticamente cero) asciende hoy a más de un billón de dólares. En 1959 estaba por debajo de los 1.000 millones de dólares.

Así que el mundo afronta una crisis: o más deuda a deudores insolventes o impago. O más inflación para prestar o una corrida bancaria internacional gigantesca. Y todo estos se ha producido porque los amos de las finanzas y los políticos que compran rechazan cumplir principios básicos de la deuda, como pesos y medidas honrados y endeudarse en múltiplos de cero.

El día del juicio económico va a llegar.


Publicado el 8 de noviembre de 2010. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.